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(Diciembre de 2002)

El Palacio de Congresos de Madrid estaba al límite de su capacidad. O al menos esa impresión daba, a juzgar por la cantidad de fotógrafos, cámaras de televisión, carreras, bolsos, besos, flases y sonrisas que se entrecruzaban y a veces tropezaban entre sí. Los guardias de seguridad intentaron mantener la compostura cuando vieron entrar al Príncipe, de quien muchos de ellos llevaban secretamente una foto en la cartera, de la mano de Leonor Watling. Los flases enloquecieron y probablemente dejaron secuelas oculares a los protagonistas y a los guardaespaldas. Era la foto más esperada de la noche: el Príncipe y su novia, actriz en alza y favorita al Goya por su participación en Deseo.

La entrega de los premios Goya del cine español concitaba cada vez mayor interés del público, de los profesionales, de los medios de comunicación e incluso de los políticos. Las películas candidatas aumentaban su recaudación obtenida hasta esa fecha, y las premiadas en las principales categorías la doblaban. Los productores no desdeñaban ya el llamado Efecto Goya para la taquilla, y los políticos, ávidos de sumar éxitos de aquí y de allá, también querían participar en éste. Por el hall de entrada y por la alfombra de las principales marcas patrocinadoras ya habían pasado y posado juntas las últimas cuatro ministras de cultura, las cuatro vestidas por el mismo modisto y con un modelo que recordaba el traje verde de la actuación de Marisa Paredes en Tacones Lejanos. Sin duda, esa también sería una de las fotos de los periódicos del día siguiente.

Era una noche muy fría del mes de enero. Las pieles se cubrían con otras pieles justo hasta tres metros antes de la trinchera de fotógrafos. Las viejas glorias del cine nacional llegaban acompañadas de jóvenes usurpadores en una camaradería inusual. La noche prometía sorpresas en las que participaban todos.

Nadie parecía odiar a su acompañante, aunque todos querían ofrecer su mejor perfil. Había quien se recreaba en la alfombra patrocinadora como si esperara echar a volar, hasta que los flases dejaban de dispararse. Entonces reanudaba su camino hacia el patio de butacas. Los había también tímidos que atravesaban el hall a toda velocidad, y a estos había que pedirles que hicieran el favor de posar al menos un instante.

Pasaron los guionistas más conocidos y los anónimos o, mejor, los que firmaban con un nombre que no se asociaba a ninguna cara. Así, la noche en que Salvajes ganó el Goya al mejor guión pudimos descubrir que en realidad Salvador Maldonado era Lola Salvador. En esos momentos decaían el número y la intención de los destellos de los flases, pero en seguida se reavivaban.

Al Palacio de Congresos seguían llegando invitados. Peluqueras a las que nadie conocía, pero que habían contribuido al éxito de una película de época. Decoradores, músicos, cortometrajistas vestidos como para ir al fútbol, músicos, actores que cruzaban el decorado para decir una única frase, (y a Dios gracias):

- Él encontró vulgar la manera en la que ella apagó el cigarrillo en el cenicero.

El cine español lo hacían también todos ellos, además de las madres de esos directores treintañeros que han aceptado por fin esa loca pasión de sus hijos y que se emocionarán esta noche cuando alguno de ellos las nombre mientras recoge el Goya al mejor corto de animación o incluso a la mejor Dirección Novel.

El hall se iba quedando vacío a la vez que el murmullo se trasladaba al interior de la sala donde estaba a punto de comenzar la entrega de los premios de cine más esperados.

Pero aún quedaban muchas fotos por hacer. Melanie Griffith y Antonio Banderas fundieron algunos focos: los flases volvieron a relampaguear otra vez. Por primera vez, Melanie Griffith asistía a la ceremonia. También llegaron Alejandro Amenábar y, un metro más arriba, Nicole Kidman. También estas fotos estarían al día siguiente en la prensa. Y Fanny Ardant y Olivier Martínez, que acababan de rodar en España.

Los fotógrafos comenzaban a quedarse sin carretes. Hubo que pedir refuerzos y un repartidor de Kodak llegó con dos cajas grandes de película.

La hora prevista para empezar la fiesta se acercaba y las fotos elegidas al principio cedían su sitio a otras posteriores, o al menos planteaban dudas. La maestra de ceremonias salió al hall para preguntar a la jefa de prensa del Palacio si podría comenzar a la hora fijada.

- Por supuesto, a menos que quieras perder la emisión de la última parte de la ceremonia. Los 180 minutos pactados con TVE son innegociables en las coordenadas precisas: ni un segundo más ni antes ni después, sobre todo después.
- Pero ¿han llegado al menos todos los que están convocados para entregar premios?
- Faltan Penélope Cruz y Tom Cruise. Y...

En ese momento los flases empezaron a dispararse furiosamente otra vez. Los fotógrafos, en lugar de estar aburridos, estaban encontrando su trabajo interesante por primera vez en años. ¡Aquella era de verdad la foto de la noche! El reencuentro del director más internacional del cine español y la actriz que protagonizó sus películas más divertidas y emocionantes: Carmen Maura y Pedro Almodóvar, reunidos en público 15 años después de su sonada ruptura. Ya sabíamos cuál sería la foto de las portadas de los periódicos del día siguiente.

Los fotógrafos los recibieron con aplausos, lo que no entra en absoluto dentro de los usos de la profesión. Ella llevaba el pelo muy corto y teñido de negro. Estaba muy delgada y lucía un traje de satén rojo. Por encima de todo, destacaban unos largos pendientes de esmeralda que captaron la atención de todos.

- Me los ha regalado él para la ocasión. Me los ha traído de Kenya.

Él llevaba llevaba un traje negro de Dior y una camisa roja. Por primera vez en mucho tiempo Almodóvar lucía también una corbata estampada con los granjeros de Grant Wood. También acaparó la atención.

- Me la regaló ella en 1987 cuando presentamos La ley del deseo en Nueva York. Decía que la mujer le recordaba a mi madre, con quien se entendía muy bien. Creo que es una buena ocasión para recuperarla, aunque no vaya con el modelo.
- ¿Este reencuentro significa que vais a trabajar juntos otra vez?, preguntaron varios cámaras de televisión e incluso un guardia de seguridad que estudiaba en el taller de Cristina Rota.

Carmen Maura y Pedro Almodóvar, cogidos del brazo, se apretaron aún más. Hicieron un gesto afirmativo y dijeron que no querían ser maleducados y llegar tarde.

- Pero os lo contaremos con gusto luego en la fiesta.

Ambos alcanzaron su asiento, ya con las luces apagadas, un instante antes de que saliera la presidenta de la Academia a leer su discurso. La ceremonia acababa de empezar. Detrás de ella, una gran pantalla reproducía imágenes de los invitados: el Príncipe y la actriz Leonor Watling; Victoria Abril al lado de Miguel Bosé; Tom Cruise y Penélope Cruz; Javier Bardem y Mariola Fuentes, con quien acababa de rodar una comedia... Pero un suspiro (unánime) en toda la sala logró apagar el discurso de la presidenta cuando todos vieron reflejados en la pantalla a Carmen Maura al lado de Pedro Almodóvar.

- ¿Es que van a rodar juntos otra vez? Pregúntaselo a Paz.
- Es una maniobra de publicidad. En realidad, se detestan, pero ella está en plena decadencia y para una película de éxito hace 8 que no ve nadie. Tras La comunidad ¿qué ha hecho decente? Minipapeles absurdos en películas francesas que ni siquiera se distribuyen aquí.
- Y Hable con ella ha sido un fracaso en España.
- Hombre, no creo que se pueda decir que una película española que ha sido vista por un millón de personas es un fracaso. Además en Francia ha funcionado muy bien.

El espectáculo había comenzado. El primer número musical reunía a dos actrices de los 60, Sara Lezana y Concha Velasco, y a dos actores jóvenes, Pedro Alonso y Rubén Ochandiano. Recreaban uno de los bailes de Los Tarantos porque se homenajeaba a Antonio Gades, quien recibiría el Goya de Honor ese año. Pero ni siquiera así se apagaron los murmullos.

- Pero ¿por qué se enfadaron?
- Fue en el rodaje de Mujeres al borde de un ataque de nervios. El encontró muy vulgar el modo en que ella apagó un cigarrillo en el cenicero y tuvieron que repetir la escena 68 veces.
- Pero tuvo que haber algo más.
- Ella atravesaba momentos personales muy difíciles y él se ensañó diciéndole que estaba en la mitad como actriz, solo porque le iba bien al personaje.
- Él también está en la mitad como director desde que no trabaja con ella, incluida Todo sobre mi madre y su óscar, pero nunca lo reconocería.
- ¿Te olvidas de Átame? Tampoco ella reconocería que en los últimos 10 años ha hecho tres películas salvables.

La dinámica de la entrega de premios y de los besos, agradecimientos y aplausos avanzaba a buen ritmo, pero el público aprovechaba cualquier resquicio para seguir comentando el otro acontecimiento de la noche.

- ¿Han dicho ya si van a trabajar juntos?
- Parece que sí. Se trata de un proyecto como el de 8 mujeres en el que ella será la protagonista, pero también estarán casi todas las actrices con las que ha trabajado hasta ahora y otras con las que siempre ha querido hacerlo, como Esperanza Roy y Amparo Muñoz . Por cierto, ¿lo de estos dos va en serio?

Estos eran el Príncipe y la corista.

- No tengo ni idea. Mira, son ellos. Van a entregar el premio a la mejor película. ¡Qué corbata tan imposible lleva él!
- Los pendientes de ella no son precisamente discretos. ¡Qué delgada está!

Carmen y Pedro estaban en el escenario delante del micrófono. La pantalla gigante recogía el detalle de sus rostros y de sus manos, sus gestos y sus miradas. Nadie podía saber si aquella escena era natural o estaba ensayada. Ambos eran muy buenos actores. Los pendientes de Carmen Maura brillaban con intensidad en su cuello y en la pantalla, como si hubiera un foco dentro de ellos.

- Sé que no son unos pendientes sencillos, pero esta noche es muy especial para mí y quería ponerme lo más guapa posible. Me los trajo él de Kenya para esta ocasión.
- Ella me regaló esta corbata en 1987 en Nueva York. Decía que la señora le recordaba a mi madre. Ya lo he dicho a la entrada: no va con este modelazo, pero me da igual. Aprovecho para informar a todos, pero especialmente a los fans y amigos que nos han preguntado durante estos 15 años que cuándo íbamos a trabajar de nuevo juntos, que por fin ha llegado ese momento. Empezamos a rodar el próximo mes de marzo. Una comedia titulada Mujeres y aeropuertos.
- Sé que nos excedemos del tiempo asignado y que los cuatro aspirantes a la mejor película quieren saber quién ha ganado, pero también hay mucho público que esperaba este momento. Quiero añadir que esto no es un montaje publicitario, que no es marketing. Estoy aquí porque estoy feliz de volver a trabajar con Pedro. Y porque lo quiero. El Goya a la Mejor Película de 2002 es para ...
- Un momento, por favor. Yo tengo que responder también. Te quiero, Carmen.

Este fue el único momento en que se hizo casi el silencio. Los productores de las películas candidatas estaban criticando la egolatría del director y de la actriz. La maestra de ceremonias veía cómo los últimos 5 minutos de ceremonia se consumían, y se mordía las uñas pensando que la emisión se cortaría antes de leer el título ganador. Por fin abrieron el sobre lacrado y leyeron el título. La presentadora de la gala respiró y empezó a recibir felicitaciones hasta que se cayó al suelo. Cuando despertó, lo primero que hizo fue prometerse que nunca más volvería a presentar un acto de esa naturaleza. Era mejor que no fueran tantos famosos y que no pasaran tantas cosas, tantas reconciliaciones, tantas especulaciones sobre futuros matrimonios reales (o ficticios). Ella también saldría en una foto de portada, pero en la revista interna de una clínica de reposo.

Texto agregado el 02-02-2006, y leído por 513 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
10-02-2007 Me gustó. En verdad no soy capaz de criticar literatura... por esta razon los puedo decir "me Gusto" o "no me gusto tanto". Un abrazo, parakultural
05-02-2007 Sínceramente es de lo mejor que he leído. Digno de ser públicado en cualquier crónica social, y es que ya se sabe el marketing es el marketing. No te doy cinco estrellas, serían insuficientes... te doy mil****** dafne01
05-02-2007 muy bueno el_altazor
05-02-2007 Perdona los fallos...es que tengo algo por aqui que me esta poniendo myyy nervioso. melenas
05-02-2007 Es lo beno de invitar, que luego te invitan a leer obras de arte como la que tengo enfrente de mi, muy bien contado compañero, te felicito una y mil veces, eres un fenomeno de estor artes.gracias*****pablo melenas
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