Nací en México en 1969, a la corta edad de 12 años, escribí mi primer poema dedicado a mi madre. En adelante las letras se convirtieron en mis aliadas para la expresión. Publicando en revistas como Tierra Adentro, Pasta Seca, Tertulia. Hasta que un día sin darme cuenta. Ya tenía el premio de poesía Jaime Torres Bodet en las manos y un vicio arraigado por escribir.

En la actualidad, me interesa la narrativa surrealista, aunque soy principiante en este genero, me siento cómodo experimentando las letras a través de textos cortos.

Alguna vez soné con ser pintor. Pero conocí a Octavio paz y mi pasión por las letras fue ganando terreno. Octavio, Sabiendo de mi gusto por la pintura. Me regaló un libro de la vida de mi paisano Diego Rivera. Pero ya era tarde, la necedad de escribir era evidente. Conocí al muralista José Chávez morado en Silao Guanajuato por mero azar del destino. Pasamos tardes largas hablando de libros y escritores que a el le gustaban. Nunca hable con el de pintura porque entonces, ya solo entendia de letras… ¡irónico! Pero así es la vida.

De alguna manera, esas dos personas fueron grandes influencias en mi vida. De uno aprendí las imágenes, y del otro, las letras para expresar tales imágenes. Pero no con el pincel, sino con la pluma. Un día me dijo German Dehesa. El arte que se crea con tinta, depende del material que se elige. Algunos prefieren el lienzo, y otros preferimos una hoja en blanco. Unos usan colores y otros, usamos palabras.

!NECEDAD!

A veces, escribir me empacha,
Me hastía, me atraganta
Sin embargo, sigo siendo adicto a la tinta
Al sabor del papel virgen e inmaculado
Al verbo, al adjetivo
Al enunciado que duele y al que acaricia
Al que ata y al que libera

Soy adicto a rasguñar el alfabeto
Para esconder entre sus laberintos tu ausencia
Para arrancarle a la fuerza si es preciso
La latitud horizontal de tu nombre

Soy adicto a las frases multicolores
Que mi corazón dicta a la conciencia
Y mi alma conserva dosificándolas en su calendario
Perpetuando una inmortalidad que creo muerta

A veces, escribir me aburre,
Me agobia, me enferma
Sin embargo, lo que escribo
Son más que palabras
Más que letras, más que un vicio
Es la necedad de desenterrar
Vidas, pasados, encuentros, amores…

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