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Inicio / Cuenteros Locales / AnaCecilia / Un amor así

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La amaba por sobre todas las cosas. Su rostro rasgaba la hermosura, con sus mejillas ardientes extendidas a mis besos. Roxana vivía a mi lado; su día entero era mío. Las mañanas silenciosas, bajo el perfume de las flores; nuestros almuerzos privados; el atardecer abierto al que dirán; o la oscura demencia, que la noche encierra. A veces me acompañaba temprano a la oficina, con su brazo ramificado por mi cuello, para quedarse horas esperando, en la cochera. Un amor así, pensaba, es tan difícil de encontrar. Adora mis palabras; los labios estallando entre sus pechos; la fragancia cara; y los ramos de violetas. Es tan dulce mi Roxana, con la cabellera dando vueltas por la casa; su mirada tendida ante mi cuerpo; y el silencio que transcurre con su andar. Mis amigos aún no la conocían, así que decidí hacer una recepción para presentarla. La cita era a las veinte. Al entrar, la vi sentada en el dormitorio, con el vestido que le regalé; la seda caía por sus brazos, bañando un escote pronunciado, que latía bajo el rojo. Le sonreí, con una mueca cómplice, para seguir con los preparativos. El timbre me sacudió; sería la primera vez que la verían. Roberto y Julio habían llegado, con sus trajes del civil, para la ocasión. Después de recibirlos y ofrecerles una copa, la fui a buscar. Ella seguía allí, al borde de la cama, inclinada por el miedo. La tomé del brazo, y con mis ojos hambrientos por su vida, nos fuimos hacia el comedor. Mis amigos al verla, detuvieron sus palabras bruscamente; noté como su belleza, también los había eclipsado. Roberto me miró con un gesto de admiración y temor, mientras murmuraba algo en mí oído; Julio solo observó la situación. No entendí bien lo que me dijo, pero desde entonces, no los volví a ver. Amigos, me decía, nunca son para siempre. Y continué la vida junto a ella, que lo envolvía todo; respetando mis horarios; frases; enojos; y defectos.

Dicen sus amigos, que en la fiesta de presentación, estaba acompañado por una muñeca inflable. Creo que solo alguien sin corazón, puede inventar algo tan cruel.

Ana.

Texto agregado el 08-11-2002, y leído por 893 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
27-04-2004 muy bueno, siempre queda algo de humor en estos días tristes pero esperanzadores toni
11-11-2002 hubiese quedado perfecto un final abierto... Una mujer realmente docil o un trozo de celuloide? Siempre hay gente cruel obituari
11-11-2002 excelente, Ana... sátira de la estupidez... Giovanni
 
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