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EL_RETO_GANADORES,10.05.2017
Abro un nuevo reto cuyo tema central será el miedo. Se puede participar en prosa o en poesía . La votación será separada en prosa y poesía y en poesía.
Extensión máxima 1000 palabras.
El retro será válido con la participación de siete autores por categoría (siete mínimo prosa siete mínimo poesía)
El plazo para la entrega de textos es el 30 de mayo
Se pueden mandar más de un trabajo.
LOS TEXTOS SE ENVÍAN A MI LIBRO DE VISITAS EN PRIVADO. SE PUBLICARÁN APENAS SE RECIBAN.

 
EL_RETO_GANADORES,11.05.2017
ALLODOXAFOBIA

Voy a la Página de los cuentos por el Home. Veo que Micifuz, un cuentero al que leo ha subido un texto: “Catorce modos de pelar una cebolla mientras te beso la oreja”. Me llama la atención y me decido a entrar. Escribo mi Nick: Atravesado, mi contraseña: ladrillo_rojo.

Apenas ingreso veo que tengo una señal en mi Libro de Visitas y súbitamente entro en pánico. ¿Quién me habrá dejado un mensaje? ¿Será bueno, complaciente, agresivo? Mis manos comienzan a sudar. Estoy a un click de saber lo que dice pero no me atrevo a pulsarlo.

La última vez que alguien me dejó un recado era para comunicarme que sería abducido. Se me indicaba día, hora y modo. Me salvé porque me escondí en un cine atestado de personas Y en la oscuridad les fue imposible localizarme.

Desde entonces temo abrir el Libro de visitas. El temor se ha convertido en rutina. Si debo salir a la calle voy viendo hacia todas partes temeroso de todo aquel que me mira. Mi situación es tan grave que temo todos los comentarios de los lectores. Me aterra lo que puedan decir o juzgar de lo que escribo.

Busco ayuda psicológica. El loquero me dice que padezco de Allodoxafobia y eso me tranquiliza. Creí que tenía algo grave. Pero lo tranquilo no me quita el temor. Mi estrella indicando que tengo un mensaje continúa presente pues me niego a abrir el libro y el miedo a las opiniones de los demás, se incrementa día a día.

Voy de nuevo con el psicólogo. Le pregunto si no podría cambiarme el diagnóstico. Abrigo la esperanza de que cambiando el tipo de fobia mi miedo se desplace a otras cosas y pueda continuar con mi vida. El hombre se muestra complaciente y me diagnostica como aquejado de Araquibutirofobia, miedo a las cáscaras de los cacahuetes. Ah, qué alivio, desde pequeño tengo alergia al maní y no lo puedo comer. Una vez me invitaron a un pastelito que contenía cacahuetes y estuve tres días hospitalizado.

Mi miedo lo he desplazado de terror a las opiniones de los demás a miedo a las cáscaras del maní. Con no comprarlos estoy a salvo.

Y ahora, llegó el momento de la verdad, finalmente voy a poder abrir mi Libro de Visitas y leer el mensaje. Dice “Feliz día de la madre” Idiota. Es un mensaje colectivo dirigido a hombres o mujeres. Hay gente que no tiene ningún cuidado. No saben el daño que le pueden causar a uno.
 
EL_RETO_GANADORES,12.05.2017
Juan sin miedo

El cuento de "Juan sin miedo" era mi preferido en mi infancia. Los libritos de sus aventuras aparecían todos los sábados en el quiosco de los periódicos. Papá lo traía al mediodía junto a la revista"Bellla" para mamá y a su abultado diario del fin de semana. El domingo por la mañana nos veía a los tres sumergidos cada uno en su lectura preferida. A veces papá comentaba algo del diario o mamá le mostraba una foto de su revista pero yo no compartía con ellos las aventuras del valiente Juan. Juan sin miedo no se amedrentaba por nada ni ante nadie. No había abismo, monstruo, tormentas, animales feroces ante los cuales perdiera su frialdad y no resolviera todas las dificultades con su coraje.
Mi admiración por la valentía del personaje revelaba ya mi preocupación por no poder superar los problemas que me presentaría la vida.

Hoy soy un hombre adulto, tengo tres hijos adolescentes que abrumo con mis excesivas aprensiones, temo siempre que les suceda algo, soy hipocondríaco y vivo en ansia por todo. ¿Qué me dejó la lectura de aquél héroe de mi infancia que ante nada temblaba,ni escapaba despavorido ante los peligros?
Nada, quedó todo lo contrario.
Puede ser que ya de niño sospechara ya que no poseería jamás su temple.
Yo tiemblo ante mi jefe ,ante mi esposa, ante la más nimia dificultad. Todo lo que representa autoridad se convierte en amenaza para mi, en angustia descontrolada.Yo no hice nada malo, no tengo por qué sentirme culpable cuando un policía se acerca.

Las visitas al dentista me dejan extenuado; el miedo al dolor me quita toda energía,tiemblo tengo pesadillas y sudo copiosamente los dias anteriores a la visita.
Legué a temerlal teléfono porque siempre lo asocio con una mala noticia, aunque nunca recibí una por ese medio.
Viajes,salud, dinero todo me impacta con esa carga de amenaza desequilibradora.
Me dicen que es hora de que consulte a un psicólogo,me recomiendan uno que se llama -Lopez y dicen que es muy bueno pero tengo miedo que...

 
EL_RETO_GANADORES,13.05.2017
La plantita

-Cómprame una plantita, insistió Joaquín tirando del bracito de su madrastra.
Ella lo miro y pensando en su madre biológica que había dado a luz a ese niño tan rozagante, frágil y menudo, no había sido una tarea titánica sino un parto fácil, según el diámetro de la circunferencia del niño, ¿cuanto medirá ahora?, miro para abajo un metro diez, a lo sumo, y para qué querrá una plantita, para verla crecer y desarrollarse como seguramente se desarrollara él.
Porque ella ya lo había visto al padre, en ese estacionamiento, a cargar nafta, iba con su nenito, y lo trataba tan, pero tan bien al chiquito, sin extorsiones ni manipuleo.
-No te lo compro porque es un juguete toxico- le dijo.
El niño aferrado a su ídolo no lo soltaba.
Pero al final lo dejo en la góndola.
Así que se dijo a si misma... que padre tan persuasivo... Tiene que ser mío. Y así fue, y lo conquisto.
Fueron días enteros que se la pasaba en la estación de servicio esperando a que el llegara con su hijito y las miradas iban y venían y luego se produjo la magia y el hechizo.
Y ahora la ex no se lo quiere dejar ni una sola vez, solo con visitas vigiladas.
Y ella se lo llevo y le dio todos los gustos, así le hablaría a la ex de su actual pareja, de lo buena que era ella.
Entonces fueron al vivero, porque a Joaquín se le ocurrió comprarse una plantita, y que hizo ella, pues se la compro. Y no cualquier plantita amarilla o color violeta, sino esa que él quería, exactamente esa.
Y salieron con la plantita y el nene grito asustado, miro para abajo y oh que pasó… se pregunto…
El nene quería una plantita, y se la compre que pudo haber pasado…
Tenía extendida su manito hacia ella y lucia con arañazos y síntomas de verdadero daño.
Y Joaquín siempre jugaba con su vaquita de San Antonio, toda multicolor...
Era pues, una plantita carnívora.
 
EL_RETO_GANADORES,14.05.2017
Mentes criminales

Desde hace unos cuatro años, veo una serie estadounidense muy buena con este nombre. Está muy bien rodada y documentada. Imagino que inspirada en casos reales, que superan las mayores atrocidades que pudieras imaginar. Si no la conocéis, para que os hagáis una idea, es similar a la de CSI, donde resuelven prácticamente todos los casos en el laboratorio de criminalística. Salvo que en esta viajan por todo el país, y muestra el trabajo diario de una brigada de criminalistas de élite, perteneciente al FBI. Cuya especialidad es analizar en profundidad la mente de los asesinos en serie más retorcidos, anticipándose a su próximo movimiento.

Cada uno de los agentes de la unidad tiene personalidades diferentes que se complementan para conformar el equipo.

Así lo primero que intentan tras asignarles un caso, es trazar el perfil psicológico del criminal o criminales.

En verdad, a mí no me gusta tanta sangre, tanta mente enferma y retorcida. Pero a mi mujer le encanta y no se pierde un sólo episodio la jodía.

Esto me tiene verdaderamente preocupado, incluso me da miedo. Una mujer aparentemente normal, madre de dos hijos, y lo que la veo disfrutar viendo esta serie con escenas espantosas. Incluso a veces, me parece verle una mueca, una sonrisita maléfica en sus labios.

El caso es que tras cientos de episodios del CSI y Mentes Criminales, me he ido convirtiendo sin pretenderlo en todo un experto. Para mí, todos sois posibles asesinos en potencia, transtornados, desviados sexuales, sospechosos...y me fijo en el menor detalle. Por ejemplo: una palabra que usted escrita con h, cuando no procede. Significa que no duraría en usar un "h"acha para descuartizar a su pareja.

Y lo que es peor, no puedo evitar trazar el perfil psicológico de todo el mundo. Inclusive de cada uno de los cuenteros que escriben y leo casi a diario, en ésta página virtual azul.

Con vuestros escritos, sin advertirlo, vais dejando datos, pistas, herrores... (¿viste?), que normalmente pasarían desapercibidas para otras mentes. Pero para una perfectamente entrenada como la mía, gracias a los Simpson, es prácticamente imposible.

Incluso puedo hacerme pasar por un mosquita muerta, y llevar un cuchillo jamonero en la guantera del coche.

De este modo he descubierto, al tipo más peligroso de la pagina. Es el hombre cuyo nick es su apellido al revés, un asesino en serie de chicas morenas y pelirrojas. Y dice ser de El Salvador. ¡Jah!!. ¡Será de El Matador!!. Un trauma infantil es la causa comprobada, le pregunté directamente al susodicho. Resulta que su madre amamantaba a su hermanito a dos tetas, y él quedaba mirando...
mirando, mirando...los biberones de la criada. Una bella pelirroja exuberante, bien despachada.

Hay otro grupo de cuenteros, que usan avatares de animales. Lobitos, roedores, perritos, gatitos, pumas o elefantitos. Mucho cuidado con estos. Son psicópatas.

No todos los criminales son psicópatas ni todos los psicópatas son criminales.

Veamos 10 cualidades de personalidad que evidencian a un psicópata.

-Falta de empatía
-Gran poder de manipulación
-Irresponsabilidad
-Narcisismo
-Mentirosos patológicos
-Encanto superficial
-Falta de remordimientos
-Se aburren con facilidad
-Acoso o Bullying
-Poder y control

Joder!! Me doy miedo a mí mismo, tengo escalera de color, y todos los ases...inos de la página localizados.

¡Escúchame!. Necesito sangre fresca para que vuelva a brillar la afilada hoja de mi hacha.

¿Viste que puse herror con h?. ¡Muy observador! Gire la cabeza del monitor y sabrás el porqué.

¡Sayonara, baby!



¿A que te dio miedo?.
 
EL_RETO_GANADORES,14.05.2017
Visita al dentista

La ida al dentista fue un poco atormentada. No es porque le tuviera miedo, sino especialmente pavor.
Ella se ponía esos lentes transparentes, que te miran directamente adentro de las fauces, el barbijo para impedir que escupas tu sangre precisamente dentro de su boca, y vos calladito y con la boca abierta sin decir ni mu, ni esta boca es mía. Primero me dijo con su barbijo puesto que abriera la boca. Así lo hice sin más preámbulos. Luego con el monitor de su PC a la vista me indico que las raíces pendían de un filamento y otros molares que ya no se podían salvar.-Diagnostico, ¿pregunte? Y me agarre del pecho sabiendo una posible respuesta no muy reconfortante.- Lo veremos en el transcurso de la sesión odontológica. Para eso ya había diagramado tenerme en su recinto aséptico y totalmente blanco, impoluto, como tres horas. Primero me coloco esos receptáculos para sacarles molde a tus actuales resentidas muelas. El yesito correspondiente hasta que pegue. Después de unos minutos intenta retirarlo, no sin antes sostenerte de un lado, y viendo si ya se formo tu bonita escultura molar, retirarlo con un golpe seco. Así de arriba y de así de abajo. Maxilar inferior y maxilar superior.
De pronto entro el secretario con un bandejita más aséptica que antes la deposito gentilmente. Ella a través de su barbijo musita unas modestas gracias.
Observe su cara, me dije pero como lo único que le veía eran las cejas, y estaban un poquito oblicuas, así que debería estar pensando, en que…vaya a saber uno…
-No creo que con una limpieza profunda alcance, mucho sarro acumulado durante años, poco hilo dental, poco cepillado y poco uso de palitos intersticiales, sentenció
-Así que haremos una inmediata.
No quise preguntar, pero sucedió que a los doras de estar en el consultorio, me empecé a sentir mareado…no se ve como en un plano superior…limbo…
Había leído que con el Innovan y el Valium como anestesia producían hay efectos paradojales.
Así que veía estrellitas de colores y fuegos artificiales…que raro pensé.
Cuando me desperté del sopor… No tenía ni un solo diente en la boca.
Mi cara se había hundido por completo, mis ojos estaban en sus cuencas, eso creo con ojeras oscuras, y un gusto maloliente me recorría desde la boca hasta el estomago.
La sangre salpicaba todo lo que antes estuvo blanco, ahora estaba teñido de rojo furioso bermellón y como chaquitos de sangre coagulada.La odontóloga estaba en el piso desparramada y alrededor de su cabeza cada uno de mis dientes y muelas formaban una corona.
Bizarro, pensé, fue cuando vi aparecer a su fiel secretario con su maléfica sonrisita en el rostro, indicándome que la odontóloga sufría de epilepsia, y no había tomado sus medicinas y el se había encargado de todo, hasta de recrear un paisaje que fuera más piadoso cuando despertara de mi anestesia.

 
EL_RETO_GANADORES,15.05.2017
Atreverse

Pablo se despertó con cierta sensación de extrañeza. Aquella mañana no lo había despertado el teléfono como siempre. Su editor por lo visto iba a dejarlo tranquilo. Últimamente lo llamaba todos las mañanas para saber como marchaba su última novela. Se levantó, tomó una ducha y preparó el desayuno. Elvira llegaría en cualquier momento. A su esposa le agradaba realizar las compras temprano para dedicar el resto de la mañana a las largas caminatas que compartían.
Se habían conocido en la facultad cuando estudiaban letras. Recordó las señales inequívocas de Elvira antes de que él se atreviera a invitarla a salir. Seguía tan hermosa como siempre. Todos sintieron envidia cuando finalmente se casó con ella.
Los dos escribían, si bien ella no era tan exitosa como él.
La escritura ocupaba casi por completo todas sus tardes. A las cinco en punto ambos interrumpían las tareas para tomar el té y luego continuaban hasta la hora de la cena.

Pablo miró lo que acababa de escribir. Sonrió. Le hubiera gustado que todo aquello fuera verdad, pero él no era un escritor, y Elvira se había casado con otro. Nunca se atrevió a hablarle a pesar de que ella parecía interesada.
Ahora era una gran escritora; vivía con su marido y sus tres hijos. Solía encontrarse con ella mientras los dos hacían las compras por las mañanas. Elvira no daba muestras de reconocerlo. Es que él había cambiado bastante; usaba el pelo largo y una barba canosa para ocultarse de la gente.
También la observaba cuando realizaba largas caminatas por el pueblo. Esos días su mente retrocedía al pasado, y a veces, solo a veces, sentía miedo de vivir.
 
EL_RETO_GANADORES,19.05.2017
La Pandilla.

Cruzaba el parque aquel que unos años atrás fue un lugar hermoso y florido para pasear, hoy abandonado, en deplorables condiciones, con sus árboles secos y sus senderos destruidos. Los perros han hecho de este parque su hábitat preferido y lo ensucian y destruyen sin que nadie pueda hacer algo.
En mi paseo veo un perro vagabundo, inmediatamente le envío un pedrazo para que huya del lugar, no le quiero ver aquí. El can esquiva mi ataque y me mira burlesco, le ataco otra vez y nuevamente se defiende bien, ahora intenta huir. No deseo perdonarle y le persigo, echo a correr tras de él piedra en mano y que ahora reciba el castigo que quiero darle, por vagabundo y contaminador. En mi persecución no advierto un hoyo en el sendero y caigo malamente, fatalmente diría yo. Intento levantarme pero veo que el accidente es grave, mi pierna derecha percibo un gran dolor, sin duda es una fractura causada por la caída. Lo mismo me impide levantarme. Miro a mi alrededor y todo está desierto, incluso el perro que perseguía ha desaparecido. Mi única esperanza es que alguien pase por el lugar y me preste ayuda.
De pronto, a cierta distancia, aparece el maldito perro aquel, se sienta en sus patas traseras y se queda quieto, mirándome con curiosidad y con cierto aire de superioridad. Intento lanzarle piedras para mantenerle alejado pero el can está fuera del alcance de cualquier ataque mío y tampoco estoy en buenas condiciones para atacarle en forma.
El can solo está allí, mirándome impávido y solemne, de pronto, sin saber de dónde, aparecen otros perros que se alinean a su lado y toman la misma posición antes descrita, son cuatro canes que han llegado a hacerle compañía solidaria, y luego, sí luego, cinco canes más. Por tanto puedo contar 10 perros sentados a cierta distancia de mí mirándome de modo misterioso. Me miran, se miran entre ellos, esto me causa temor.
Mis esfuerzos por levantarme son vanos, solo logro agudizar más mi insoportable dolor, aquella fractura que me inmoviliza. Para hacer más penosa mi condición, los perros comienzan a ladrar, confieso que sus ladridos me intimidan y por primera vez, siento algo de miedo.
El sonido es ensordecedor, son ladridos potentes y de amenaza potencial… nadie pasa por el parque en aquel momento y ya me pongo a pensar en un posible ataque de esos perros salvajes, o quizás sólo me quieran demostrar que soy un intruso dentro de sus dominios.
Me conformaba y aliviaba con esos pensamientos, pero de pronto, dos canes furiosos abandonan el grupo, corriendo y ladrando amenazadores… se vienen hacia mí. El que llega primero al ataque, muerde mi pierna fracturada provocándome un gran dolor, el segundo intenta morder mi cuello y me defiendo con un brazo rechazando su ataque. Solo logra morder mi brazo del cual de inmediato, comienza a manar sangre.
Conformes con su ataque, los perros malditos y asesinos regresan a la formación de la pandilla, nuevamente el ritual de mirarme y amenazarme con su presencia y ladridos.
Como lo temía y con horror, observo ahora que cinco perros asesinos corren hacia mí, una nube de polvo se levanta en el correr de esos perros y sus hocicos abiertos me muestran los colmillos sanguinarios e implacables.
El ataque que recibo es horroroso y el dolor causado por los colmillos en las feroces mordidas, agudo, insoportable… una tortura indecible.
El ataque ha sido fatal, estoy perdiendo mucha sangre por el ataque canino y no creo poder soportar mucho más.
El quinteto salvaje regresa a la formación de la pandilla de perros y nuevamente toman posición tranquila, solo mirándome bañado en sangre, con aquellos ojos desafiantes y su postura superior.
Lo sé, no tengo duda, el último ataque será el decisivo, ¿Cuántos vendrán por mí? Lo ignoro completamente. ¿atacarán todos de una vez? ¿ O solo algunos elegidos vendrán a darme el golpe final ?.
La pandilla comienza nuevamente a ladrar, ensordecedor ritual de terror antes del ataque final. Es solo cosa de segundos, será de pronto y sin aviso posible, como manada de demonios salvajes vendrán a concluir su sanguinaria tarea de defensa territorial.
El sonido de los ladridos se torna insoportable y solo se acallará cuando un número indeterminado de canes inicien el último ataque, el definitivo.
Cierro los ojos, solo escucho aquel sonido infernal, como trompetas agudas de la muerte y la desesperación.
Por Dios !!!
Escucho entonces la voz de un hombre decir.
Son dos amigos que pasaban por el lugar y que se sorprendieron de verme ensangrentado y a punto de desmayar.
El de más edad me habla con mayor autoridad :
Luego enfrentando a la pandilla salvaje, les grita :
- Es suficiente Mickey, ya te has cobrado revancha, vete ahora con tus amigos a jugar y a tus fechorías. Eres el dueño del parque y nadie te lo va a quitar. Vete ya muchacho.
Los dos hombres aquellos me trasladaron rápidam
ente a asistencia médica, vi entonces el rostro de
l médico de emergencias y le escuche decir… vamos a ver si se salva. Luego me desmayé.
 
EL_RETO_GANADORES,19.05.2017
Perder el miedo

Cuando era pequeño tenía miedo de la oscuridad. Soñaba con ser un héroe, pero ni siquiera me atrevía a hablar con la niña que me gustaba.
Mis problemas se intensificaron en la adolescencia; recuerdo el temor que sentía de ser rechazado. Además era hipocondríaco, agorafóbico y obsesivo. Visité a varios terapeutas pero ellos me asustaban con sus preguntas y sus ojos inquisidores.
Probé con otros métodos e intenté convencerme de que mis miedos eran infundados. No lo logré.
Caí en las garras de la depresión.

Un día me recomendaron un psicólogo que poseía gran experiencia en fobias de todo tipo. Al principio no quería iniciar otro tratamiento, pero era tal mi desesperación que finalmente concerté una cita. Durante la primera sesión no podía dejar de temblar.

El tratamiento fue intensivo; las sesiones eran diarias y extenuantes. Mi inconsciente de a poco revelaba los motivos ocultos de mis temores. La madeja se iba deshilvanando, el éxito se hallaba cada vez más cerca. Finalmente lo conseguí; perdí todos mis miedos.

Ahora ya no siento temor al caminar por las calles, ni le tengo miedo a mi jefe, tampoco me preocupan las enfermedades. Ayer defendí a una señora a la que le estaban robando la cartera; los delincuentes no son motivo de alarma para mí.

Me siento entusiasmado y feliz. He decidido cumplir cada uno de los anhelos que dejé de lado en mi infancia y juventud.

Estoy en la terraza, no experimento vértigo como antes, observo el vuelo de las aves...agito mis brazos para imitar sus movimientos...parece muy sencillo.
Por fin comprendo que todo es posible cuando el miedo deja de ser un obstáculo. Es hora de volar.
 
EL_RETO_GANADORES,20.05.2017
El loco

Nadie dudaba que don Evaristo Terrón estaba loco, pero aún así había gente que se sorprendía cuando lo veía venir cada tarde con una bolsa al hombro, evidentemente vacía, atada con una soga y doble nudo corredizo.
-¿Qué lleva en esa bolsa don Terrón? –le preguntaban algunas mujeres, con una casi imperceptible risita en la mirada.
-Hoy, por suerte, pude cazar a Chucky, el muñeco maldito. Aquí lo tengo encerrado.
-¿Y qué piensa hacer con él, don Evaristo? Este tipo de personaje es muy peligroso.
-Por de pronto lo único que puedo hacer es apilarlo en mi rancho, en una pieza donde tengo a los otros.
-¿Cuáles otros, don Evaristo? Explíquenos.
Y como todos los días, Don Evaristo les explicaba a quiénes le preguntaran cómo había cazado a peligrosos personajes de la historia, como “El fantasma de la carretera”, que ataca a los que circulan en automóvil porque murió atropellado hace muchos años y nunca condenaron al culpable; a la “Bruja Blanca”, una mujer cruelmente apedreada y muerta por la supuesta idea de que era una bruja, y cuya venganza era, evidentemente, tirarle enormes piedras a personas del sexo masculino.
Y así, cada día, don Evaristo venía con su carga maldita encerrada dentro de las bolsas, y con mucho cuidado las iba apilando en el piso de su rancho.
-No sería mejor entregarlos a la policía -aventuraban algunos, mirándose con complicidad.
-No. Ya lo he hecho, pero nadie me hace caso. Me toman la denuncia, pero después se desentienden. Y esto es algo muy serio: peligra la humanidad.
-Habría que matarlos –opinaban algunos. Es mejor terminar con el problema de cuajo. ¿No cree?
Don Evaristo largó una carcajada.
-¿Matarlos…? ¿Pero acaso no saben ustedes que los fantasmas nunca mueren? No, no puedo matarlos, pero al menos los tengo bien encerrados.
-Pero… ¿Y si se escapan?
-No podrán hacerlo. Están atados con doble nudo corredizo. Además yo los vigilo toda la noche, que es cuando se podrían arriesgar a salir. De día no molestan.
Don Evaristo se dirigió a su rancho y apiló su trofeo, satisfecho por la tarea del día.
Unos muchachones, esa noche, fueron a espiar por las hendijas de la ventana de la sala de los fantasmas, donde don Evaristo vigilaba a sus presas recostado en un catre, tratando de dominar el sueño.
Como habían calculado, en un momento dado, el viejo, transgrediendo su vigilia, quedó profundamente dormido.
-¡Es hora de liberar a los fantasmas! -susurró el más audaz, y seguidamente, los intrusos desataron uno a uno los nudos corredizos de las bolsas.
Cuando don Evaristo despertó, alertado por los espantosos gritos de terror de los muchachones, nada pudo hacer. Al menos eso le contó a la policía, para explicar la presencia de varios sujetos despanzurrados, apedreados, muertos y mutilados de la más atroz manera, hallados en su rancho.
 
EL_RETO_GANADORES,20.05.2017
Hambrientos

En la guerra del año 1973 en cierto país del Medio Oriente éramos un grupo de estudiantes intrépidos que fuimos a desarrollar nuestras aventuras, nuestra disciplina, y por sobre todas las cosas, el poder de la resciliencia.
Nuestro campamento estaba en la frontera. A lo lejos y no tanto se escuchaban ruidos de metralla, de guerra sonidos alarmantes que nos hacían dormir toda acurrucaditas.
Durante los días cosechábamos la fruta, porque si no se pudriría en los árboles. Nos daban una medida de madera, para colocarla, si la fruta en cuestión, el durazno no pasaba por la medida, pues lo retirábamos del árbol.
El árbol del manzano estaba muy cargado, por eso nos quedamos con algunas manzanas demás para devorarlas a la mañana siguiente, y era todo tan frugal, tan módico y tan despegado, que lo único que había en la cabaña era una mesa. El baño afuera y demás está decir que nuestras piernas temblaban de miedo cuando salíamos a orinar, y además que nos ocurriese algo algún más grave. Ser atravesados por la metralleta enemiga o quizás la propia. Nunca se sabía.
Esa noche dormimos como santas.
Dejamos las manzanas en la mesa, los duraznos ya habían sido dejados en su cubículo a tal efecto.
Nos despertamos, por supuesto con el alba y con esos ruidos atronadores.
El piso de piedra molida, los ventanucos chiquitos sin rejas. A mí me despertó la morocha alta , me sacudió fuertemente.
Allí sobre la mesa estaban las manzanas todas mordidas con dientes filosos, como masticadas por seres hambrientos y desesperados.
Allí fuimos consientes que una brutal horda de salvajes ratas habían invadido nuestro precario hogar. Subimos a la mesa y nos pusimos a reír furibundamente a carcajadas, mezclados con llantos, hasta que los soldados de uniforme verde se encargaron de volvernos a la realidad.
 
EL_RETO_GANADORES,22.05.2017

La confesión

Lo que voy a relatar sucedió durante mi internado en un colegio de monjas, cuando cursaba la enseñanza media, hace ya muchos años.
La monjas nos controlaban constantemente y vigilaban los más imperceptibles movimientos que hicieran suponer que estábamos “en pecado”, ya que el castigo sería implacable y, según ellas, dios podía vernos en todo momento; eso nos ponía en un aprieto, porque, como adolescentes que éramos, teníamos una gran imaginación, y si esos pensamientos eran consentidos –según decían -estaríamos en pecado mortal, a unos pasos del infierno tan temido. Lo malo era que había que confesarle al cura todos nuestros pecados, ante la amenaza de la muerte eterna.
Yo sentía terror de acercarme al confesionario, no por el grueso de mis pecados, sino porque me intimidaba el padre Smith, el confesor, tan alto y tan serio como era; por eso no me animaba a cumplir con el cuarto sacramento de la ley de dios, que es la penitencia, y tengo que decir que tampoco comulgaba porque parece que comulgar sin confesarse era un terrible sacrilegio.
He aquí que las monjas ya habían empezado a mirarme mal, y mi remordimiento y terror aumentaban, hasta que un día junté coraje y decidí cumplir con el dichoso sacramento, aunque me invadía un miedo tan atroz que sentía que se me estrujaba el corazón.
Me acerqué al confesionario, arrodillándome y poniendo cara de arrepentimiento para impresionar al cura; enseguida comenzó el protocolo de la señal de la cruz y una letanía pidiendo perdón por anticipado, a la que yo debía contestar en riguroso orden un estudiado repertorio.
Yo temblaba como una hoja y no me animaba a mirar al cura que, cumplido el protocolo, me lanzó en un tono dulzón su primera pregunta: “¿Qué pecados tienes, hija mía?
Se me revolvió el estómago cuando me pegó en la cara un repugnante aliento a ajo y a dientes mal higienizados; no supe qué contestarle ya que no me acordaba de ningún pecado digno de mencionar. Entonces comencé a decir algunas faltas que no estaba segura si eran graves, como que no me había lustrado bien los zapatos y no me aliñaba bien, cayendo, según nos habían enseñado, en el séptimo pecado capital: la pereza.
El cura me escuchó, pero no conforme por el tenor de mis pecadillos, arremetió acentuando su voz melosa, y largándome otra bocanada de su fétido aliento me preguntó abiertamente: ¿Alguien acarició tu cuerpecito…?
Hubiera querido decirle que sí, que una vez un “jueputa” dentista me manoseó, y que, mientras con una mano apretaba mi boca esperando que se solidifique una amalgama, con la otra mano manoseaba mi incipiente pubertad, produciéndome un terror indescriptible; o mencionar aquella otra vez en la que el papá de una compañera, a quien le había pedido que me ayude a inflar las ruedas de mi bicicleta, se cobró el servicio con unos inesperados pellizcos en mi zona prohibida.
Pero no me animé a decirle nada. Entonces, horrorizada, salí corriendo a esconderme detrás de las balaustradas de la iglesia. Allí esperé el castigo de dios.
Pero no fue dios quien me castigó, sino las monjas, que consideraron que era una rebelde consentida, y fui expulsada del colegio, porque no cumplía con los preceptos de la iglesia.
Puedo asegurarles que más que castigo fue una bendición, y hoy día voy feliz por la vida con todos mis pecados a cuestas.
 
EL_RETO_GANADORES,01.06.2017
desde hoy hasta el día 4 de junio se entregan las votaciones a mi libro de visita en PRIVADO

5 puntos al preferido
4 puntos al que sigue en preferencia.

lOS PARTICIPANTES ESTÁN OBLIGADOS A VOTAR LOS LECTORES PUEDEN HACERLO SIN OBLIGACIÓN
sERá bien recibidas las motivaciones que dieron origen al voto

Si todos votan el 7 tendrán los resultados
A VOTAR Y COMENTAR
 
EL_RETO_GANADORES,03.06.2017
hasta el día 4 de junio se entregan las votaciones a mi libro de visita en PRIVADO

5 puntos al preferido
4 puntos al que sigue en preferencia.

lOS PARTICIPANTES ESTÁN OBLIGADOS A VOTAR LOS LECTORES PUEDEN HACERLO SIN OBLIGACIÓN
sERá bien recibidas las motivaciones que dieron origen al voto

Si todos votan el 7 tendrán los resultados
A VOTAR Y COMENTAR

 
EL_RETO_GANADORES,04.06.2017
Por favor el autor de Hambrientos declare su autoría
no consigo encontrarlo probablemente fue enviado a otro lugar y de allí lo rescaté olvidando pegar el nombre del autor.

dejar en mi libro de visitas en privado el nombre del autor de Hambrientos.por favor.
 
Ninive,05.06.2017
Por favor que el autor se identifique en mi librito devis. En privado
 
El_reto_ganadores,06.06.2017
estos son los resultados de la votación
 
El_reto_ganadores,06.06.2017
La confesión de Clorinda 18 votos
Visita al dentista de martilú10
Mentes Criminales de grillo 10


Allodofobia de -Zepol 8
Perder el miedo de glori 8

El loco de Clorinda 5
La pandilla de hippie 4

La plantita de martilú 0
Juan sin miedo de Ladanny 0
Hambrientos de XXX. 0

felicitaciones a todos buen trabajo. Hasta el próximo reto
 
Clorinda,07.06.2017
Gracias a los que me votaron y leyeron! (les CONFIESO que ahora me siento más liviana).
Felicitaciones por los cuentos presentados. Me gustaron todos.
 
grilo,08.06.2017
Mi votación fue
5 La confesión
4 ALLODOXAFOBIA

Muy buena historia por la que casi todos pasamos de pequeños cuando fuimos a un colegio católico o a realizar la primera comunión. Ya no voy por no matar al cura de un infarto o de un soponcio. Y muy buena redacción.

* FELICITACIONES*
 
Clorinda,08.06.2017
Es interesante publicar la votación. La mía fue:

1) PREFERIDO: "VISITA AL DENTISTA" de martilú.
Está muy bien redactado y el toque humorístico y a la vez intimidante (para el paciente) invita a seguir leyendo. El final desopilante e imprevisto.

2) SEGUNDO LUGAR DE PREFERENCIA: "ALLODOXAFOBIA" de zepol:
Mantiene la tesión y el interés este caso psicológico que nos toca de cerca, y quizás no exagera demasiado. zepol sabe, Jajajá! El broche final lógico, pero imprevisto.
 
filiberto,10.06.2017
Mis preferidos:

ALLODOXAFOBIA
La plantita
El loco
Mentes criminales
Tal vez alguno de ellos requiere pulir la redacción pero son menudencias solucionables, por lo demás...un gusto.
 



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