Una joven hablaba sola a orilla del mar; un grupo de hombres no juntos la observaba entre ellos Kiko un maquiavélico de adición hacia las feminas. El grupo de hombres no juntos con la nonfomonía de acariciarla ferozmente su cuerpo al desnudo como una virgen plena.

Descubre a kiko he ignora y continua en disimular que descubrió a un observador, se comunica con las aves del área ocultando su soledad vocifera en lenguaje de sirena y Kiko mal entendible porque supuso el soy yo el amor deseado, querido que ese cuerpo extraña.

Rime algo, se presta a escuchar no es el viento, ni las hojas de los árboles, tampoco un crustáceo, ni mucho menos un reptil entonces clama ella que será estaba atemorizada. Ya si no es más que un cerdo salvaje. Kiko adivina su pensamiento kismente cuando le pide ayuda a Roberto y Kiko y yo que solo creía que era yo nada más. Sigue imaginando cosas Kiko.