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Inicio / Lista de Foros / General :: Ensayos y Comentarios / Compocición tema: Tema e intención. - [F:4:9216]


guy,04.07.2007
Hace años tuve la suerte de conocer a quien hoy es simplemente mi amigo Pablo. Una vez madurada la confianza le comenté que a veces me daba por escribir cosas y me pidió leer algo. Me mandó a la puta que me parió, me dijo algo así: “flaco: vivís en un departamento que no será un palacete pero dista de ser una villa miseria, tenés un laburo del que no te vas a comprar un yate con sirvientes pero te da de morfar, tenés una novia que para la media de esta ciudad es bastante cojible, tenés un bicho de mierda que no será un perro pero es una iguana que hasta tenés la suerte de que en los diez años que convive con vos no se murió de hepatitis, y así y todo y no contento con escribir esta mierda con un personaje que vos no serías ni en pedo porque antes te darías un tiro en la cabeza, así y todo, te das el lujo de que tener a un boludo como yo de amigo a quien amargaste el día con esta mierda ¿y sabés qué es lo más triste? Que además de todo eso esta basura te convierte en un farsante hijo de puta como esos comunistas que andan en Mercedes Benz por Belgrano hablando pelotudeces en bares donde un café vale quince mangos. Andá a la reputa madre que te parió”. Bueno, y no me voy a poner a describir la cara de Pablo que ahora anda por los sesenta años pero parecía una cobra emputecida del otro lado de la mesa. Aclaro ahora que escribí mal el título del foro por joder, o sea para saber si existen los burócratas que corrigen huevadas sin leer los contenidos (si hay otros errores son errores). El caso es que tiré el cuento a la mierda y entonces intenté ser “más yo”. ¿De qué escribir y con cuál intención? Vamos, soy consciente de que no soy escritor y entonces siempre siempre siempre pienso en el lector hipotético, como cuando uno habla con un desconocido(o no) e intenta sino convencerlo de algo al menos no quedar como un boludo. El lector hipotético que puede ser un hijo de puta como Pablo que además es psicólogo… y al tiempo escribí un texto y se lo mandé por mail pensando: “Ahora reíte, forro”. Se rió, me contestó el mail alegre y dijo que se había cagado de risa. Pero, siempre hay un pero, porque otro que leyó el mismo texto dijo que era grosero y bla. ¡Es que no se puede estar en todo, carajo! Supuse que la temática y demás yerbas, y entonces ¿Alguien piensa en cuál será el mensaje que está transmitiendo con lo que escribe? ¿Se piensa en joder al lector con cuentos asquerosos, tristes, de protesta, de muerte, etcétera o es cuestión de moverle el piso sin importar con qué ni cómo? Para mí verbigracia la filosofía es un obstáculo demasiado pajero para un cuento y a veces no obstante me gusta joder con las palabras… Creo que da para más. A ver si alguien tiene algo que comentar.
 
Astolfo,04.07.2007
Lo tengo en un buen concepto respecto a la letra, pero tiene un genio de los mil diablos que hasta miedo da meterse a su bio .

Saludos a la iguana.
 
patriciowk,04.07.2007
seria bueno un resumen de 200 palabras
 
Jonh,04.07.2007
Sí, queel mundo esta llenao de tantas personas que estate seguro a millones no les gustara tus cuentos, como a millones no les gustaran los mios y otros millones no les gusta Shakespeare. Así que por las puras se trata de satisfacer todos los lectores, ya que muchos veran con buenos ojos tus cuentos y otros los tiraran a tacho con furia luego de leerlo.
 
jovauri,04.07.2007
Si te alejaras del obsesivo "YO", quizás tu incontinencia verbal dejaría de ser tan al pedo, o quizás, en un momento descuidado, sería potable. Y es que el problema no es tu YO sino el mío; no creas que sólo tu ego te obliga a escribir tanta pendejada.
 
Cabezadeaborto,04.07.2007
Sea como sea, que se acuerden de ti.
 
mandrugo,04.07.2007
Un tema muy interesante, Guy, y expuesto con el estilo que te caracteriza, y que tus lectores apreciamos y disfrutamos.
Los consejos, generalmente, están equivocados, porque la palabra misma es, por antonomasia, un error. Por eso tu amigo estaba equivocado en aconsejarte de olvidarte del escribir.
Del resto, escribir se aprende escribiendo, y pocos piensan seriamente en ser escritores a tiempo pleno.
Creo que fue Vilas-Mata, que viendo en una pelìcula a un escritor, interpretado por Marcello Mastronianni, que decide será un escritor, y las cosas anduvieron de este modo para él.
Pero no siempre es así, y no todos escriben para ser escritores, eso está claro.
Hay escritores, muy buenos, que a un cierto punto deciden no escribir más, como el poeta aquel, y otros no publicar. Los senderos de la escritura son múltiples.
No creo sea interesante escribir pensando en quienes puedan leerte, más bien lo considero un desastre.
Si se decide escribir hay que escuchar la voz interior e informe que desea abrirse paso a través de los signos del idioma, y basta. Lo sucesivo, reescritura etcétera, es otra cosa.
De lo que no se puede prescindir, para escribir, es tener una historia de contar. Lo más difícil: saber contarla.
 
Stelazul,05.07.2007
Bueno... no sé por qué entro, pues algo me dice que... no será fácil. La verdad, guy, te vengo leyendo, cómo no, con en realidad placentera asiduidad… osea, soy una de tus lectoras habituales. ¿Una fan? Una de tant@s.

Sé bien que en una o dos ocasiones te repliqué airada, recibiendo la eficacísima respuesta del caso omiso, previsible respuesta, por otro lado, y perdóname. Y ya que tu apuesta es fuerte, permíteme que me despache a gusto y aquí lo que sea yu después idem… En el peor de los casos… Ya me conozco la respuesta. Esooo. jajaja. Lo asumo. Asumir la frustración es uno de los hábitos más saludables que existen. Sin duda. Sí. Este punteo sobre ascuas es por a veces haber notado una palmaria y cómo no, además encubierta misoginia en tus prolíficos, feraces asertos. (No habrá de ser raro que en los foros en que te implicas no suelan intervenir mujeres… Cuestión de entresijos crujientes y entrechocándose… Eso). Por otro lado... Sí. Cierto. Me confieso asidua lectora tuya. Así es la vida, la contradicción es hongo que brota por doquier… Sí. Me gusta tu discurso y tus giros, tus procacidades y tus salidas de tono. La salpimienta, el tajo, el descalabro, el humor ácido, los sarcasmos, el ingenio, el trueque y el retruécano…, y un largo etc. y sobre todo me gusta el buen hacer original y corrosivo, con que nos llenan tus excrecencias sí o sí... a menos de abandonar, lo cual no sé por qué me da que no resulta una opción tan probable. Osea, que, pese a que las flagrantes expresiones de misoginia me suelen j…..r cantidad, en el peor sentido de término, en tu caso, ya ves, te lo perdono, a sabiendas de que imagino te importará un pito que lo haga o no. Cuento con ello... Bien.

 
Stelazul,05.07.2007

En cuanto al contenido y las dudas trascendentales que ahora hacen presa de ti… que, a buenas horas mangas verdes, en fin, a estas alturas de la movida... Pos, puesss, la paradoja maga nunca acaba… asombro, el milagro, el vuelco y la caída, el descenso a los ínferossss. En fin.

Pos bien. Digo que, allá cada cual con sus alquimias y recocciones internas, áspides y fermentos… y sus universos paralelos, etc. Para mí, todo es respetable, mientras no sea delito... Ahí el tope, el freno, el plaff. Por lo demás y al menos en estos momentos, lo que más me gusta, lo que elijo en realidad es, ser una misma en lo más posible. A artir de ahí, pagar el canon que sea preciso, si es que sucede, que sí, antes o después, más antes que tarde. Que caigan los chuzos que tengan que caer. Prefiero que caigan por ser yo que por dejar de serlo y reprimirlo, por invalidarlo y anularme de algún modo... La ganancia es evolución y descubrir el propio daimon, esa yo desconocida que me acompaña. Que nos.


Poco más. Sin embargo y para rizar el rizo de la paradoja, de la contradicción y lo imposible, ya que existe… también me surge, que lo que es bueno es contradecir el hábito. Es creativo. O sea, Duda contra certeza, caos contra orden, y viceversa y etcétera. En la fisura se produce la creación. En fin. Silencio.

 
eride,05.07.2007
Pues, hace menos de un año “tuve la suerte de conocer a quien hoy es simplemente mi amigo Pablo”, verá usted, a todos nos toca en algún momento. Lo gracioso es que no sólo yo intento escribir, él también. Así que la tortura de leer se vuelve mutua y es un constante ir y venir de bostezos y cuchilladas. Una cuchillada por cada bostezo emitido en la lectura y después de una sarta de cuentos una actividad de reconciliación que no detallaré, para lamernos las heridas (sabe rico la sangre fresca, ¿sabe?). Porque ése es el primer paso, si el público se duerme no comunicamos ni la anécdota. Ahora, hay lectores para todo, a algunos les gusta reír, a otros llorar, a otros cabecearse con laberintos inexpugnables. Hay quien me dice que más le gustan mis cuentos entre menos “políticamente correctos” son, pero a mí no me va ese punto. Lo que a mí me gusta es sentir el poder. Será que no me pagan por este asunto, entonces me cobro de antemano. ¿Alguna vez ha leído un texto en un grupo? Yo sí. Entonces he podido constatar ese poder. Saber exactamente lo que va a provocar cierta frase, condicionar la expresión del oyente, robarle un segundo de voluntad e ir nutriéndome de todos esos segundos desperdigados. De lo que quedó al final, de la “moraleja” (qué concepto absurdo y pretencioso) ni una pizca de control tengo. Donde alguien ve un cuestionamiento profundo otro se horroriza por un detalle, pero cómo recriminarle ¿Quién dice que alguna vez logré leer lo-que-el-autor-quiso-decir?
 
iolanthe,05.07.2007
Lo importante es ser consciente del cometido del cuento. Es posible que alguien se empuje por teclear y ya. Pero también es posible que la gente se aplique y decida dejar un mensaje, de esos que joden señor guy. En plan protesta, ante la humanidad, en plan psicópata que ahora junto con las novelas policiacas de los templarios están de modaTambién hay cabida para las mas de casa poeta. Pero siempre, por mucho que no lo creamos, escribimos desde nuestro objetivo, desde nuestro más y puto ego que no es sino el orto podríamos decir ya que pasamos eternas horas delante de esta máquina que nos absorbe la vida y nos conceden mirada vidriosa. Por eso, en nuestro mundo muchas veces no nos damos cuenta de lo que pasa fuera, no se puede escribir a la misma velocidad que se vive y según vivo me pongo a escribir y si escribo no puedo vivir sin más. Aunque es del día a día de donde se sacan mejores historias, de las que se pueden obtener ese mensajito filosófico. Esas historias en las que el que cuenta se disfraza como en carnavales o se entrega tal como es.
 
guy,06.07.2007
Bueno, descontemos eso de que el lector lee lo que quiere y que entiende lo que quiere, descontemos lo de que cualquier cosa que escribamos a algunos gustará y a otros no ¿pero y el que escribe? No hace falta ser escritor para pensar: “quiero escribir de tal cosa y mencionar tal cosa y de tal manera”, o “quiero escribir una carta a fulano por el cumpleaños” o “quiero escribir una historia triste y horrible para que todos lloren”. Creo que siempre está eso del saber qué decir y ahí la honestidad que reclamaba mi amigo Pablo diciendo: flaco, si sabés que a cualquiera le gusta vivir alegre y sano ¿por qué ofrecés una cucharada de mierda, por qué te esforzás en crear un personaje repulsivo y oscuro? (¡Ah, Mandrugo, que no me sugirió dejar de escribir!) El caso que trata Stelazul ejemplifica lo que digo aludiendo a cierta misoginia de mi parte y yo creo que en el humor se es malo con alguien casi siempre, de ahí el lugar común, lo predecible, ¿chabacano? Puede ser, pero al menos la intención del tipo que escribe humor suele ser clara, indiscutible: que los demás se rían, punto. También hay otras cosas porque uno puede disfrazar una historia sin nada coherente con adornos del lenguaje o el ingenio o lo que sea pero yo voy a la intención, entonces ésta suele ser clara, hacemos un cuento de un tipo que cruza la calle, invertimos tres mil palabras en el asunto y a ver qué nos queda, siendo que efectivamente quisimos usar el recurso tal. Se me ocurre además el tipo que pretende hacer cuentos de protesta social y entonces escribe de los niños que se mueren de hambre o de los africanos…; oquéi, matemos un niño en el texto total es por el bien de la conciencia del lector: queremos mostrar realidades sociales, punto. Pero también se me ocurre una especie de literatura intelectual según la cual el escritor es un ser sumamente compenetrado con la desgracia humana y la filosofía profunda que implica un sufrimiento “real”, un ser que no está para frivolidades sino para auscultar las miserias humanas y plasmarlas impecablemente en forma de desgarradoras poesías o cuentos, que parece que escribirles representa una tortura y con tanto que he leído por ahí me vienen muchos ejemplos que no mencionaré. Ah, y lo de eride me resulta muy interesante. Siempre pensé que leer un cuento a otros era banal pero viéndolo así debe ser toda una experiencia aunque no me queda muy clara la intención (suya, eride) porque para mí una historia no debe dejar muchas dudas, una historia se cuenta sola y las frases son accesorias, mi intención son las tramas y los finales casi sorpresivos (o que al menos no sean muy evidentes), entretener y la filosofía afuera, hacer de algo chiquito algo grande y por cierto: lo que dije de la protesta social y los muertos en la indigencia: yo preferiría escribir de un tipo que le ganó a eso y es que me gustan las soluciones. Si pudiera hacer todo lo que expuse vendría al foro a decir que soy escritor.
Saludos a su ego, señorita iolanthe, y respételo que es lo único que hay.

 
mandrugo,06.07.2007
Sin duda, guy, que cada uno se pone frente a la literatura y el acto de escribir según la propia complejidad de ser que es, o que debería llegar a ser.
Las reflexiones entorno al acto de escribir, al proceso de escritura es un tema muy interesante, y la literatura al respecto es muy extensa, además de muy interesante.
El últma instancia, creo, todo se reduce al tener algo que decir y al saber decirlo.
Entre estos dos puntos pasa un universo, y no se deja de teorizar y buscar respuestas; pero de ahí no se escapa.
Cortázar, uno que con palabras aparentemente cotidianas lleva al lector a estados mentales que no imaginaba estuvieran dentro de sí mismo, por eso cuando se cierra un libro de Cortázar, como Rayuela, uno ya no se es el mimo lector.
Bueno el grande cronopio, hablando de la génesis de sus cuentos dijo, en una oportunidad, algo que para mí es de una belleza sorprendente: él podría estar en un café, caminando por un parque, en las calles de una ciudad desconocida etcétera, cuando de improviso le llega, y pasa, como una leve brisa de felicidad, un golpecito de dicha, que puede durar el instante de una voluta del humo del cigarro, pero que se hizo presente.
Ese algo como un revolotear de algún cronopio, como una vibración, él sabía identificarlo perfectamente bien: era un cuento que comenzaba agitarse en su fantasía, sin que él haya aún pensado a tema, forma etcétera.
Simplemente un aviso vago y preciso, esa berve felicidad, era la génesis de un cuento.
Me parece extraordinario, e imagino la felicidad de Cortázar, en un café de París, que sabe que escribirá un cuento.
Por otro lado, es el escribiendo que se aprende a escribir, y quien está destinado a escribir escribirá siempre, y será ese proceso que llevará a estructuras siempre más innovativas y complejas, donde podrá fluir la historia.
Pienso a escritores que viven obsesionados por décadas con alguna novela que no los suelta, que se les ha metido en el genoma, en las mitocóndrias, y no se dan paz hasta que logran escribirla y partorirla.
Uno de ellos George Pèrec que crea una estructura absolutamente compleja y precisa, un verdadero teorema matemàatico; justamente él hizo un empleo espectacular del análisis combinatorio, que viene de Lullo, Leibniz, es decir, un uso rígido de la matemática para construir una de las más grandes novelas del Novecientos.
La novela describe un edificio de 10 pisos, cada uno de 10 departamentos, que dan lugar a 100 lugares que el autor describe en los más mínimos e inimaginables particulares, como un coleccionista obsesivo.
Cada lugar corresponde a un capítulo donde aparecen los más extraños, normales, cotidianos o misteriosos personajes que habitan o habitaron cada departamento. Algo grandioso.
Perec decidió que las diversas piezas del departamento debían contener, cada una un personaje que cumple una acción, y que deberían ser diez tipologías de personajes y diez acciones.
Para crear una estructura de este tipo para su novela Pérec, tuvo que resolver dos problemas inmensos:
-Cómo colocar las parejas de tipologías -personaje-acción- en las diversas piezas del edificio.
-Qué orden seguir en la descripción de las piezas del departamento.
Para ello utilizó la forma de un tablero de ajedrez de 10x10 y con la sugerencia del matemático Claude Berge, se puso algunos límites: en cada casilla puso una letra y un número, donde ya sea la letra y el número debían aparecer una sola vez en cada fila, como en cada columna.
Esto no era posible yb ya lo había dicho el famoso matemático Eulero en el Setecientos.
Pero..., y creo que me estoy alargando demasiado para hablar de cómo un escritor puede obsesionarse con su obra y superar todos los obstáculos para poder contarla de acuerdo a su propia original forma de ser, y de cómo él y sólo él se pone frente a la escritura y el acto de escribir.
 
jovauri,06.07.2007
Tardaron en citar a Cortázar, sólo tardaron. Regresamos a la típica discusión de siempre.
 
mandrugo,06.07.2007
Has opinado dos veces en este foro, jouvari, pero no veo el aporte al tema propuesto. Cómo explicas esto?
Eres uno que escribe bastante, deberías tener otro tanto que decir, seguramente.
 
Stelazul,06.07.2007
mandrugo..., sigue, sigue. jajaja. No. En serio. Me parecía interesantísimo lo que decías... al final me he quedado a medias..., lo cual ya no me lo parece tanto.

Esto me recuerda algo que sucedió la semana pasada, en que acudí a un curso de Poesía, en el Escorial, cerca de Madrid, donde nos reunimos unos treinta colegas poet@s y tal...

La experiencia fue rica e intensa en muchos aspectos, pero hubo uno que atrajo poderosamente mi atención y que aparentemente quedaría inconcluso, osea, no consumado...jejeje.

Y el tema era que en medio de un gran salón comedor, ocupábamos una larga mesa que desembocaba en un hermoso jardín, y a nuestra izquierda, otra mesa similar estaba ocupada por matemáticos que acudían de diversas partes del mundo, reunidos en un simposio... no sé con que fin preciso, pero obviamente, con un propósito matemático común.

Tres veces al día nos reuníamos allí matemátic@s y poet@s.. Ellos mayoría hombres, nosotros, mayoría mujeres... Y a mí aquello me parecía muy poético-filosófico, etc., etc. No en vano Pitágoras dijo que el Universo es Matemáticas, o matemático y los escritores tenemos mucho de fílósofos, al menos de observadores.

No había conexión... Por los pasillos las miradas de ellos eran huidizas...

Ya el último día surgió la conexión en el jardín, cuando una amiga y yo nos habíamos fumado una clase y estábamos compartiendo allí en un pequeño parterre verde y piedra circular... acompañadas por la presencia silenciosa pero perfectamente integrada de una matemática que debió hacer lo mismo y leía tranquila sus apuntes.

Yo tuve que ir al baño y me levanté, ahora voy con dos muletas por una cuestión fáctica, y avancé sobre el mullido césped, por atajar, y plafff. Al suelo. Allí descendí cual ángel en caída libre y alas plegadas... con mucho placer, pues todo allí lo era. Enseguida me vi rodeada por mi amiga y la matemática interesadas por mi estado y tal... Fue bonito porque, (y perdonar que me alaaargo... ejem, si, es raro en mi, si, si... ejem) de pronto las barreras cayeron y éramos simplemente tres personas interesadas en un tema común.

La matemática era francesa, Marie, una mujer de unos 50, con un, para mí al menos, indudable encanto femenino, vestida en traje pantalón blanco, de tela de verano, y media melena negra, muy delgada, como voluntariamente sumida en sí o ensimismada... me brindó, o nos brindamos mutuamente, esa oportunidad de conexión que yo, (supongo que todas) había deseado que, aunque livianamente, se produjese entre matemáticos y poetas... Tuvimos una breve y deliciosa charla y al final... antes de despedirnos le pregunté, cual periodista de la vida, cómo resumiría ella lo que estaban haciendo allí todos los matemáticos, cada uno de una procedencia, etc...

Ella se lo pensó un instante y me dijo:

- Bueno... (traducción/comprensión aproximada) lo que sí puedo decir es que... cada uno de nosotros toca una parte de las matemáticas. Se dedica por entero y toda su vida a veces, a una sola parte, un trocito, una porción (y gesticulaba discretamente con dedos y manos)... Unos pueden elegirla más grande, otros más pequeña... Eso da igual... Yo y mi esposo hemos elegido una muy pequeña... Y eso hacemos. Cada uno de nosotros estudia una porción, una parte.

Y allí acabó todo.

Yo quedé alucinada. A mi amiga no le hizo mella aparente, ni a quién hasta ahora se lo he intentado contar.
Mi pensamiento fue…: es que en esto consiste esta creación, sobre todo lo que los humanos hacemos sobre ella, tal y como está aquí y ahora... cada cual y todo constantemente estamos interpretando una parte, interna y externamente…, y entre todos pretendemos componer este gran puzzle en que estamos inmersos y que jamás encajaremos, por lo que veo... pues es como un interminable rompecabezas o jeroglífico lleno de niveles de comprensión... Algo así.

Toda la historia me fascinó. No sé si habré sabido transmitírosla... Y lo tuyo, mandrugo, lo que traes a propósito de ese genial escritor, Pérec, para mí aún desconocido y las directrices matemáticas… trae de pronto y de nuevo, cuestión de sinergias, que últimamente las siento brotar por doquier..., el mismo tema. Además de lanzarnos a otra modalidad, que intuyo compleja e interesante, de este Gran Puzzle en el que estamos inmersos y sus infinitas concatenaciones y hologramas, que como sabéis en cada pequeña o gran porción en que pudiéramos dividir un holograma… se repite ad- infinitum el icono completo…

En fin, eso, porfa, sigue, sigue, no paresss... (y no lo veáis como un salirse del tema sino explorar de pronto un afluente del mismo… hay que fluir, no?. Esoo)


 
ergozsoft,06.07.2007
Cada uno toca una parte, la que conoce y ha estudiado. Entre todos... la sinfonìa suena maravillosamente bien.

Stelazul: Me disculpo por mis acostumbradas tonteras. Aquí me has dado una lección... y no solo de matemàticas.

ergo, a confesión de partes, relevo de pruebas.
 
Stelazul,06.07.2007
Aceptadas disculpas y gracias...
 
mandrugo,06.07.2007
Los matemáticos hablan con el lenguaje del universo.
 
Stelazul,06.07.2007
y los poetas


 
guy,06.07.2007
A ver si queda claro lo de "tema e intención". Intentaré una improvisación.

Tema (bien trillado para ser más gráfico): el hombre solo, melancólico y decepcionado que busca una relación amorosa.

Intención: quiero decir que que se joda por pelotudo y como soy pretencioso quiero convencer al lector.

Quiero que mi personaje tenga las necesidades básicas resueltas para que no queden dudas (como en las telenovelas que no trabajan y viven bien). Este hombre podría ser atractivo e interesante ya que ha conseguido una mujer para una sesión de sexo, la lleva a su casa. Cojen. Si esto fuese un cuento en serio me pondría a describir alguna trivialidad de la relación, algunos gestos, digamos para distraer, lo contaría a la manera que me gustaría que me lo contaran, obviamente. A todo esto habría descrito al tipo, alguna de sus actividades, etcétera. Sé por qué el tipo está así (es mi cuento, carajo) y entonces conozco el final pero no quiero que el que lee lo vea hasta que suceda. La emprendo contra la mujer. Ella está pitando el último cigarrillo, mira el reloj (patético después del sexo: que uno mire el reloj) y sin soltar el pucho se pone el corpiño (la muy puta está apurada) mientras nuestro mártir empieza a deprimirse. Él quiere ser amado, acompañado, lindo (descuento que todos queremos serlo); no le ha ido mal en la cama pero ella lo deja solo y eso le sienta terrible, ¡cuán feliz sería si esta mujer lo amara! Piensa que ella goza de la ventaja de que puede irse sin más, que lo ha utilizado, que de seguro el marido la espera en casa pero él en cambio queda solo. Esa mujer tiene todo lo que él no tiene y más: lo tuvo a él para saciarse y eso le recuerda a tantas otras que al final no valieron la pena, que no supieron valorarlo. Yo el que escribe soy tramposo porque mi personaje es el hombre y poco dije de ella: ella para nosotros es lo que él piensa y siente de ella. La sociedad es una fábrica de enemigos, la ciudad asfixia, la corrupción vive en cada ojo y este hombre ha quedado solo con otra carga a cuestas. Probablemente quede sentado frente a la tv. El mundo es terrible y termina el cuento. ¿Dije termina el cuento? No, no he probado que nuestro hombre es un pelotudo y es lo que quería porque si no tendría que dar la razón a que el mundo es terrible y eso no me gusta. Entonces agrego un bar, una mujer hablando con otra describiendo exactamente al tipo que acaba de describir el autor. Esta mujer terminaría su descripción diciendo que qué lástima porque el tipo era elegante y en la cama era bueno. Y es que yo creo que los amargados y melancólicos nunca ganan nada; justifico a él, justifico a ella y me justifico.

Ya sé que esto es medio cursi, pero me gustaría que comentaran si son de los que piensan así las historias, o si en realidad lo único que cuenta es el entramado palabrerío de la inspiración. Gracias.


 
jovauri,06.07.2007
El problema al escribir, en lo personal, es que comienzo con una idea, o una intención, y mientras escribo, las palabras van decidiendo solas, poco a poco, hasta dejarme fuera de jugada. Al final el cuento ya ni es mío ni para el lector, si, al final sólo me queda corregir errores y el lector sólo tiene la oportunidad de leer y ser más listo que yo.
 
mandrugo,07.07.2007
Pienso, guy, que ese asunto de la inspiración sea un poco un lugar común, una unidad cultural de creencias que se transmiten más por el placer de repetir que de comprender, cuando en realidad estamos desnudos en el campo de la mente, que pareciera que ni siquiera existe, en fin, parece que me estoy yendo por las ramas.
Pero la inspiración, el sicoanálisis literario, son términos medio ambiguos, a mi modo de ver.
Tampoco creo mucho esa otra variable del lugar común que habla de un 1% de talento y un 99% de sudor. Este mantra llevaría al yantra de la escritura.
Lo único que casi creo, a estas alturas, es cada uno y cada cual, exclusivamente escribiendo llega a conclusiones que le sirven únicamente a él, y no hay que darle demasiadas vueltas al disco.
Tanto en el escribir, como en el cantar, escalar montañas, o comprender las matemáticas, o pintar, unos tienen más dedos para piano que otros, como en todos los campos, y muy raramente, nace un Picasso, un Joyce, y compañía limitada.
 
Stelazul,07.07.2007
La inspiración para mí, como todo lo que emerge de uno, tiene tantísimo que ver con uno mismo. Da igual si los personajes toman vida y caminos propios, da igual si elegimos un cuento personal o ajeno para retratar una historia, un espisodio verídico... da lo mismo de qué hablemos y como lo hagamos, de a cuantos mencionemos en nuestro relato y de como lo emperifollemos o desnudemos, hagamos grato o ingominioso... seco, putrefacto, aventurero o celestial. Da igual. Siempre, siempre hablamos de nosotros. No puede ser de otro modo... Decimos -tú- y hablamos de nosotros... ¿de quién sino??

Del otro conocemos bien poco... ni siquiera un@ a sí mism@ se conoce como para conocer aún cuando le señalemos con el dedo diciéndole -porque tú y tu, y tu esto y tu aquello...". Desengañemonos. Hablamos de nuestro deseo, de nuestro miedo, de nuestro sueño, de nuestra rabia, nuestro placer, nuestra delicia, nuestro... nuestro. ¿De qué otra cosa vamos a hablar que no sea de nuestro contenido?

Y de lo mismo escribimos. A cada cosa que emerge y de la forma que lo hace, pulsa nuestro estado de ánimo del momento, neustra incógnita, afán, duda, dolor, placer, fantasía, encrucijada, horror... lo que sea.

Sabiendo esto, a mí al menos, me resulta más fácil fluir... luego está el dominio de la técnica, sin lo cual, genios aparte, no hay nada, nos pongamos como nos pongamos.
 
mandrugo,07.07.2007
Decíamos que Pèrec, con la la estructura de su novela, o de sus novelas contenidas en una sola grande novela, se encontró con un problema matemático sin solución; pero, para su grande fortuna, en 1959 tres matemáticos resolvieron finalmente el problema y, de este modo, Pèrec también solucionó el suyo, que era el ordenar en cada pieza las parejas de personaje-acción, pero introdujo una pequeña variación, ya que en uno de los capítulos no hay solamente personajes que cumplen acciones.
En cuanto al segundo problema de adoptar un orden, en la descripción de cada una de las cien piezas, y que no fuera algo demasiado ordenado, que pudiera resultar banal, adoptó algunas restricciones.
Pero antes, debo decir que uno de los aspectos bastante sorprendentes de esta novela, y que descubrimos al primer golpe de ojo, son las descripciones extraodinariamente particularizadas, de una precisión patológica.
Tanto que uno puede haber pensado, antes de leer a Perec, que hemos observado el mundo que nos rodea, por ejemplo una taza, o una puerta, o una estampilla, o un catálogo de coleópteros, pero leyendo estas instruciones para vivir, nos damos cuenta que apenas hemos dado una mirada distraida a un mundo infinito que está a nuestro lado, y que apenas miramos distraidamente. La descripción, en estas páginas, alcanza la denominación de arte literario, sin términos medios.
Pèrec da una mirada in profundis dentro a todo lo que puede suceder en un enorme edificio de París, con sus historias, sus dramas y alegrías.
Una novela que pareciera leernos en lo más profundo de nuestros propios subterráneos, combinado la ironía, la poesía, la intriga, el arte y la tragedia en historias y personajes inolvidables.
Para Calvino, estas cien piezas de ese edificio de Paris, se transforman en las Mil y una noche.
Bueno, la restricción que Pérec impuso a la estructura de su novela, que era un tablero de ajedrez de 10 x 10 -como habíamos dicho-, fue hacer recorrer, o saltar, todo el tablero a un caballo, pero debería pasar a través de los vértices sólo una y única vez.
Pero, en este caso, habría que leer la novela y descubrir la original solución que Pérec inventó para resolver este problema.
Como vemos, hasta el hecho de construir la estructura de una novela, es una verdadera aventura creativa, que pasa entre el tener algo que decir y el saber decirlo o, en el caso del foro de guy: entre el Tema y la Intención.
 
guy,09.07.2007
Entiendo, Stelazul, eso de que uno no dice de “tú y tus cosas” sino que dice “lo que tú con tus cosas me representas” y eso es en parte lo que alguien que escribe representa apelando a la subjetividad del lector. Digo “apelando” porque está diciendo a ese desconocido algo y espera o supone una reacción. Si bien creo que lo ideal es aprovechar lo que uno siente o tiene, no está nada mal salirse de uno, de lo que es uno. ¿Cómo explicamos que un tipo que vive en un palacio se dedique a describir las miserias humanas? Pues probablemente porque le interesan y porque de algún modo las padece, le duelen. Lo que me reclama Pablo en mi primera nota del foro es decir “¡vos que hablás de esa mierda con tanta impunidad enseñáme a liberarme de ella en vez de metérmela por los ojos, malo!” Ahora bien, lo que he notado es que así como en la televisión ponen un buen par de tetas o un asesinato el escritor parece creer que si dice de una trivialidad como la de un tipo que se enamora de la cajera del supermercado es cursi mientras que decir del que está en la adicción a las drogas y acaba suicidándose es más profundo, es “la vida”. Pero veamos que por ejemplo jovauri (quien confiesa que sus palabras hacen lo que quieren en sus cuentos) sostiene que yo tengo fijación por la belleza y con no sé qué, luego Stelazul alude a mi supuesta misoginia y a todo esto sé que más de uno se caga de risa con lo que escribo. Perfecto, yo doy la razón a todos. Jovauri especialmente es atinado porque sí me preocupa y me maravilla la belleza, la busco siempre por gusto y no por necesidad. Me fascina esa gente grotesca pero enamorada, ciega a cualquier cosa fuera de sí como los zombis o como cualquiera que amanece y va a trabajar; el lugar común, el cliché, la pendejada. Así como Stelazul nos cuenta de la comunión entre los matemáticos y los poetas recuerdo una de un hombre embobado contar en una mesa acerca de la menopausia de su mujer, desolado porque no encontraba manera de complacerla y me pregunto en qué parte de la historia de la humanidad cabe ese fenómeno. Y a todo esto encima tenemos que preocuparnos de la salud de la palabra que consterna a jovauri y de la metafísica que tiene preocupado al señor mandrugo o el ego que por alguna extraña razón se ha convertido en mala palabra en este sitio… No sé, me resulta a veces totalmente ridículo hablar de la belleza de una flor o de un paisaje pero más ridículo me resulta ignorar ese lugar común como es la mesa de la cocina cuando uno se toma unos mates y lee el periódico o el poeta que dice del alma y no sabe dónde están las putas llaves del auto. Y sí: me aguanto al personaje que me deja escribir cualquier huevada porque es lo que hay, si es que se entiende. No sé cómo se las arreglan ustedes los que tampoco son Cortázar para andar dando vueltas por aquí.
 
Stelazul,10.07.2007
guy, en efecto está muy requebien 'salirse de uno'..... está geniaaaaaallllllll. O al menos a mí así me lo parece.... Sin embargo, rizando un poco más el rizo, que también es una forma de salirse... no?, añado que no, que no te empeñes caro amigo, que no hay manera de salirse...... de un@. No hay manera habida ni por haber... no hay cómo ni por qué ni para qué. Que no. Que no te sales de ti... Ni yo de mí , ni ese de sí... No hay forma.

¿Que a cuénto de qué viene esto?... No sé... jajaja.

A cuento de todo. A cuento de que cuente lo que cuente siempre hablará de vd., de tu, de ti, de tí mismo, de lo tuyo, de lo que hay en tí, de lo que ansías, de lo que conoces, de lo que buscas, de lo que denigras, de lo que te pasas, de lo que temes, lo que sueñas, lo que imaginas, lo que aborreces, de tu obsesión, lo que quieres poseer, explorar, denunciar... siempre de ti, aunque digas padre, Iglesia, policía, comunismo, demoníacos, hip hop, horror o gloria, dios, la gente, el puto padre del vecino del cuarto, eetc.,e tc., TU. Yo,

que eso, que siempre hablamos de un@...


.· : · . · . · osea que sigamos...


..¨¨..¨´ïÑѨ¨¨´ ;..¨¨¨¨hablando del Gobierno.


 
Stelazul,10.07.2007
ains... se me empieza a pegar tu estilo.... no es culpa mía... noooooooo

 
Stelazul,10.07.2007
mandrugo... te refieres a la novela de Pèrec, llamada bla novela/b... sigo sin conocerla. Y..., pufff, no sé cuándo la leeré, pero, puede ocurrir que en el momento menos pensado, y así, como por casusalidad, pues plás, me la compre... y luego ya veremos.

Ah noooo. que dices que son todas contenidas en una...

Bueno, me interesa mucho ese aspecto superminucioso, infinitesimalmente estudiado y elaborado modo de escribir que a todas luces presenta el autor que nos reseñas... La verdad que es apasionante el ver cómo tanto se han preconizado las tiranías de verdades absolutas, maneras superiores e inamovibles, etc,etc., en el pasado y ahora cada vez más y más y gracias a los maravillosos medios de comunicación de hoy en día, entre otras cosas... cada vez venimos a dar a luz más y más diferentes abaanicos de variados, curiosos, sugestivos, osados, increíbles, alucientes, simples, barrocos, sencillos, y un incalculable etéctera de estilos. Lo que importa es ese pellizco de no se sabe muy bien qué, genialidad, sorpresa, calidad, asombro, apertura, alumbramiento... que se produce.


Me gustaría poder conocer al menos el esquema del planteamiento del tal Pèrec que nos traes. Confieso que lo he buscado en internet, por encima, pero... no es fácil dar precisamente con ello. Si conoces una página específica, indícamela, porfa.


Por otro lado,e stoy leyendo con gran deleite el libro de El Balneario, de Herman Hesse, Premio Nobel 1946 de Literatura, como sabéis.

No tiene desperdicio... Y aunque un poco largo el fragmento, os lo brindo a quien lo quiera leer porque me parece que entronca con ambos temas a los que vengo contestando, el de la minuciosidad reveladora y genial y el de la reflexión que añade que me lleva a lo ya mencionado a guy, que siempre hablamos de y desde nosotros. Se vea o no. Claro que tampoco encuentro que haya nada más enorme y grandioso que la exploración de uno mismo... y tan placentero y lleno de frutos y vericuetos...

Asi que va:

 
Stelazul,10.07.2007
Fragmento de El Baleneario, de Herman Hesse, Premio Nobel, 1946, que podríamos titular –el demente buscador de habitación-, y aclaro que demente, osea, de-mente, significa, sin o carente de mente. :


“Para las personas normales, elegir una habitación de hotel es una pequeñez, un acto vulgar y corriente en el que no interviene para nada el afecto y que sólo requiere un par de minutos. Para nosotros, sin embargo, los neuróticos, insomnes y psicópatas, este acto banal fantásticamente sobrecargado de recuerdos , afectos y fobias, se convierte en un martirio. El hotelero amable, la simpática empleada de recepción que, atendiendo a nuestro tímido y urgente ruego, nos enseñan y recomiendan su “habitación tranquila”, no adivinan la tormenta de asociaciones, de temores, de ironías y reproches que provoca en nosotros esa palabra fatal. ¿Oh, qué bien, o mejor dicho, con qué terrible precisión, con qué detallada exactitud conocemos esta habitación tranquila, este escenario de nuestros más angustiosos sufrimientos, de nuestras más dolorosas derrotas, de nuestra más secreta humillación! ¡Con qué falsedad y alevosía, con qué aspecto demoníaco nos miran estos muebles benévolos, estas alfombras bienintencionadas, estas risueñas paredes de papel pintado! ¡Que sombría y abrumadoramente hostil se nos antoja la puerta de comunicación con la habitación contigua, que de modo nefasto se encuentra en la mayoría de estas habitaciones, casi siempre consciente de su perverso papel y por ello vergonzosamente oculta tras una cortina! ¡Con qué dolor y resignación levantamos la vista hacia el techo enjabelgado, que en el momento de la inspección siempre ofrece una sonrisa hueca y maligna y que después, por la noche y por la mañana, retumba con los pasos de los huéspedes del piso superior, ay, y no sólo con los pasos, que por ser conocidos no son los enemigos peores! No, sobre esta superficie blanca e inofensiva resuenan a la hora de la fatalidad, como también a través de las delgadas puertas y paredes, ruidos y vibraciones inesperadas, botas y bastones que caen al suelo, golpes fuertes y rítmicos (que indican los prescritos ejercicios gimnásticos), sillas derribadas, un libro o un vaso que resbala de la mesilla de noche, el traslado de maletas y muebles. ¿Y además las voces, las conversaciones o los monólogos, las toses, las risas, los ronquidos! Y por si esto fuera poco, lo peor de todo, los sonidos desconocidos y fantasmales que no sabemos interpretar, cuyo origen y posible duración no podemos prever, todos esos golpes y crujidos, pataleos, chasquidos, murmullos, resoplidos, libaciones, suspiros, chirridos, picoteos, hervores… ¿sólo Dios sabe qué orquesta invisible puede ocultarse en los pocos metros cuadrados de una habitación de hotel!

.../...


 
Stelazul,10.07.2007
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Así pues, la elección de un dormitorio es para nosotros una empresa en extremo delicada, importante y hasta casi imposible, hay que pensar en veinte cosas a la vez, en cien posibilidades. En una habitación hay armario de pared, en otra hay calefacción , en la tercera, un tocador de ocarina puede ser la fuente de sorpresas acústicas. Y como se sabe por experiencia que en ninguna habitación del mundo es posible determinar la existencia de la tan ansiada paz que nos garantice el sueño, como la habitación de aspecto más tranquilo puede ocultar sorpresas….. ¿no sería mejor acabar renunciando a toda elección, tirarse sencillamente de cabeza en brazos del destino y dejar decidir a la casualidad? En lugar de atormentarse y afligirse, sólo para rendirse a lo inevitable pocas horas después, triste y decepcionado, ¿no sería más inteligente dar carta blanca al ciego azar y aceptar la primera habitación que nos ofrecen? Sí, no hay duda de que sería más inteligente. Sin embargo, no lo hacemos, o lo hacemos muy raramente, porque si la inteligencia y la evitación de emociones dirigieran la todos nuestros actos, ¿cómo sería nuestra vida? ¿Acaso ignoramos que nuestro destino es innato e inescapable, y pese a ello nos aferramos esperanzados a la ilusión de la elección, del libre albedrío? ¿No podría cada uno de nosotros, cuando elige al médico para su enfermedad, su profesión y lugar de residencia, su amante o su novia, dejarlo todo, tal vez con mayor éxito, a la pura casualidad, cuando , por el contrario, opta por la elección y dedica a todas estas cosas gran cantidad de pasión, de esfuerzos , de inquietudes? Quizá lo hiciera ingenuamente, con entusiasmo infantil, creyendo en su poder, convencido de que puede influenciar al destino; pero también es posible que llegue a hacerlo con escepticismo, profundamente convencido de la inutilidad de sus esfuerzos, pero igualmente convencido de que la acción, las ambiciones, la elección y el sufrimiento son más hermosos, vibrantes, decorosos o al menos divertidos que no inmovilizarse en una pasividad asignada. Pues bien, del mismo modo actuó yo, demente buscador de habitación, cuando pese al profundo convencimiento de la inutilidad y absurda insensatez de mi proceder me enfrasco cada vez en largas negociaciones sobre la elección de mi cuarto, investigando concienzudamente la cuestión de vecinos, puertas, puertas dobles, y todo lo imaginable. Es un juego, un deporte para mí el entregarme cada vez en esta cuestión insignificante y vulgar a la ilusión y a ficticias reglas de juego, como si asuntos de esta índole merecieran una actuación lógica. Mi comportamiento es tan inteligente o tan insensato como el de un niño al comprarse golosinas, o el de un jugador que basa sus apuestas en cálculos matemáticos. Sabemos perfectamente que en tales situaciones estamos en manos de la casualidad, y ello no obstante actuamos, por profunda necesidad espiritual, como si la casualidad no existiera y todo en este mundo dependiera de nuestra razón y nuestro gobierno.””…


 
eride,10.07.2007
Supongo que Stelazul tiene razón y no es posible anularse, que cada escrito carga con la singularidad del autor. Guy dice que le gustan las soluciones y es comprensible si ha tenido la competencia de solucionar su vida, como nos hace saber. Tal vez por eso mismo yo no gusto de las soluciones y más de alguno dirá que mis cuentos no van a ninguna parte y hasta se pisan la cola con frecuencia. Es que yo aprendí que no hay forma de solucionarle nada a nadie y que la literatura a lo más (en su mejor estado) funciona como un simple oráculo donde el lector vislumbra una parte de sí.
Escojo mis temas con el único afán de la honestidad, porque si trato de hablar del calentamiento global se me sale el farsante que llevo dentro y los construyo, por manía profesional, como si pintara, en capas. El que ve la capa superior no gana ni pierde, el que lee los chistes entre líneas puede que se divierta un poco más y el que capta alguna sutileza oculta, probablemente no necesitaba leer algo escrito por alguien tan simple como yo.
No tiene caso la intención, es la ilusión del que construye castillos en la arena.
 
Stelazul,11.07.2007
Por otro lado y retomando la propuesta de guy, pienso que sí, que es un excelente ejercicio literario y personal, el salirse de los cauces habituales de una@ mism@, pues la vida y nosotros mismo somos plurales. Ya quedó bastante atrás esa ilusión de la personalidad monolítica y las verdades absolutas. Todo es relativo y la vida y nosotros mismos somos un abanico plural y lleno de matices... por descubrir. A mí personalmente me parece un ejercicio estupendo y de mucha riqueza y creatividad el ir pulsando todas las gamas, tinturas y texturas de las que estamos compuestos.

El planteamiento que muchas veces se ha hecho es polar... Es decir, colocarnos o colocar la vida y sus cosas en los extremos excluyentes. Ser una cosa u otra. Y lo cierto es que somos una cosa -y- otra. Ejemplo... Somos inteligentes y torpes, generosos y egoístas, altruistas y rácanos, santos y demonios, sádicos y masoquistas, elegantes y macarras, etc., etc., etc., Todo a la vez y en infintitas gamas... La única diferencia es de proporción, mezcla y grado.

Será por eso que nos gustan los escritos de autores de contrastes y que arriesgan, tipo guy... y tantos otros. Una vez leí que lo que más se agradece en Literatura y en Arte en general es que se refleje la verdad. La realidad de las cosas... Y en la realidad está todo. Toda la gama. Eso es salirse de la hipocresía de la imagen y la pretenciosidad, osea de la falsedad, e ingresar en la autenticidad, lo real o lo más aproximado posible...



 
guy,14.07.2007
No sé si estar de acuerdo, Eride, porque usted fíjese que el escritor tarde o temprano se convierte en una especie de intelectual. Si bien a mí nada me importa lo que opine del mundo un escritor equis por el hecho de que es escritor, el público y esa cuestión pajera del marketing están pendientes de lo que dice fulano. Si Borges opinaba de tal ¡pues era Borges, carajo! Porque todo muy lindo: yo no soy escritor y aquí nadie pregunta por las boludeces que pienso pero fíjese que ahora pusieron en un foro una entrevista a Saramago que dice de la democracia lo que pudo decir cualquier pendejo ¡pero lo dijo Saramago! Si es cierto que el escritor tiene una función social o intelectual pues que no me venga con que no sabe nada de la vida ni del mundo ni que no le interesa intención alguna porque él está para cosas más importantes como escribir un cuento o una novela. Ciertamente creo que si alguien dice “yo soy escritor” es porque tiene al menos esa parte de la vida solucionada: es escritor. Si usted, Eride, cree que el lector vislumbra parte de sí (lo cual también creo y si no me cree lea el decálogo que dejé tirado por ahí pues entonces debería intentar sorprenderlo. Perdón, no sé si usted debería pero yo sí creo que debo porque si no, no le veo la gracia: no escribo espejos pero sí espejismos. Perdón: no intento escribir espejos pero sí intento escribir espejismos. En eso estoy de acuerdo con los poetas: ellos no dicen gran cosa pero se preocupan por disimular. Luego la mayoría de los cuentos duran menos que un castillo de arena.
Lo que digo de salirse de uno no es tan difícil ni rebuscado. Es aprender a desarrollar ideas, es como asimilar cualquier cosa y chau. Para salir de mí me bastaría con intentar una poesía o un cuento sin sexo ni insultos (vaya, iré a revisar la carpeta “Mis documentos” a ver si alguna vez lo logré. El egocentrismo no pasa por decir “yo soy así y digo esto a mi manera” sino por decir “este yo es lo más importante”, entonces que escriba para su puta madre que de seguro coincidirá en esa idea si es que el fulano es hijo único. Que los artistas se saquen de la cabeza eso de que son más o mejores gentes por el hecho de ser artistas, o científicos, o médicos.
 
OrlandoTeran,14.07.2007
¿Y los que somos las tres cosas? ¿Estamos condenados a no ser mejores gentes que los demás? Aunque lo seamos, claro.
Mi madre me decía que mi único defecto era la modestia.
Bueno, me quedé pensando en una frase del primer posteo. No considero que la filosofía sea un obstáculo, para un buen cuento. Desde lo filosófico si se fundamenta algo, se pueden sostener posturas opuestas, y que ambas sean correctas, es lo maravilloso que tiene. No se me viene a la mente ahora el nombre, pero he escrito relatos con visiones completamente opuestas, y no tuve ningún tipo de obstáculos para hacerlo. Todo depende cómo se pare uno ante lo que quiere contar. Los que me leen (mi madre, mi novia, uno o dos primos) siempre me dicen que son textos con algo de autobiográfico. Lo que me sorprende es que sean absolutamente antagónicos entre sí. Si eso implica que soy alguien contradictorio no lo sé. Pero puedo reconocerme en ambos.
 
jovauri,14.07.2007
Lo importante no es quién lo diga (Saramago) y lo que diga (un tema del que habla cualquier desempleado descontento), sino que un foro público, o la prensa, sean utilizados -muchas veces a la fuerza-, para aclarar una situación que muchos intentan ignorar. O los escritores lo pueden hacer como Borges, que siempre jugo a no ser político y creerse el inglés, y por eso aceptó las invitaciones de Videla y Pinochet (lo último le costó el premio Nobel, de lo cual llora amargamente en una entrevista que pueden ver en el youtube).
 
jovauri,14.07.2007
---jugó---
 
OrlandoTeran,14.07.2007
(Videla y Pinochet, de 1973 para acá.) Los 5-6 años previos que no se le otorgó el Nobel, ¿a qué apetencia política de Borges se lo atribuye?
Borges, Universal, para los nacionalistas de acá, que apenas pudieron rescatar el retrato de un "argentino" que jamás existió, es igual a un Borges aborrecible. Donde verdaderamente no importa lo que él haya dicho, sino que lo dijo, precisamente, Borges.
 
iolanthe,15.07.2007
Otro forito de Borges... será que su fantasma anda por aquí, será que más de un cuentero pensará que mierda le pueda suponer al Borges este espacio para que venga. Pero imagino que los escritores son ególatras en cierta manera, sobre todo alguien tan público, y esos somos nosotros en este pequeño mundo de los cuentos,´mitad públicos, mitad aprendices.
La humildad es demasiado humilde para tener un contrario, bueno eso lo diría un poeta. Pero creo que en eso andamos la mayoría, en el ensimismamiento entre nuestras letras. La objetividad se nos escapa, algunos no lo creen así, creen saber ser objetivos en todo momento hasta que les dejas de llevar la corriente. Y bueno hay otros foros en webs paralelas en los que se plantean si escribimos desde nosotros, si escribimos desde fuera. Si escribimos algo nuestro o del vecino o de un marciano. Lo curioso es que todo ya está inventado y eso es lo que me fastidia pero al final, tendré que renocer cierta hebra de un escribiente de por aquí. Más de una vez, al escribir algo (o intentarlo al menos) te viene alguien y te lee. Te dice, no se sabe muchas veces si con cariño o más bien por pedulancia, ese texto me recuerda a tal texto de fulanito... Entonces llegan las dudas de si tu cometido, que tal vez ni lo tengas, fuera ese. Hacer que estás escribiendo una copia de tal cuento de tal escritor reconocido. Y cuando te paras y dices: una momento, si no leí nada de ese tipo... entonces piensas tal vez en el acto de pedulancia del lector, del querido lector porque aquí somos todos conocidos y somos queridos aprendices lectores y aprendices escribientes pero como en familia. Bastante trabajo supone al cuentero leer, que además interactúa contigo y es por eso que debes de alguna forma agradecer la lectura. Entonces, bienvenida cualquier interpretación del texto. Sigues tratando de escribir desde ti, para ti, para los demás o para pasar el rato.
 
juanromero,15.07.2007
Tema:
b¿Puede suceder que nunca aprendas a escribir?/b

Intención:
Puede ser, y entonces el tema principal pasa a segundo plano y la intención comienza a tomar protagonismo. El proceso de creación literaria puede llevar desde una hora hasta veinte años, y depende de las características del demiurgo, su teoría del perfeccionamiento y, fundamentalmente, su obsesión en cuanto al producto que va a mostrar.
Todo se reduce a la intención, pero no me refiero al propósito solapado detrás de las palabras. Me refiero a la intención primaria que nos mueve a sentarnos frente a una hoja de papel o frente al monitor de la computadora. bYO/b no puedo dejar de escribir, bien o mal lo hago desde los seis años, sólo que en un principio escribía letras de canciones y, después, por una cuestión practica, opté por la alternativa menos traumática: Recluirme por periodos y escribir poesía, cuentos y novelas.

La intención, en mi caso, es más fuerte que el tema que pueda proponer, y ahora estoy hablando literariamente; pruebo rescatarme en cada situación en la que meto a mis personajes ¡Eso es puro egoísmo! Y una especie de terapia alternativa, para evitar coger cinco mujeres distintas por semana, lo que me costó parte de mi vida, y no recordar el nombre de ninguna. Para no terminar todas las noches llegando a las cinco de la mañana, a cualquier lugar y borracho, o intoxicado por efecto de las pastas de los que intentan curarte de la locura.
¿Alguien tiene una chala por ahí?

Puedo decir que aún estoy buscando la solución al dilema.

bEscritura social o ficción/b

Mí intención es fusionarlas y joder, transgredir todas las normas (aunque la última Norma me contagió una venérea), romperles las bolas a mis amigos / enemigos de izquierda, lo mismo que a mis amigos/ enemigos liberales. Cuando me putean o se escandalizan por un escrito, una canción o un dibujo, siento placer (típico en un sicótico), pero más placer me provoca el hecho de que alguien se tome el trabajo de buscar bel por qué/b de la obra.

Por lo tanto digo: Escritura de ficción con contenido social.

Eso o la nada.
 
Astolfo,15.07.2007
mmmhk, mucho rollo para una sola vida.

 
Astolfo,15.07.2007
Cuando los leo, todo se me complica.
Es tan fàcil vivir sin existir, que por esos todos nos hacemos nudo tratando de sobresalir con un texto o alguna historia que nos haga alguien.

Nos encanta sufrir, dolores de cabeza y fatiga cerebral. Somos capaces de pagar precios altos por nuestro nombre en alguna revista, o ya de a perdis en la paginita azul con unos cuantos locos igual que nosotros acariciando nuestro ego.

ES entonces que se me antoja tanto un reposet con una revista llamada: 'Me vale madre' a un lado, unos tacos de cochinita y un refrescote en hielo que escurra todo su placer.

Las horas de ejercicio me arden imaginandome de 200 kilos, peludo y durmiendo mi segunda siesta antes del medio dìa.

¿pero que pinche necesidad de ser alguien?
¿Por què no acepto sencillamente la parte que me toca de la masa?

Ay wey! que weba leerles y al final, encontrarme entre ustedes.
 
iolanthe,23.07.2007
El lector si es inteligente supondrá que el que escribe no es el personaje, o tal vez sí, en caso de ser autobigráfico. Algunos escritores piensan y confirma de forma rotunda que todos escribimos actos autobiográficos. Tal vez lo que sucede es que al personaje, tras conocerlo e interrorgarle lo hacemos parte de nosotros. Digamos que es como una segunda piel. Y eso lo dicen escritores como Borges, Herman Melville o Pessoa. Nos transformamos hasta en una rata colorá si es necesario para transmitir que somos eso, una rata. Es como el actor y su personaje, otra cuestión es quién camela a quién para guiar la historia. Acaso nos empuja el personaje a seguir con la historia, desconocemos cosas de ese personaje que sólo él sabe. Cobra vida un personaje y se desglosa del que lo ha creado o lo ha adoptado.Buscamos tan sólo sorprendernos a nosotros mismos.
 
guy,25.07.2007
Vaya, inicié el foro y luego me pareció que lo que tenía que decir estaba dicho. Lo que dice Romero acerca de la intención “primaria” de escribir es justamente el conflicto que se me presenta y quizás ése fue el motivo de este foro. Yo no creo en “mi” necesidad de escribir pero sí puedo creer en la de los demás, obviamente. Desde luego que hay un “egoísmo” lógico del caso pero no creo que sea malo y creo que cuanto más conozcamos del entorno, mayor será la variedad de “personajes” que podremos “inventar”. Por eso a veces me da por pensar en qué clase de cuento le gustaría leer a mi amigo fulano e intentar algo de eso (lo hice con el mencionado Pablo)y eso es lo mismo que cuando uno intenta un diálogo con otro/s: uno sabe que si va a decir de garchar no lo hará con fulano de tal que es un pelotudo que no le gusta hablar de garchar, entonces cuando uno se dirige a fulano le habla de otra cosa siendo que la verdadera intención es acercarse a ese fulano. Los escritores “comerciales” saben a qué clase de lector apuntar (digamos) que es lo mismo que hace cualquier cristo cuando manda por mail esas pelotudeces de powerpoint a sus amistades (una vez le mandaron a mi vieja una concha de par en par con no sé qué pirulito gracioso a lo que ella contestó que que le mandaran una pija en tal caso). Y sí, no voy a negar que soy de los que suelen buscar el porqué de la obra sobre todo cuando pretendo escribirla y no estoy diciendo que esto sea una virtud, ojo. Con respecto a lo de la ciencia y la medicina a las que dice representar el señor orlandoteran creo que ni ellas ni la literatura vayan a cambiar el mundo, lástima que no recuerdo una frase de Macedonio Fernández al respecto, y que muchas veces el “grito” o “la puteada” son más efectivos no para cambiar el mundo sino para hacer abrir los ojos. Entonces me resultan más creíbles los zapatistas que Chomsky, o Enrique Pinti que Borges; pero eso es otro tema. Vaya, y yo que pensaba que Astolfo era mujer... no, no creo que nos guste sufrir, Astolfo.
 
Gatoazul,27.07.2007
Que buen foro. No tengo nada que decir, solo que pensar, yo gano.
 



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