Máxima autoridad espiritual del lamaísmo y gobernante del Tíbet hasta que este territorio perdió su independencia. Soy considerado la emanación de Avalokitesvara, el Buda de la Compasión. Cuando fallesco, mi alma entra en la de un recién nacido, e inicio la búsqueda de la nueva reencarnación siguiendo un minucioso proceso tradicional fundado sobre todo en el reconocimiento por parte del niño en cuestión de objetos que pertenecieron a su predecesor.