No puedo adentrarme en tus mares,
porque no se nadar en aquellas aguas.
Mi barca es debil para tan grandes oleajes
que envisten ciegamente contra rocas de palabras inaudibles por la potencia del agua tibia,del agua sarcástica.
Agradesco que me hayas dejado barado en la orilla como un trozo de algo.
Si una simple tabla flotando bastó para que Pablo Neruda fabricase su escritorio, alguien puede recoger algo de mi y usarlo de una forma simple,
sin complicaciones.
Doy gracias de haber podido bloquear mis fosas nasales. De lo contrario mis pulmones estarian llenos de tu aroma.
Lamento no haber podido nadar en tus aguas.
Lamento no haber sido capaz de remar sobre la cresta de tus olas.
Lamento haberme ahogado cada ves que intente sumergirme.
Lamento... lamento poder recordarlo.