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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Crítica / Círculo de lectura: Sin Bromas de Osamu Dazai - [F:5:12289]


ninive,20.04.2012
Abriendo el abanico geográfico de nuestras lecturas, un salto al
lejano Oriente. Este cuento me fue sugerido por nuestro amigo sendero.
Figura en su blog que gentilmente pone a mi disposición para pescar
perlas literarias.
Gracias a Rubén (sendero) y a todos los que me dejan sugerencias.


iNacido con el nombre de Shuji Tsushima en 1909 en una pequeña
ciudad de Aomori en el norte de Japón, Dazai fue el décimo de
once hermanos de una familia acomodada. Su padre se encontraba a menudo
fuera de la casa y su madre sufría problemas de salud
crónicos, con lo cual el niño fue criado por tías y
sirvientes. Su afición por las letras comenzó desde
pequeño y en 1930 decidió ingresar al departamento de
Literatura Francesa de la Universidad Imperial de Tokio.

En 1948, cuando Osamu Dazai (39) se encontraba en la cúspide de su
carrera literaria, decidió quitarse la vida junto con su amante, una
joven viuda con quien había sellado un pacto de amor suicida. /i

 
ninive,20.04.2012
Sin Bromas de Osamu Dazai

¿Qué iba a ser de mí? Solo pensar en ello me estremecía, me consternaba hasta el extremo de quedarme en casa sentado sin hacer nada. Un día salí de mi apartamento en el barrio de Hongô y me dirigí arrastrando el bastón de bambú hasta al parque de Ueno. Era una tarde de mediados de septiembre. Mi yukata blanca ya no resultaba apropiada para la época del año y me sentía horriblemente llamativo, como si brillase en la oscuridad. Estaba tan abatido que no quería vivir más. De la superficie del estanque de Shinobazu se levantaba un viento estancado y pestilente. Las flores de loto que crecían allí habían empezado a marchitarse; sus truculentas carcasas, atrapadas entre tallos alargados y vencidos, las estúpidas caras de la gente con una expresión de agotamiento total, todo brotaba al frescor de la tarde y me llevaba a pensar que el fin del mundo debía de andar cerca.
Caminé sin proponérmelo hasta la estación de Ueno. Entre los soportales de esa «Maravilla de Oriente» pululaba una oscura, serpenteante e incontable muchedumbre. Almas derrotadas. Todas y cada una de ellas. No podía hacer nada por evitar esa impresión. Para los campesinos que viven en los pueblos del lejano noreste, todo eso no son ni más ni menos que las puertas del infierno. Pasas a través de ellas para entrar en la gran ciudad y regresas de nuevo a casa, roto, destruido, con nada más que harapos colgando de un cuerpo saqueado. ¿Qué esperabas? Me senté con una sonrisa en los labios en un banco de la sala de espera de la estación. ¿No te lo habían dicho? ¿Cuántas veces te advirtieron de que si te marchabas a Tokio no irías a ninguna parte? Hijas, hijos, padres. Sentados en los bancos a mi alrededor, despojados de todo su ingenio, ocultos tras sus ojos nublados. ¿Qué es lo que ven? Flores fantasmagóricas que bailan en la oscuridad, la historia de sus vidas desplegándose como si fueran pergaminos frente a ellos, como lámparas giratorias decoradas con rostros indescriptibles.
Me levanté para escapar de aquella sala y caminé por el andén hacia la salida. Acababa de llegar el expreso de las siete y cinco. Un enjambre de hormigas negras empujaba y zarandeaba, caían unas sobre otras en la aglomeración que se dirigía y salía del tren. Cestas y maletas por todas partes. También bolsos anticuados de viaje que yo tenía por desaparecidos hacía ya tiempo. ¿Los habrían expulsado a todos de su tierra natal?
Los hombres vestían con presunción. Portaban un tenso y agitado semblante. Pobres cabrones. Ignorantes. Una pelea con el padre y huyen precipitadamente. Imbéciles.
Un joven en concreto llamó mi atención. Fumaba de una forma espléndida y afectada. Sin duda lo había aprendido en una película e imitaba a algún actor extranjero. Salió por la puerta con una única maleta. Con la ceja arqueada inspeccionó los alrededores. Seguía actuando. Vestía un traje de cuadros chillón. Los pantalones, por no decir otra cosa, eran demasiado largos. Parecía como si le nacieran en el cuello. Gorra blanca de deporte. Zapatos de cuero rojo. Apretó las comisuras de los labios y salió a la calle, tan elegante que resultaba cómico. Me entraron ganas de tomarle el pelo. Aquellos días estaba bastante aburrido y no encontraba nada con lo que distraerme.
—¡Eh, tú! ¡Takiya! —Había visto su nombre escrito en la maleta—. Acércate un momento.
Caminé con brío delante de él sin mirarle a la cara. El chaval me siguió dócilmente, como si lo arrastrara el torbellino del destino. Tengo cierta confianza en mi conocimiento de la psicología humana y, cuando la gente está distraída, la mejor manera de hacerte con ellos es comportarte de una manera abrumadora, dominante. Se transforman en arcilla en tus manos. Tratar de tranquilizar a tu víctima actuando de forma natural, razonando con cierto tono de seguridad, puede provocar un resultado opuesto al deseado.
Caminé hacia la colina de Ueno. Subí despacio por las escaleras de piedra.
—Creo que deberías ponerte en manos de tu viejo camarada —dije.
—Sí señor —contestó él, rígido.
Me detuve al pie de la estatua de Saigo Takamori. No había nadie alrededor. Saqué un paquete de cigarrillos y encendí uno. Miré la cara del chico iluminada por la luz de la cerilla. Allí estaba él, haciendo un mohín, con toda la ingenuidad de un niño. Empecé a sentir lástima por él y pensé que ya le había tomado el pelo lo suficiente.
—¿Cuántos años tienes?
—Veintitrés.
Tenía un fuerte acento del campo.
—Tan joven, ¿eh? —Suspiré sin querer—. De acuerdo. Puedes irte.
Iba a explicarle que tan solo quería darle un pequeño susto, pero de pronto me atrapó la tentación —nada comparable a la emoción de estafar a tu propia mujer— de tomarle un poco más el pelo.
—¿Tienes algo de suelto por ahí?
Se inquietó y al cabo de un momento respondió: «Sí».
—Dame veinte yenes. —La situación resultaba cómica. Sacó el dinero.
—¿Puedo irme ya?
Con su pregunta me daba pie para echarme a reír en su cara y decirle: «Te estoy tomando el pelo. Es solo una broma, idiota. Ahora ya sabes el lugar terrible que puede ser Tokio. Vuélvete a casa y tranquiliza el corazón de tu padre». Sin embargo, no había empezado toda mi rutina solo por el placer de la diversión. Debía la renta del apartamento.
—Gracias. No me olvidaré de ti, colega.
Mi suicidio se pospuso un mes más.
 
ladanny,21.04.2012
¡Excelente! Frases cortas, punzantes.
Descripción de una triste modernidad, de la búsqueda del éxito, por los pobres campesinos del interior.
...Y las pocas ganas de vivir de un hombre,ya mayor, que ve solo lo negativo, aunque el destino le depara una pequeña sorpresa, gracias al humor que aún le permite sobrevivir.
 
musas-muertas,21.04.2012
Confieso que este es mi primer cuento oriental, esperaba encontrarme con acertijos, pensamientos porfundamente filosoficos... en fin seguro influido por los paradigmas mentales y los estereotipos culturales que tenia definidos. en realidad fue una sorpresa.
Por un lado me trajo recuerdos de historias de gente de campo que llega a la gran ciudad (en mi caso Buenos Aires).... tan comunes y tan tipicas que creia en mi ignorancia que solo ocurria en mi pais.
Por otro lado un anciano Japones que uno imagina dispuestoa morir por el honor, robandole a un pobre campesino solo por una broma conveniente que estira su alquiler (y por ende su suicidio) un mes mas.
No se que decir. Desde los sentimientos me aporta tristeza, soledad, algo de bronca, y mucha pena.
desde lo literario lo encuentro totalmente "leible" y comprensible.... insisto si no supiera el origen y no se hablara de Tokio para mi el cuento podria ser de cualquier autor occidental.
Me encanto el dialogo.

 
sendero,21.04.2012
Todos los cuentos pero más en los cortos, las palabras se manejan con dureza. "Sin bromas" me da la idea de un título con dejo de ironía. Es cierto el cuento pudo haber sucedido en cualquier parte del mundo, lo que le da universalidad. La manera de hacerlo me lleva a la idea de un neorealismo, ( burla, ironía y expone cotidianidad - millones de gente que emigran del campo a la ciudad- burla de ambos personajes, que ridiculiza, un anciano de cuerpo y alma, depresivo. "me sentía horriblemente llamativo, como si brillase
en la oscuridad"Los pantalones, por no decir otra cosa,eran demasiado largos. Parecía como si le nacieran en el cuello")
Ladanny menciona una síntesis del cuento: Frases cortaas y punzantes" Estoy de acuerdo, pues eso le da una sensación de rapidez a la lectura. La tensión del cuento se mantiene desde el inicio y el final, -aunque sabemos que es un anciano que nos da elementos para ser candidato al suicidio- Nos refiere que lo pospondrá hasta el siguiente mes, pues tiene que sacar para pagar la renta, como si a un premuerto le importara tanto la liquidez, joder sigue con su burla.
Seguramente los compañeros aportaran muchas cosas más... ya seguiremos leyendo... Un abrazo a todos y todas... Rub
 
ninive,21.04.2012
Mi primer contacto con el cuento japonés me impresiona como a Ladanny y a Musas/muertas por lo moderno. No sé cuántas cosas se nos escapan por la traducción pero es un cuento que nos lleva ágilmente a través de preguntas que el protagonista se hace a sí mismo de una actitud deprimida y agotada que ve reflejada en los rostros de esa muchedumbre.
"¿cuántas veces te dijeron que si te marchabas a Tokio no irías a ninguna parte?" hacia una actitud lúdica que tiene, lo descubre al final, una intención
i"sin embargo no había comenzado toda mi rutina solo por el placer de la diversión. Debía la renta del apartamento/i

Por ahora esto. Espero vuestras opiniones.
 
divinaluna,21.04.2012
el cuento me impresiona por su actualidad, cuántos hombres y mujeres del interior viajan a la gran ciudad movidos por un espíritu de progreso y teminan fantasmales y vencidos, no es broma
 
divinaluna,21.04.2012
el cuadro planteado por el autor, porque la realidad es mas cruel. Me gustó y me sorpendió, como dice musas, no encontrar acertijos ni filosofía demasiado oriental, el final es mucho más conmovedor de lo que parece, en fin Ninive gracias por invitarme, un beso de Claudia
 
achachila,21.04.2012
Gracias por la invitación. De verdad me pareció estar en una de esas películas animadas de las que son tan afectos los honorables nipones.
Penumbras, depresión, mala intención y detalles que nos remiten al "lado oscuro" pero sin jedis...
Hay que probar de todo en la vida -dicen- ¡felicito a su autor(a)!
 
efelisa,21.04.2012
Los escritores japoneses me apasionan. Son certeros, sumisos con las palabras, justos. Hace poco lei un libro de Yukio Mishima, y la atmosfera que contaba me llego a impregnar mis fosas nasales. Y elprimer libro que le preste e mi hijo fue "LO bello y lo triste" de Yasunara Kawabata, y me dijo que le gustaria escribir como él.Asi que definitivamente adhiero a la publicacion de autores japoneses.
 
girouette,22.04.2012
Los japoneses tienen el don de expresar mucho en pocas palabras y eso, subyuga. Sin embargo, creo que el relato de Osamu Dazai, nos conduce claramente por un camino de un protagonista que está situado en un punto de observador que analiza de una manera fría y depresiva el quehacer cotidiano. La lucidez que puede provocar una depresión severa "abre los ojos de los abismos", destruye al arlequín en forma desgarradora, porque Él ya se siente destruido.
Gracias Ninive.
 
sara_eliana,22.04.2012

Yo anduve dando unas vueltas por la Wiki –ya que no puedo ir a Japón- y encontré muchos datos interesantes. Al ver las imágenes y la descripción del parque de Ueno y volver luego a la lectura del cuento, aparece como un gran oxímoron. Por un lado, la “maravilla de oriente” con el estanque o la charca de Shinobazu, templos, teatros, jardines, árboles floridos, un zoológico, comercios, espectáculos de todo tipo, grandes edificios que por las noches dan un espectáculo alucinante de brillos y colores, la tradición y la cultura, el turismo que disfruta de la magnificencia de una nación oriental tan occidentalizada como Japón. Por otro lado, es un lugar en el que los llamados homeless –gente que vive en la calle- han hecho de ese parque su lugar de vivienda, y han llegado a establecer pequeños asentamientos disimulados entre la belleza del parque.

Nada nuevo, nada demasiado original, todo esto es muy propio de las grandes ciudades. En Buenos Aires, en pleno microcentro se ha edificado una villa de emergencia que ya es toda una unidad jurisdiccional dentro de la Ciudad Autónoma. En otro barrio, el Jefe de Gobierno de la ciudad tuvo que librar una dura batalla contra los cartoneros que se habían instalado a vivir ahí, dado que sus viviendas distaban mucho de los lugares urbanos en los que se podía conseguir el material para su trabajo.

El tema es que este cuento ha sido escrito antes de 1948, fecha en que el autor se suicida. Yo no encontré ninguna fecha de publicación, pero se lo puede pensar coincidente con el expansionismo japonés que desembocara en la segunda guerra, o en su finalización, con las consecuencias que tuvo para Japón la relación con Estados Unidos. “Sin duda lo había aprendido en una
película e imitaba a algún actor extranjero”

El autor contextualiza el relato enfocando el costado oscuro del parque Ueno: las grandes masas de hijos de campesinos que van a buscar su vida a la gran capital, Tokio, y ahí pasan a formar parte de grupos de desahuciados: “todo eso no son ni más ni menos que las puertas del infierno. Pasas a través de ellas para entrar en la gran ciudad y regresas de nuevo a casa, roto, destruido, con nada más que harapos colgando de un cuerpo saqueado.”

Si uno pone atención en la vestimenta del joven que el narrador interpela, ve por su descripción que es muy parecida a la ropa de un payaso, y su conducta es muy similar a la de un fantoche. Ésta es una figura muy recurrente en la literatura, desde la estética del esperpento a comienzos del siglo XX, y podemos encontrarla hasta en el cancionero popular, por ejemplo, el tango. Con un poco de conocimiento sobre la psicología humana el narrador puede hacer de él lo que desee, expresa.

Toda esta masa, presuntuosos, pobres cabrones ignorantes, eran terreno fértil para cualquiera que tuviera un poco de conocimiento sobre la psicología humana. Y vaya si lo tuvo aquél gobierno que llegó a formar un ejército de kamikazes. Así es que lo lleva junto a la estatua del último samurái, Saigo Takamori, para darle el golpe de gracia, como si realizara una ofrenda al antiguo líder, dejando en evidencia la pérdida de la identidad, de valores sociales y culturales, en fin, todo lo que se ha perdido en el proceso de modernización de Japón.

 
ninive,22.04.2012
"El fin del mundo debía andar cerca"

En esa frase leo una alusión y una premonición de su propia muerte..
En el suicida que será el autor, estas razones para vivir o no vivir se hacen evidentes.
"no quería vivir más en la oscuridad..." "agotamiento total"....

Creo que el tema paralelo y el más importante de esta historia narrada con tanta economía de palabras como las pinturas japonesas de pocas pinceladas, es el suicidio.

Para la cultura japonesa antigua el sucidio es el medio para salvar el honor, para remediar una gran falta.

La idea del suicidio está contemplada siempre por el japon[es y así sucedió, lo cita bSara-eliana/b, en la segunda guerra mundial cuando los kamikases atacaron los portaaviones de Estados Unidos en el Océano Pacífico. Ellos sacrificaban sus vidas como modernos samurais.

Los japoneses actuales y sabemos el nombre de muchos intelectuales, usan armas más sencillas. Ya no es el corte de espada del samurai que hace harakiri, ni los aviones, usan el arma de fuego o el agua o el gas.
En 1927 Akutagawa Ryunosuke, según Borges ,se suicida en una época de crisis, ansiedad,incertidumbre y terror

El 19 de junio de 1948 Osamu Dazai se arroja con su amante a las aguas de un canal de desague de las afueras de Tokio.

El premio Nóbel de literatura (1968)Yasunari Kawzbata se suicida con el gas.

Borges dedica un texto en su "Historia universal de la infamia"(1935)al tema del suicidio. Es el sexto relato que lleva el título del "El incivil maestro de ceremonias Kotsuké no Suké"

Agradezco ab Sara-eliana/b el haberme incentivado a recorrer un poco la red y encontrar muchos otros datos sobre la literatura japonesa que con su exotismo encantó también a los escritotes de la literatura hispanoamericana de las últimas décadas dedel siglo XIX.
 
sara_eliana,22.04.2012
La verdad es que a mí el texto me fue llevando por muchas otras lecturas que había hecho hace ya bastante tiempo.

La construcción de ciudades magníficas, ciudades abstractas, maravillosas desde donde se las mirara, en el sentido más literal de la palabra "maravillosas" han sido muy trabajadas por la literatura y muy estudiadas por los sociólogos. De lo que he leído, TODO LO SÓLIDO SE DESVANECE EN EL AIRE, de Marshall Berman, me ha conmovido hasta los tuétanos, como dirían mis paisanos. Se puede leer en google books.

Berman recorre y analiza varios autores que plasmaron en obras literarias estas ciudades faraónicas. En "Los ojos de los pobres" de Baudelaire [Paris], "El jinete de bronce" de Pushkin [Rusia, San Petesburgo], CRIMEN Y CASTIGO de Dostoiysvski [también Rusia, San Petesburgo] ... entre otros. Es un estudio en el que ocurre que, como ha dicho muchas veces filiberto, no sé si me gusta más el cuento o los comentarios. Esto me ha pasado a mí, entre otros, con Angel Rama, Octavio Paz y Marshall Berman.

"Todo lo sólido se desvanece en el aire, todo lo sagrado es profano, todo está impregnado de su contrario" son célebres frases del Manifiesto Comunista de Marx y Engels.

Las descripciones de las magníficas ciudades en oposición al estado de marginalidad de muchos de sus habitantes es el tópico común. Es el surgimiento del héroe moderno, el héroe que surge de "la anónima población urbana" dice Berman pág 186. La visión de la grandeza y magnificencia, opuesta a la violencia, la sed de venganza, la locura [y el suicidio, en el caso de nuestro cuento], la grandeza se transforma en terror y muerte.

Es una lectura básicamente marxista, pero su relación intertextual con tantas otras obras por el estilo, me fueron llevando para ese lado. Si uno lee sobre las causas, las intenciones, los objetivos de quienes edificaron esas ciudades, resulta todavía mucho más claro.

A propósito, si alguien tiene "El jinete de bronce" y está dispuesto a compartirlo ... se lo encargo. Gracias.

Bueno, sigamos con nuestro japonés, que tiene mucho más de lo que parece a simple vista.
 
efelisa,22.04.2012
Me dejan extasiada leyendo los comentarios! Ahora se a que se refieren, Ninive y Sara-Eliana. Lo que mi me sucede aparte de la intertextualidad , son las asociaciones a partir de la lectura, y que"... las desripciones de las magnificas ciudades en oposicion al estado de marginalidad de sus habitantes ..." y ...Todo lo sólido se desvanece en el aire, todo lo sagrado es
profano, todo está impregnado de su contrario" son
célebres frases del Manifiesto Comunista de Marx y Engels...", me ha dejado pensando... Gracias!!!
 
hugo52,22.04.2012
Coincido con el criterio de que esta historia puede tener contemporaneidad en muchas partes del mundo. Obvio Buenos Aires, que experimento. El autor ha dejado, tal vez de ex-profeso, de describir al protagonista. Solo se lo conoce por su sentir ante lo que percibe del entorno descripto con una amplitud de detalles que fascina y permite mantener el relato de manera cordial, sensible y atrapante para el lector. Desemboca en un final abrupto, mi estilo narrativo preferido.
 
Gadeira,22.04.2012
Todos sabemos que en la estética japonesa, la naturaleza es en todas sus manifestaciones artísticas, una presencia constante. En nuestro texto se alude a ella no más comenzar la narración, pero curiosamente, a sus elementos se les presenta carentes de vida y frescura. (Las flores de loto que crecían allí habían empezado a marchitarse ; sus truculentas carcasas, atrapadas
entre tallos alargados y vencidos ) Tal vez en simbiosis con esas almas “agotadas” deambulando la ciudad. Creo que estas y otras alusiones junto con la clara descripción de abatimiento del protagonista, introducen al lector en una historia que cuanto menos, tendrá tintes trágico-cómico; conectando de esta forma con otra gran característica de la literatura japonesa, y no digamos, de su teatro.

El texto, eso sí, se aparta de la arraigada narración épica oriental, para aparecer occidentalizado. Los propios viandantes están devorados por la occidentalización. Se están creando las bases del que será, el despliegue económico de Japón.
Dentro del gran hormiguero, las hormigas trabajan sin descanso. Las prisas, la vorágine, no han hecho más que aparecer retratadas. El drama de época, el hermético feudalismo nipón, su mundo rural, queda sustituido por este otro drama urbano de fisonomía moderna, que desconcierta por la yuxtaposición entre los perfiles humanos que presenta.

El protagonista se dirige a un cierto aunque postergado suicidio. Seguramente la espada será sustituida por una pistola o un lanzamiento al vacío. No habrá ritual, ni ceremonia samuraí de por medio. No habrá tradición, ni el honor rondará al fantasma de la muerte. Un suicidio aséptico, carente de pasión; todo lo más, mediocre y gris como el protagonista.

Me pregunto si la mofa da la que es víctima el muchacho y que tan ingenuamente recibe, aún por dura, no es sino un soplo de frescura dentro de toda la obra.

Por ahora nada más compañero.
Un abrazo.
 
sara_eliana,22.04.2012
Acuerdo totalmente con lo de drama urbano como sustitución del feudalismo; me encantó el comentario.
 
ninive,23.04.2012
No había reparado en la representación de la naturaleza en su estado de descomposición y podredumbre. Gracias GADEIRA.

Este volver al texto a raiz de nuevas observaciones es muy productivo. En esta nueva lectura me asombra no haber pensado de primer aquito en el problema de soledad que plantea el autor. Vive solo y al salir de la casa se sumerge en un rio humano que acentúa aún más su estado. Y pienso que hay una soledad más dolorosa que la soledad misma y es el aislamiento. Solo entre tantos sin relacionarse con nadie y cuando lo hará será para burlarse de sí mismo.
Porque he llegado a esto. El joven"elegante" recién llegado a Tokio con la maleta llena de ilusiones es él mismo en su juventud, él que contra todas las advertencias "si se marchaba a Tokio no iría a ninguna parte" se marcha y forma parte de esa multitud que se encuentra en las puertas del infierno.

 
filiberto,23.04.2012

Sin bromas es un cuento que envuelve al lector en los demonios del autor y lo hace sufrir en carne propia su tormento.
El argumento… un golpe que impacta en el estómago. Las descripciones, una explícita demostración del estado de ánimo del protagonista (y, conociendo su realidad trágica, también del autor)
La historia podría ser equiparable a la “viveza criolla”. Un pueblerino, campesino, aprovechado por alguien que tampoco es tan listo (de otro modo sería un triunfador) pero le alcanza para aventajarlo. La “criolla viveza” es tragicómica porque el sufrimiento ajeno, por lo general, suele producir risa al que no padece la avivada y/o envalentonada y tiene un trasfondo de pobreza humana.
Esto tiene, para persona que lo hace, dos posibilidades:
1- Falta de escrúpulos o necesidad desesperada.
2- Culpa a llevar de por vida, por la pobreza humana que significa aventajar a alguien desvalido, demostrándole al autor del hecho, su incapacidad de salir a flote por sus propios medios y por lo tanto su fracaso.
La pobreza humana es el Mal de la humanidad y para ella no hay clases sociales, nivel de educación y tampoco justificativo.
Algo notable es la occidentalización del suicidio. En el oriente el suicido (Corregir si me equivoco) desde el punto de vista tradicional es un hecho de honor, en occidente un hecho de cobardía. Podría ser un recurso del autor para contarnos sobre la personalidad del protagonista.
En cuanto a la pasividad del que recibe la violencia, es exactamente lo que sucedería a cualquiera que todavía se encuentra “shockeado” por el impacto del recién llegar. Tokio es una ciudad tan fascinante e imponente como terrorífica para el advenedizo
Es como si leyéramos un cuento occidental, ambientado en Japón. Lo curioso es la similitud cultural en la forma de contar.
Gran acierto por parte de los coordinadores este paseo por la literatura oriental más bien desconocida por nosotros.
 
ninive,23.04.2012
Otro texto del autor que nos ocupa. OSAMU Dazai

Esperando

Todos los días voy a la pequeña estación de tren a buscar a alguien. Quién es ese alguien, no lo sé.
Siempre paso por ahí después de hacer las compras en el mercado. Me siento en una fría banca, pongo la cesta de las compras sobre mis rodillas, y miro abstraídamente hacia los molinetes. Cada vez que llega un tren, una multitud de pasajeros es escupida hacia afuera desde las puertas de los vagones. La muchedumbre avanza en tropel hacia los molinetes, y las personas, todas con la misma cara de enojo, sacan los pases y entregan los boletos. Luego, sin mirar hacia los costados, caminan precipitadamente. Pasan por delante de mi banca, salen hacia la plaza que está frente a la estación, y se van cada uno por su lado. Yo sigo sentada distraídamente. ¿Qué sucedería si alguien sonriese y me hablase? ¡Ay no, por Dios! La mera posibilidad me pone tan nerviosa que me estremezco de sólo pensarlo, como si me hubieran echado agua fría en la espalda. No puedo respirar. Y sin embargo, continúo esperando a alguien todos los días. ¿A quién podría ser que estuviera esperando? ¿A qué tipo de persona? Pero quizás lo que estoy esperando no sea un ser humano. Odio a los seres humanos. En realidad les tengo miedo. Cada vez que estoy cara a cara con alguien diciendo cosas como “¿qué tal, cómo está?”, o “¡cómo refrescó!”, saludando sólo para cumplir, siento que soy la persona más falsa del mundo. Me pone tan terriblemente mal que quiero morirme. Y las personas con las que hablo se ponen a la defensiva sin razón, me hacen vagos cumplidos, y comentan sentenciosamente impresiones que no tienen en verdad. Su cautela mezquina me hace sentir triste: el mundo es cada vez más repugnante y no puedo soportarlo. La gente intercambia tensos saludos desconfiando unos de otros hasta cansarse, y así pasa la vida.
A mí no me gusta encontrarme con gente. Por eso, a no ser que hubiera una razón excepcional, nunca visitaba a amigos. Lo más cómodo ha sido para mí estar en casa con mi madre cosiendo, las dos solas, en silencio. Pero finalmente estalló la guerra[1], y el ambiente se puso tan tenso, que empecé a sentirme culpable de quedarme en casa todo el día sin hacer nada. Me sentía angustiada y no podía relajarme en absoluto. Quería hacer una contribución directa trabajando tan duro como pudiese. Perdí toda fe en la vida que había llevado hasta ese momento.
No soporto quedarme en casa en silencio. Sin embargo cuando salgo me doy cuenta de que no tengo ningún lugar adonde ir. Así que hago las compras, y al regresar, paso por la estación y me siento distraídamente en la fría banca. Tengo la ilusión de que alguien venga, pero si esa persona realmente apareciera, ¿qué haría? La idea me da pánico, pero estoy resignada. Si eso sucede, voy a entregarle mi vida: estoy preparada y ese momento marcará mi destino. Estos sentimientos de resignación y fantasías impudentes se entretejen de una forma muy extraña. La sensación me agobia de un modo sofocante. El mundo alrededor se enmudece; la gente que va y viene en la estación aparece pequeña y lejana, como si estuviera mirando por un telescopio al revés. La sensación es vaga, como si estuviera soñando despierta, como si no supiera si estoy viva o muerta. ¡Ay! ¿Qué cosa estoy esperando? Acaso yo no sea más que una mujer obscena. Todo eso del estallido de la guerra, lo de sentirme angustiada, de trabajar duro porque quiero ser útil, quizás sólo sea una mentira, una excusa noble para tratar de encontrar una oportunidad de materializar mis fantasías indiscretas. Me siento aquí con mirada perdida, pero en el fondo, dentro de mí puedo ver cómo flamea la llama de mis deseos obscenos.
¿Pero, a quién diablos espero? No tengo en absoluto una idea clara, solamente una imagen vaga y confusa. Y sin embargo, continúo esperando. Desde el estallido de la guerra paso por aquí todos los días a la vuelta de las compras y me siento en esta fría banca a esperar. ¿Y si alguien me sonriera y me hablara? ¡Ay, no!, no es usted a quien estoy esperando. Entonces, ¿a quién? ¿Qué espero? ¿Un marido? No. ¿Un novio? No, para nada. ¿Un amigo? De ningún modo. ¿Dinero? Es ridículo. ¿Un fantasma? ¡Ay no, por favor!
Algo más apacible y alegre, algo maravilloso. No sé qué. Por ejemplo, algo como la primavera. No, no es eso. Hojas verdes. El mes de Mayo. El agua fresca y cristalina fluyendo a través de los campos de trigo. No, tampoco es eso. Ay, y sin embargo sigo esperando, con el corazón palpitante. Las personas pasan unas tras otras delante de mis ojos. No es aquello, ni esto. Con la cesta de compras en mis brazos, me estremezco y espero con todo mi corazón. Le pido a usted por favor que no me olvide. Por favor no olvide a la chica veinteañera que viene todos los días a la estación y regresa a su casa sintiéndose vacía. Por favor recuérdeme, y no se ría de mí. No voy a decirle el nombre de la estación. Aunque no lo haga, usted me verá algún día.


 
glori,23.04.2012
Un cuento breve, de gran intensidad, que por momentos refleja la depresión del personaje principal, y otras su sarcasmo, buscando excusas para seguir viviendo. La tensión se mantiene hasta el final, que en mi caso, resulta inesperado.
 
leobrizuela,23.04.2012
A mi entender ambos cuentos relatan la realidad de un estado social de posguerra.
En el primero el viajero ingenuo que simboliza el japonés medio, burlado por alguien con distinta cultura que abusa de su credulidad en su beneficio. En el segundo una virtual muchacha (otra vez el japonés medio) inquieta, aguardando algo distinto a lo conocido, que renueve un soplo vital en su existencia.
La estructura muestra una economía de medios que no sorprende en la literatura oriental; brevedad, justeza y concisión en el estilo, con una ausencia casi total de calificativos.
 
ninive,23.04.2012
Yo veo en este texto más un monólogo que un cuento. La protagonista lucha con la ambiguedad que lleva dentro, ya que espera algo indeterminado que despierte:

"la llama de mis deseos obscenos."
"una excusa noble para tratar de
"encontrar una oportunidad de materializar mis fantasías indiscretas."
"¿acaso no sea yo más que una mujer obscena"?

Son varias las frases que se refieren a ese deseo oculto de transgredir como para no darles importancia.
En general me dio la abrumante sensación de soledad como el texto anterior
 
sendero,23.04.2012
El contexto del autor es significativo el mundo estaba en guerra y postguerra.
Su tendencia es la depresión que lo llevó hasta el suicidio. y que refleja en ambos cuentos, su visión oscura de la vida.
El primer cuento expone la migración que se dio y se da de las áreas rurales a las urbanas.
De los engaños y atrocidades que son victimas los recién llegados a las ciudades.
Me complase su grandeza literaria, pues con trazos precisos define con claridad a los dos personajes de la historia.
Nunca decae la tensión...
Valdría la pena como ejercicio comparar a las dos mujeres en estos dos grandes literatos.
un abrazo a todos
Rub
 
ninive,23.04.2012
sendero, ¿qué dos mujeres?
 
Gadeira,23.04.2012
Qué curioso es, que siendo los japoneses gente amable y educada donde las haya, cuando se trata de expresar los sentimientos, son parcos en palabras y gestos. Recordemos si ir más lejos el triste, el horrible tsunami y consecuente emisión radiactiva que vivió este pueblo recientemente. Los japoneses ponderaron la situación, se hicieron cargo de ella y no mostraron al mundo sus llantos, penas, ni miserias; por supuesto, no creo en absoluto, que este semblante tenga nada que ver con que Japón sea en la actualidad una gran potencia económica capaz de solventar sus problemas sin ayuda ajena. Seguramente los habitantes del país derrocharon lágrimas y conversaciones sobre la tragedia, tan solo el la intimidad de sus hogares. El pueblo japonés es callado y discreto. La discreción forma parte diría yo, de su idiosincrasia como pueblo.

Pienso, que el japonés es a la vez un pueblo que funciona a nivel social siguiendo una estructura individualista y me explico. Quiero decir que cada persona vive, trabaja, sabe exáctamente qué le corresponde hacer... si necesidad de hacerlo apoyado en el otro. Son como hormigas trabajando en común para el mantenimiento del hormiguero, pero con las labores individuales perfectamente definidas. No me extraña por tanto ese hermetismo emocional. De ahí la soledad, a la que se añade, la “gran soledad” ( y me centro en los grandes núcleos urbanos) a la que conducen las grandes metrópolis.

Nuestra chica, siente la necesidad de colaborar con su país en lo que podría llamarse conciencia ciudadana, pero a nivel de calle, el ambiente es frío y hostil; gente a la defensiva, cautelosa, ... yo diría que atrapados en el mal colectivo de la soledad y en las penurias que acarrea una guerra.

Como apunta ninive, el evidente monólogo que se trae la chica, ocurre en su pensamiento, tan solo en su pensamiento. Jamás se permitiría realizar una exhibición pública de su soledad, ni de su vacío, ni de sus deseos. Para esos viajeros que van y vienen, ella tan solo es una joven sentada en una banca. Seguramente, ni siquiera su mirada, no digamos el brillo de sus ojos, delatará sus ansias de compañía.

Por último, ¿se han fijado como en el texto se enumera las posibles tablas de salvación para la situación emocional de la muchacha? No me parece que tal enumeración sea gratuita en la intención del autor. Es más yo diría que su graduación pretende conducir al lector a la toma de conciencia del nivel de desesperanza de la joven. Todas son magníficas, pero ninguna de ellas la seduce.

Entonces, ¿a quién?
¿Qué espero? ¿Un marido? No. ¿Un novio? No,
para nada. ¿Un amigo? De ningún modo. ¿Dinero? Entonces, ¿a quién?
¿Qué espero? ¿Un marido? No. ¿Un novio? No,
para nada. ¿Un amigo? De ningún modo. ¿Dinero?
Es
ridículo. ¿Un fantasma? ¡Ay no, por favor!
Algo más apacible y alegre, algo maravilloso. No sé
qué. Por ejemplo, algo como la primavera. No, no es eso. Hojas
verdes. El mes de Mayo. El agua fresca y cristalina fluyendo a
través de los campos de trigo. No, tampoco es eso. Ay, y sin embargo
sigo esperando, con el corazón palpitante.

Aún así, el autor le otorga a la chica la gracia de ser la poseedora de la caja de Pandora tras su apertura. Los males están libertos, pero retenida la esperanza. No todo está perdido.

La joven sigue soñando desde un algo maravilloso llamado ¡juventud! Al fin y al cabo son los jóvenes los que construyen el futuro.


Besos amigos.. Vuestra compañía y sabios comentarios son alimentos para mi alma.
 
glori,23.04.2012
Mi anterior comentario corresponde a Sin bromas.
Esperando, me sorprendió aún más. ¿Qué espera esa adolescente? Uno no consigue imaginarlo. Me embargó la sensación de soledad abrumadora de la protagonista, sus miedos, el sinsentido de su vida. El mensaje final, destinado a todos y a nadie en particular es perfecto.
 
sendero,24.04.2012
Cómo es el caracter de Evelyn
Como es es la adolescente de Osamu
Ambas reflexivas, una en la ventana y la otra en la estación...
A esto me refería Ninive...
un abrazo
Rub
 
ninive,24.04.2012
Muy bien Rubén (sendero) me preparo a retirar el guante del desafío. Espero que otros también quieran hacerlo. Es nuestra ocasión de lectores-escritores para aguzar las antenas.Se me ocurren estos temas :
1 Lejanas( Cortazar, ¿recuerdan?)
2 Dos mujeres esperan
3 Dublin-Tokio
 
ninive,24.04.2012
Me inspiré!!!!!!!

Dos muchachas esperan. Eveline, sentada tras la ventana de su casa en
Dublin, la muchacha japonesa sentada en un banco de la estación de
Tokio.
Lejanas una de la otra no sospechan ser hermanas. Hablan idiomas
distintos. No podrían comprenderse. Sin embargo son
idénticas. Las dos esperan que suceda algo que no pueden definir .
Que ese algo las salve de la realidad que las condena a una rutina sin fin
que repetirá en sus cuerpos y en sus almas la suerte de las madres.
Evadir …¿cómo?...., de la mano de alguien que las ame, que
las guíe, o que por lo menos las ayude a salir de esa realidad
sofocante. Ninguna de las dos posee la fuerza de tomar sola la
decisión liberadora. Son físicamente diversas, una de
cabellos rojizos, ojos azules y cutis blanco bordado de pecas, la otra, la
de la estación de trenes de Tokio, tiene el color del trigo maduro y
de las aceitunas en su tez…cabello renegrido y almendras en sus ojos. Sin
embargo son idénticas. Las dos sueñan el mismo sueño,
sin saber lo que sueñan.




 
justine,24.04.2012
El cuento me ha subyugado por la claridad del lenguaje y la fuerza de los sentimientos transmitidos. El personaje es presa de un tedio vital que transcribe con agudeza y cinismo Es despiadado a la hora de ver el sufrimiento de sus semejantes que como él, vuelven a equivocase al cambiar sus vidas por las opciones que ofrece una gran ciudad que en realidad lo único que les va a ofrecer a cambio es el vacío y la pérdida de identidad. El cinismo lo lleva al extremo cuando para finalizar lo que en inicio fue una broma le pide el dinero del alquiler y es este superficial motivo lo que le lleva a continuar un mes más la vida que para él carece de todo sentido. Ofrece es sí, buenos sentimientos hacia el casero: su vida no es importante, pero sí lo es para el señor que le alquila la casa, y cumple con su trato.
 
sendero,24.04.2012
Excelente Nínive, ambas tienen un diálogo interior, Tanto Evelyn como la Japonesa, un mar de dudas, buscan entre sus alma un camino, una decisión. Ambos autores abordan problemas sociales, psicológicos. Expresiones neorrealistas. Stress, depresión, en un mundo convulsionado... un abrazo a todos y todas Rub
 
glori,24.04.2012
Dos mujeres que tienen miedo a correr riesgos, y optan por sumergirse en la duda y la depresión
 
ninive,24.04.2012
"iYasunari Kawabata es uno de los escritores japoneses que más influencia ha tenido en las letras universales, en Latinoamérica por ejemplo, su literatura ha dejado una huella muy profunda en Gabriel García Márquez, el ganador del Nobel de 1982 que ha reconocido su admiración por Kawabata, sus temas y cuestionamientos los podemos ver abordados en “El avión de la bella durmiente” cuento incluido en “Doce cuentos peregrinos” y en su novela “Memoria de mis putas tristes”/i
 
pantera1,24.04.2012
SIN BROMAS.

El título,ya es una paradoja.

El narrador describe a un hombre bastante mayor sin illusion ni pretenciones de futuro, depresivo; prefiere quedarse encerrado en sus cuatro paredes.
Al salir sinr umbo fijo, se detiene a mirar el deterioros de esos lotos y ve su propia humanidad que como los tallos del ellos. No habrá fuerza humana que le devuelvan lozanía ( juventud), y se siente acabado.
Nota pesimismo en cuanto ve y se contagia del desaliento de los demáas que entran y salen de la estación apesadumbrados por una rutina que no les permitira surgir a mejores esferas.
El joven campesino le retrata su propia juventud pues recuerda cuanto le dijo su padre, pero él rebelde prefirio quedarse a vivir necesidades a volver derrotado para que no le lanzara a la cara el típico:
-“Te lo dije”.

La complacencia del muchacho en acatar lo que le pide, la veo como prototipo de la cultura oriental de oir y respetar a los mayores. A lo mejor dedujo que era un anciano loco al que debia atender en lo que le pidiera y ya después se podría ir tranquilo.
La narración, como una denuncia del estado de vida que le tocó vivir al autor, donde deja tácito el aviso de su propia muerte.Me agradó el estilo directo.

ESPERANDO.

Veo un desrraigo social y sicológico.La protagonista no comprende la razón de su existir. No sabe que quiere,pero cumple con el llamado diario de su organismo y hace las compras(come para vivir).
Se siente hastiada de cuanto la rodea (le da asco la gente)la deprime la desconfinza de los demás que pasan sin mirarla o le envían un saludo mecánico..Cuando sale no tiene a donde ir, se deduce que a pesar de ser veinteañera no tiene mayor educación para conseguir algún trabajo rentable aparte de sólo coser en casa con su madre.
En lo más intimo desea una pareja, pero al ser soltera lo rechaza como obceno.
Se enreda al divagar en los pro/contra de una possible situacion. ¿ A quién no le ha sucedido?.
Parece que siempre existieron las Penelope, de la canción en este caso con el canasto de las compras.

Ninive:
Gracias por invitarme, sin duda hay exelentes aportes.(ya los leeré.Es un agrado participar en foros tan bien llevados.Saludos cuenteros amigos.
 
m_a_g_d_a2000,24.04.2012
Esta vez no me había dado tiempo a leer el cuento hasta ahora y ha sido una suerte porque tan interesantes como el cuento son los comentarios que vais dejando por aquí. En una primera lectura me ha llamado la atención algo que ya habéis comentado, la modernidad del cuento, nunca lo habría identificado con un cuento oriental. también me ha asombrado la dureza de algunas de las palabras que utiliza el autor, algo poco común en los autores orientales.
 
ninive,25.04.2012
Vuelo de pájaro sobre las opiniones recibidas hasta ahora sobre el primer cuento.

bOsamu Dazai :Sin Bromas./b

umusas muertas:/u…… influido por los paradigmas mentales y los estereotipos culturales que tenia definidos. en realidad fue una sorpresa.

uladanny: /uExcelente! Frases cortas, punzantes.
Descripción de una triste modernidad

udivinaluna:/u el cuento me impresiona por su actualidad

uachachila:/u me pareció estar en una de esas películas animadas de las que son tan afectos los honorables nipones.

uefelisa:/u adhiero a la publicacion de autores japoneses.

ugirouette:/u Los japoneses tienen el don de expresar mucho en pocas palabras y eso,
subyuga

usara-eliana/u: El autor contextualiza el relato enfocando el costado oscuro del parque
Ueno: las grandes masas de hijos de campesinos que van a buscar su vida a la gran capital, Tokio

uninive: /uCreo que el tema paralelo de esta historia narrada con tanta economía de palabras, es el suicidio.

uhugo12: /uDesemboca en un final abrupto, mi estilo narrativo preferido

ugadeira :/u drama urbano como sustitución del feudalismo. Desconcierta por la yuxtaposición entre los perfiles humanos que presenta.

ufiliberto: /uEs como si leyéramos un cuento occidental, ambientado en
Japón. Lo curioso es la similitud cultural en la forma de contar.


 
Gadeira,25.04.2012
Estupenda labor ninive. Te felicito.
 
filiberto,26.04.2012


Dos soledades
En la misma estación, el mismo banco y dos muchachas. La joven Eveline, vestida con ropas campesinas no descuida su valija de cartón y sostiene, entre sus dedos, un boleto.
La otra joven orienta su mirada esperanzada hacia las vías del tren. Exteriormente no se percibe su monólogo-reflexión interior. En el piso, como olvidada, la cesta rebosante de las compras. Sus manos vacías yacen sobre la falda.
Suena la campana de partida. Eveline se levanta, camina, duda y vuelve a dudar pero sube al vagón. Tropieza, empuja, arrastra por el pasillo su valija. Es pesada, un hombre le ayuda a ubicarla en el valijero. Se siente sola, le parece que todos la observan. No descuida su equipaje, con la mano derecha protege el bolsillo donde esconde el flaco monedero. La mirada asustada, sin embargo, una pequeña, pequeña sonrisa, se asoma por el rictus de los labios. El tren se va.
Eveline se recuesta en el asiento y, por la ventanilla abierta, mira hacia el frente. El viento mueve sus cabellos. Está sola. Por la vía paralela, molestan los frenos ruidosos de un tren que llega.
En el banco de la espera, otra soledad vuelve a perder la ilusión.
 
filiberto,26.04.2012
Esperando

El ser humano padece de una sutil y honda insatisfacción que es inherente a la misma existencia. Ésa sensación de insustancialidad, de vaciedad interior, ése preguntarse por el sentido de la existencia y ése permanente ir “en busca de”. Según el Budismo, religión ligeramente mayoritaria en Japón, se trata del sufrimiento que experimentamos por no haber alcanzado la iluminación, o sea, el ideal del desarrollo humano (Nirvana). En la filosofía shramánica, Nirvana es el estado de liberación de los deseos materiales.
El cuento Esperando habla de la soledad y de la insatisfacción y, en eso, tiene algo que ver con Eveline. (La insatisfacción de Eveline es, de algún modo, solucionable y de hecho podría encontrar una puerta, la otra no porque es existencial y por eso no la seduce ninguna solución)
 
godiva,26.04.2012
Ambas sienten dudas, son cobardes, creo. Evelin toma una decisión, no sabemos si en algún momento se arrepiente. La otra no se atreve; solo espera, ninguna opción la convence. Los dos relatos invitan a reflexionar sobre el sentir de los seres humanos; las dudas, las decisiones equivocadas, el asumir riesgos, el esperar ese "algo", tal vez fortuito, que nos haga sentir mejor con nosotros mismos.
 
justine,26.04.2012
El hombre no sólo destruye los hábitats de otras especies y las aboca al exterminio. El hombre también destruye los hábitats naturales del hombre. La especie humana es adaptable pero con grandes sufrimientos que incluyen la desintegración del yo por todas las fases posibles hasta llegar finalmente al suicidio como solución digna a una vida que no ofrece nada., Coexisten en un momento histórico miles de puntos de desarrollo inherentes a diferentes existencias, todas ellas plenamente satisfactorias y consonantes con el desarrollo del individuo. Las catástrofes para el ser humano se producen cuando como dice Osamu los hombres son arrancados con falsas argumentaciones y sin ninguna transición de existencias culturalmente profundas, rurales, religiosas arraigadas e inherentes al ser, por los movimientos masificadores que supusieron la industrialización, que vendía para su beneficio las engañosas esperanzas de un futuro mejor. Yo creo que es la argumentación central de los dos cuentos de Osamu Dazai: La pérdida de identidad, de la dignidad, de los ideas y el tedio vital.
 
justine,26.04.2012
(Los ideales)
 
justine,26.04.2012
Se agradecen en este foro la ampliación de abanicos, como dice ninive, Esta literatura clara, intensa y llena de matices de escritores japoneses tan desconocidos para mí y de los que ahora veo la importancia que tienen en el mundo de las letras.
Faltan, faltan horas para leer.
 
ninive,26.04.2012
Hola justine, volviendo a abriri} el abanico ya que estábamos en el Japón lo despliego hasta la China.

La intención en este microcuento es devolvernos la sonrisa. Me parece que estamos cayendo una y otra vez en cuentos muy tristes. ¿será verdad lo que dijo Oscar Wilde que la gente feliz no tiene historia?

EL ESPEJO CHINO
(ANÓNIMO)


Un campesino chino se fue a la ciudad para vender la cosecha de arroz y su mujer le pidió que no se olvidase de traerle un peine.
Después de vender su arroz en la ciudad, el campesino se reunió con unos compañeros, y bebieron y lo celebraron largamente. Después, un poco confuso, en el momento de regresar, se acordó de que su mujer le había pedido algo, pero ¿qué era? No lo podía recordar. Entonces compró en una tienda para mujeres lo primero que le llamó la atención: un espejo. Y regresó al pueblo.
Entregó el regalo a su mujer y se marchó a trabajar sus campos. La mujer se miró en el espejo y comenzó a llorar desconsoladamente. La madre le preguntó la razón de aquellas lágrimas.
La mujer le dio el espejo y le dijo:
-Mi marido ha traído a otra mujer, joven y hermosa.
La madre cogió el espejo, lo miró y le dijo a su hija:
-No tienes de qué preocuparte, es una vieja.
 
musas-muertas,26.04.2012
Muy buen comentario Justine!! lamentablemente ando muy corto de tiempo para participar mas activamente... espero lograrlo en unos dias.
Gracias Ninive por "abrirnos la cabeza" Literariamente.
todos los comentarios son (como siempre) de un valor excepcional!!!
Abrazos a todos
 
justine,27.04.2012
Jajaja
Muy bueno. Despierta la sonrisa pero tiene una enseñanza profunda: El mundo para cada persona tiene una perspectiva y es realmente única y fatal.
¿Fatal? Ya empezamos...
 
NINIVE,27.04.2012
jUSTAMENTE JUSTINE pensé que en todo y en especial aquí cuando opinamos vemos lo que ese cuento refleja para nosotros.
 
rhcastro,26.07.2013
Me deja pensando... No suelo pensar mucho. Muy bueno este texto.
 



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