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Inicio / Lista de Foros / Literatura :: Cuentos Comunitarios / Cuento Colectivo IV - [F:7:12691]


Canon,28.03.2014
Nuevo cuento colectivo, con inicio propuesto esta vez por bAudina/b

En este foro, está invitado a continuar el cuento todo aquel que se anime a dejar su "granito de inspiración". Cinco o seis líneas bastan.

Sugerencias, preguntas o comentarios, aquí:

Literatura :: Cuentos Comunitarios/Comentarios al Cuento Colectivo



 
Canon,28.03.2014
bAudina/b


Debido al prematuro fallecimiento de mi madre, me vi recluida en ese colegio interna. Tenía unos diez años, y la verdad, me sentí perdida entre todas aquellas muchachas de mi misma edad. Estaba apartada del resto, por mi timidez y sin ganas de mediar palabra con nadie, al no encontrarme restablecida del luctuoso suceso.

Unas monitoras, que parecían simpáticas, se acercaron a cada grupo, llamándonos según fuera la inicial de nuestro primer apellido...

 
agostina,29.03.2014
Cuando pronunciaron el mío, el mundo pareció derrumbarse. Mis pies no deseaban avanzar, me sentía mareada. Todas las miradas estaban fijas en mí.

 
girouette-,29.03.2014
Me sentí sola en un mundo desconocido. Vino de pronto a mi memoria la sonrisa de mi madre, entonces, sentí que estaba avanzando hacia ella y el miedo desapareció.
 
pithusa,29.03.2014
Vi el rostro angelical de la monitora. su amable sonrisa dejó ver sus dientes blancos y perfecto. El azul de sus ojos, me trasportó a esa playa paradisiaca, donde mi progenitora tomaba de mi mano y me acercaba al agua cristalina diciendo_ ¡ No temas Melissa, el agua sólo quiere jugar contigo! ...¿ves como toca tus piecitos para arrancar y luego volver....?_
 
vihima,29.03.2014
Pero todo eso se derrumbó cual castillo de naipes cuando la segunda monitora, una mujer flaca y agria, me miró a los ojos y en voz alta y clara dijo: "No creas que por ser una Cruz de Miranda vas a tener un trato distinto al resto"
En ese instante comencé a entender el pesado legado que me dejaba el hombre que me engendró,el mismo que sin inmutarse había ordenado que me dejaran en aquella cárcel de oro.
 
Audina,29.03.2014
Amancio Cruz de Miranda, era unos hombres más poderosos de Italia, descendiente de rancio abolengo con más títulos nobiliarios que la misma reina de Inglaterra. Poseía grandes terrenos de viñas, y palacetes del siglo XVII, emparentado por su casamiento con la duquesa de Osuna, mujer de gran inteligencia y poderosa en su país: España. Así logró amasar una gran fortuna.
 
elisatab,29.03.2014
Su espíritu rebelde pugnaba por salir a la superficie, pero la razón le decía que sobrevivir en aquel ambiente tan diametralmente opuesto al que estaba acostumbrada iba a requerir toda su inteligencia, recordó algo que decía su madre cuando se enfrentaba a situaciones hostiles, "SI NO PUEDES DERROTARLOS, UNETE Y VENCERAS"
 
ollaida,29.03.2014
Un patrimonio que sólo me procuró una vida sin sangre en las venas. Aséptica en sentimientos, jerarquizada y borracha de boato y protocolo. Ahora, bajo el techo de aquel edificio centenario, me sentía de nuevo bajo la batuta de un guión escrito por otros. Adela, así supe que se llamaba más tarde, me miraba fijamente mientras pasaban lista. Esperaba a que dijeran su nombre mientras su mirada me desnudaba a la marioneta que yo era, en un gesto entre burlón y condescendiente conmigo...
 
atanasio,29.03.2014
Por largos segundos, se balanceo en mis pentañas una ideas un tanto inverosímil de lo que creían los demás. Mientras contemplaba el horizonte intente recrear un paisaje de los primeros días que disfruté en mi infancia. De esa forma, quizás podría evitar el cautiverio febril que me hizo escapar en un momento. Sí; sigilosamente comencé a forjar un escenario interior de cándidas imágenes que revoloteaban en mi espejo y deshojaban el calendario anquilosado de unas cuencas vacías que hurgaban el universo... era sólo un juego, por eso sonreía y todos me miraban extrañados al hacerlo.
 
kroston,29.03.2014
Cuando nos topamos ese día en el largo pasillo abovedado ella se detuvo frente a mí y sin decir palabra me tomó de los hombros y me dio un beso en la boca. Quedé paralizada. Sus finos y duros labios no sólo me dejaron una sensación metálica e insípida, también quemaron parte de mi inocencia. A mis pocos años debí entender que dentro de ciertas personas hay fuegos que las atormentan, Adela era una de ellas y sin saber por qué me eligió para su consuelo.
 
Yvette27,29.03.2014
No pude negarme a las caricias de Adela y en mi confusión no advertía que desahogaba conmigo sus delirios patológicos. Su actitud para conmigo me convirtió en el blanco de las burlas de mis compañeras. Caí en un estado de depresión tal que tuvieron que llevarme al médico, quien, al saber mi apellido se sobresaltó. Yo también me sobresalté porque se parecía enormemente a mi padre...
 
MujerDiosa,29.03.2014
En realidad, era mi padre...

¿Cómo explicar la mezcla de confusión, pena y remordimiento que advertí en su mirada?. Aunque de inmediato intentó borrarla, jamás la olvidaré. Supe entonces, que mitigaba culpas, yendo una vez al mes al Internado en su calidad de médico clínico general.
 
Audina,29.03.2014
Era un secreto a gritos dentro de la familia, que mi abuela tuvo incestuosos amores con un primo carnal. Nacieron dos hermanos idénticos, cada uno fue criado en diferente familia. Estaba ante el hermano de mi padre, doctor neurólogo, psiquiatra y médico amigo íntimo de la directora del colegio...
 
Ninive,29.03.2014
Creo que es mas credible la version de audina
 
agostina,29.03.2014
¿Se podría unir así?


Era un secreto a gritos dentro de la familia, que mi abuela tuvo incestuosos amores con un primo carnal. Nacieron dos hermanos idénticos, cada uno fue criado en diferente familia. Estaba ante el hermano de mi padre, doctor neurólogo, psiquiatra y médico amigo íntimo de la directora del colegio...

¿Cómo explicar la mezcla de confusión, pena y remordimiento que advertí en su mirada?. Aunque de inmediato intentó borrarla, jamás la olvidaré. Supe entonces, que mitigaba culpas, yendo una vez al mes al Internado.
 
vihima,29.03.2014
Habían pasado tres años desde mi entrada al Internado por lo que contaba ya con la edad de trece años. Nunca hablé con nadie de las incursiones eróticas con Adela, mi monitora. Adela que ante todos me despreciaba y excluía por ser yo quien era, me convertía en el objeto de sus deseos cada noche... y lo peor de todo, yo acabé deseando que llegara el momento en que llegara con su camisón blanco y sus largos dedos que exploraban cada rincón de mi cuerpo recién despierto. Aquello no estaba bien, pero ¿qué sabía yo ya de bien y del mal? al fin y al cabo era el único momento en el que yo me sentía querida, apreciada, deseada... Pues ni siquiera la dulce Amalia, la otra monitora, me trataba más allá de la simple cortesía. ¿Qué podía esperarse de mí... una cría huerfana de madre, cuyo padre la había abandonado?
Por contra mi tío, seguía visitándome cada mes para saber de mí, se había convertido en mi referente masculino, aunque en sus gestos estaba viva la frialdad brutal de los Cruz de Miranda.
 
Canon,30.03.2014
bzumm, 30.03.2014/b

Pero quizás, lo que más marcó mi adolescencia, fué la primera visita al Internado, que luego se repitió inexorablemente una vez por semana, del Obispo del lugar. Llegó en gira de inspección, acompañado de la directora del establecimiento. Era el ser más parecido a un buzón que haya visto en mi vida. Su enorme bocaza y la púrpura vestidura...
 
Audina,31.03.2014
Cada viernes, la Directora de cada Departamento, unida al Obispo de la cercana catedral de Chantilly, pasaban revista a todas las estudiantes. Con rapidez, todas ordenábamos los armarios, libros, y teníamos la cama hecha. En formación, con el uniforme recién lavado y planchado, y los zapatos bien pulidos. Temíamos que llegara ese día, ya que la Directora se ensañaba con una vara de madera golpeando la espalda de la pobre infeliz que, a su juicio era desaliñada. Me miraba con desdén… no sé si debido a que sabía algo de lo que realmente me ocurría en ese centro….
 
pithusa,31.03.2014
. Con el tiempo fuí descubriendo que no era yo la única chica ultarajada. habían unas cuantas más que ya habían crecido y dejaron de ser apetecible para Amalia. Otras también habían dejado el internado. ¿ Y la directora...? ¡ Vaya uno a saber si hacía la vista gorda a lo que allí sucedía! En sus revistas, se hacía acompañar del Sr. Obispo, otro ser repelente al que no les importábamos:Perecía que nos iba a tragar con su enorme boca. Odio el color púrpura. Muchas noches soñé que lo ahorcaba con su capa maldita... Sus visitas eran un martirio para todas las internas que....
 
musas-muertas,31.03.2014
...ante la sola mirada del obispo bajaban su vista. Y así sucedió ese día.
El Obispo se presentó puntual para su visita semanal. Como todos los viernes, formamos en línea y bajamos la mirada. Sus pasos lentos resonaban en el silencio del pasillo de revista aproximandose. Guarde la respiración mientras escuchaba una mezcla de resoplido y lascivo jadeo. pasó frente a mi y suspire aliviada, pero los pasos se detuvieron, giró con cierta pompa teatral y se detuvo ante mi. Aguardé en silencio esperando lo peor.
una voz cascada me ordenó
- Mírame
 
Audina,01.04.2014
Subí lenta la vista hacia él, con timidez y mezcla de miedo. Me increpó de muy malos modos que no asistía al oficio religioso, como el resto.
Tartamudeé, no podía hablar. El sólo mirarle me recordaba esas visitas a medianoche, cuando Adela, la monitora se metía bajo mis sábanas y con dedos expertos me acariciaba mi pubis aún sin vello, y mis senos que emergían turgentes. Confieso que me sentía culpable de sentir placer, en esos juegos amorosos prohibidos. Había pecado.

Sabía que me castigarían por lo sucedido la noche anterior.... Varias de nosotras fuimos al parque cercano, decían que habían visto a un hombre merodeando. Teníamos el miedo en el cuerpo debido que en los alrededores existía un Psiquiátrico.
 
girouette-,01.04.2014
Un día asistí al oficio religioso. El evangelio hablaba de una mujer pecadora, a quien Jesús había defendido. El nombre de Jesús fue tatuado por una mano de ángel que sentí venir en mi ayuda cuando estaba frente al altar.
Cuando tenía catorce años, empecé a escribir todos los días. En las blancas hojas de un cuaderno, empecé a contar esta historia que leo hoy sentada frente a la chimenea de mi casa.
 
Zenobia-,01.04.2014
Mis recuerdos son vagos, pero nunca olvidaré las aventuras de "Las cinco", las incursiones a la piscina del "Pabellón Infantil", dónde nos ofrecimos voluntarias para dar de comer a los niños abandonados, cuando fuimos expulsadas del salón de estudio por la monitora al ponernos en el la falda del uniforme el alambre del cuaderno y parecíamos mujeres de otra época, y aquella vez que nos disfrazamos en navidad y fuimos pidiendo aguinaldo por todos los Pabellones, incluso la Directora se reía al vernos. Sí, lo pasamos bien. Era otra época....

Cerré el cuaderno, y lo guardé en el escritorio.
 
zumm,01.04.2014
Trato de recordar lo acontecido en esos días, para así poder explicarme que hago aquí, en el Psiquiátrico y cómo fué que llegué a este lugar.
Desde el patio veo a lo lejos, el campanario de la capilla del Internado. Hay veces que me parece ver junto a las campanas, una figura vestida de rojo mirando hacia acá. Me da un escalofrío pensar que podría ser el obispo y corro a meterme en mi cama, bajo las sábanas. Sólo me levanto cuando el terror ha pasado y Audina, la piadosa enfermera trata de consolarme con dulces palabras.
-Algún día recordarás todo y se borrarán los fantasmas de tu mente -me dice
No sé que responderle. Eso es lo que quiero...
 
hippie80,01.04.2014
Sin embargo la figura del espectro es indefinida y su color varía y evoluciona según el débil ángulo de la luz, el fulgor de sus ojos puede ser el simple reflejo de un haz producido sobre algún objeto pulido de piedra o metálico.
Aquello enigmático e indefinido produce en mí un temor oscilante cuya amplitud se expande o disminuye según el paso de las horas...
 
vogelfrei,01.04.2014
y los recuerdos, mezclados con alucinaciones, me persiguen. No sè que partes sucedieron realmente y cuales no. Recuerdos de un pasado que quisiera borrar, y no puedo.

 
hippie80,01.04.2014

Y cuando creo que las alucilaciones ya han abandonado mi mente febril, éstas regresan invasoras y violentas a mi aterrado pensamiento y se ciernen sobre mí, constantes y despiadadas.
He concluído en mis pocos momentos de lucidez que el Obispo y su visión espectral, no me perdonará...
 
lagunita,01.04.2014
Y no sé si podre algún día, igual cuando sueño en mis noches de angustia veo a lo lejos una mano oscilando, tratando de acariciar mi rostro, creo ver también un rostro de mujer, delicado y bondadoso. Jamás pude recordar a mi madre por ello es que creo sentir su presencia cuando me quedo dormida en esa habitación tan pulcra y desolada.
 
Ikalinen,01.04.2014
Un día me desperté, y al incorporarme, me contemplé a mí misma. Mis largas piernas entre las sábanas, mis brazos flacos, fibrosos, y mis muñecas ososas... Ahí vi las cicatrices de los cortes que me infligí intentando quitarme la vida, y me pareció que era la primera vez que las veía en mi vida. ¿Por qué había intentado suicidarme? Al principio no lo entendí. Sin embargo, tras analizar mis experiencias en los recuerdos que conservaba de mi extraña y fría familia, mi aislamiento en el internado, los abusos de Adela y el maltrato del intransigente Obispo, me respondí a mí misma y entendí mi desesperación. Había intentado huir, pero lo había hecho de la manera equivocada, y que eso me había valido otro encierro. Encontré en el bolsillo de mi camisón unas pastillas casi deshechas. Seguramente no me había tomado la medicación y ahora despertaba -al fin-. Y tuve el impulso de volver a huir, pero esta vez no quería morir, sino que deseaba escapar de verdad, para disfrutar de la vida...
 
lagunita,01.04.2014
Busque en mi mente un lugar especial donde ir a pasear, en mi retirada de pronto escucho voces en los pasillos, el miedo enfría mi decisión y me escondo entre sabanas oscuras junto a mi mal, sé que no debo temerle, la noche es blanca cuando existe la paz.
Muy lentamente recurro a mis horrores y mis errores, tratando de inferirme ese coraje que despierto sacude y me antoja obedecer.
Corro entre nubes de velos escondidos, veo a Adela correr tras de mí, y me estremezco de bronca, de miedo. Ella es la culpable junto a mi padre de todo mi dolor, de repente un frío recorre mi espinazo, un líquido corre en mi vena arterial.
 
Audina,02.04.2014
... Caigo desmayada en el frío suelo de mármol, cuando abro los ojos veo cuatro rostros que me miran. Son los especialistas. ¿Se encuentra bien señorita Ariadna? Tiene usted visita.

Unas enfermeras me acompañan a las duchas, y después de vestirme me llevan a una sala contigua.

Mi padre me mira con pesar. Sé que soy una vergüenza para la familia, de rango abolengo. Con tristeza en sus ojos, se acerca y me abraza.

 
gsap,02.04.2014
Probablemente era eso lo que necesitaba para volver a mi centro. Permanecí inmóvil en su abrazo, sin pensar, solo sintiendo. Dejé caer unas lágrimas y desahogue todo lo que guardaba dentro.

Mi padre me tomó el rostro con ambas manos y luego de secar las lágrimas que recorrían mis mejillas, me miró con lo que, en un primer momento me pareció tristeza, sin embargo en ese momento percibí que era ternura, y me dijo:
 
pithusa,02.04.2014
_¡ Perdóname mi niña...! Por el amor de Dios, perdoname.!
Luego continuó_ Tu tío me dijo que había intervenido para que te trasladaran aquí, después de tu intento de suicidio.
Conversó mucho rato, en tanto secaba mis lágrimas que se confundían con las suyas.
Me contó que una vez que se entraba al internado de señoritas, era difícil salir por asuntos burocráticos de la administración.
El tío hizo la denuncia de lo que allí sucedía con la colaboración de la enfermera Audina. Adela fue a prisión acusada de abuso sexual. El internado fue cerrado. Al Obispo, lo habían trasladado a Francia.
La dulce Audina trae mis cosas, mis remedios, mi ropa y mi cuaderno en donde comenzé esta historia. Gracias a mi cuaderno que ocultamente leyó la enfermera, el horror llegaba a su fín.
Ahora vivo con mi padre. Me visitan Audina y mi tío. Sé que se han puesto de novios.
Guardo este cuaderno en el escritorio, porque ya no hay más que escribir en él... ¡Estoy bien...!
 
Canon,02.04.2014
bAudina - iIdea de Yosoyasi/i/b

Mi padre, me abre los brazos en un mudo gesto. Siento en el alma una gran ternura. Ha estado viajando por la Ruta de la Seda, y ha estado incomunicado del mundo exterior. Me escribía cada semana, pero yo no recibí ninguna carta. Le dijeron que yo había fallecido de tuberculosis, y apenado al no encontrar cadáver que enterrar, se exilió por tiempo indefinido.
Su medio hermano se había puesto en comunicación con él, alarmado de saber dónde me encontraría.
Es mi padre, me digo. ¿Y si son sinceras sus palabras?
Las enfermeras han guardado todas mis pertenencias en una maleta. Estoy turbada por el cariz que han tomado los acontecimientos, pero estoy feliz: Perteneceré a una gran familia. Esa familia que nunca he tenido. No estaba en condiciones de elegir.
En mi mano estaba denunciar a aquella horrible mujer que me ultrajó mi inocencia.
No, no soy rencorosa: nunca lo he sido. Olvidar, olvidarlo todo.
La odisea de Melissa terminó en una novela, pero esa es otra historia.

 
Canon,02.04.2014
bFIN/b 2
(¯`*•.¸,¤°´''`°¤,¸.•*´¯
 
vihima,02.04.2014
NOTA: por error se ha borrado un mensaje, el de FIN 1 que iría después del texto de pithusa, el de pithusa sería el primer final y el de Yosoyasi (subido por Canon) el segundo.
 
yosoyasi2,03.04.2014

Mi padre, me abre los brazos en un mudo gesto. Siento en el alma una gran ternura. Ha estado viajando por la Ruta de la Seda, y ha estado incomunicado del mundo exterior. Me escribía cada semana, pero yo no recibí ninguna carta. Le dijeron que yo había fallecido de tuberculosis, y apenado al no encontrar cadáver que enterrar, se exilió por tiempo indefinido.
Su medio hermano se había puesto en comunicación con él, alarmado de saber dónde me encontraría.
Es mi padre, me digo. ¿Y si son sinceras sus palabras?
Las enfermeras han guardado todas mis pertenencias en una maleta. Estoy turbada por el cariz que han tomado los acontecimientos, pero estoy feliz: Perteneceré a una gran familia. Esa familia que nunca he tenido. No estaba en condiciones de elegir.
En mi mano estaba denunciar a aquella horrible mujer que me ultrajó mi inocencia.
No, no soy rencorosa: nunca lo he sido. Olvidar, olvidarlo todo.
La odisea de Ariadna terminó en una novela, pero esa es otra historia.
FIN
 



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