Anoche lloré por ti inmerso en la profundidad de mis sueños
Y supuse al vientre tus cabellos de mujer
que se mueven al vaivén del amor
que ensangrentado por el tango de nosotros genera el amanecer
de una luna de plata que se establece dentro de las velas
sólo, sólo para verte en las inmensidades de mi ser.

Es tiempo de volver a la época de soñar por ti
De vivir sin el penoso deseo de besarte los rincones del sudor
En donde nos encontramos sumergidos y casi ahogándonos,
pero muy dentro del sabor del sudor se deja ver
entre sutiles movimientos de palabras dichas, tu risa, tu mirada
permanente de sal y de azúcar, de solemnidad y de encuentro.

Genera en mí un sentimiento anhelado el saber que me amas
Y el saber que te amo, que sin complicaciones salvamos al amor
Que nos encontramos tirados en las faldas de los besos,
Que dentro de nuestro mundo satisfacen las necesidades mutuas.

Solos nos tenemos, solos caminamos bajo la lluvia de un octubre
Con amanecer, con infraestructura para amar.