La amaba por sobre todas las cosas. Su rostro rasgaba la hermosura, con sus mejillas ardientes extendidas a mis besos. Roxana vivía a mi lado; su día entero era mío. Las mañanas silenciosas, bajo el perfume de las flores; nuestros almuerzos privados; el atardecer abierto al que dirán; o la oscura demencia, que la noche encierra. A veces me acompañaba temprano a la oficina, con su brazo ramificado por mi cuello, para quedarse horas esperando, en la cochera. Un amor así, pensaba, es tan difícil de encontrar. Adora mis palabras; los labios estallando entre sus pechos; la fragancia cara; y los ramos de violetas. Es tan dulce mi Roxana, con la cabellera dando vueltas por la casa; su mirada tendida ante mi cuerpo; y el silencio que transcurre con su andar. Mis amigos aún no la conocían, así que decidí hacer una recepción para presentarla. La cita era a las veinte. Al entrar, la vi sentada en el dormitorio, con el vestido que le regalé; la seda caía por sus brazos, bañando un escote pronunciado, que latía bajo el rojo. Le sonreí, con una mueca cómplice, para seguir con los preparativos. El timbre me sacudió; sería la primera vez que la verían. Roberto y Julio habían llegado, con sus trajes del civil, para la ocasión. Después de recibirlos y ofrecerles una copa, la fui a buscar. Ella seguía allí, al borde de la cama, inclinada por el miedo. La tomé del brazo, y con mis ojos hambrientos por su vida, nos fuimos hacia el comedor. Mis amigos al verla, detuvieron sus palabras bruscamente; noté como su belleza, también los había eclipsado. Roberto me miró con un gesto de admiración y temor, mientras murmuraba algo en mí oído; Julio solo observó la situación. No entendí bien lo que me dijo, pero desde entonces, no los volví a ver. Amigos, me decía, nunca son para siempre. Y continué la vida junto a ella, que lo envolvía todo; respetando mis horarios; frases; enojos; y defectos.
Dicen sus amigos, que en la fiesta de presentación, estaba acompañado por una muñeca inflable. Creo que solo alguien sin corazón, puede inventar algo tan cruel.
Ana.
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