No puedo creer lo que está pasando, es inaudito.

Que se les ponga una rebanada de queso a los telegramas (delgada para no revirar el precio) lo entiendo, las cosas saben mejor con queso, pero que a estas alturas de la vida se desfunde la bolsa llena de cartas del señor cartero no puedo concebirlo. Imagino la libertad que han de haber sentido esas pequeñas cuando el ventarrón les llegó. Ya las veo, corriendo y volando cual tortugas como si les hubieran prendido un ventilador en la cara.

Ahora han de estar extraviadas sin saber para donde ir, tratando de voltear los hojos (no hablo de ojos, estos son otros, esos que tienen las cartas)para alcanzar a leer de donde vienen o a donde van, si el destinatario y el remitente se escribieran en el sobre como yo lo hacía antes (del otro lado) estas pobres cartas no tendrían nungún problema en caminar (o volar) hasta donde tienen que llegar.

El no poder leerse a sí mismas por fuera no es el único problema que enfrentan ellas, pues esto se arreglaría fácil si se pusieran una tras la otra y se leyeran entre sí, el problema es que no saben leer por fuera...sí, así es, este es el caos que hoy se desató en la ciudad a temprana hora.

La desorientación y el exceso de libertad en las cartas han creado toda una serie de barbaridades, ya que las famosas cartas no pueden leerse por fuera, el descontrol las ha incitado a leerse por dentro, buscando alguna respuesta, investigando a donde van, de donde vienen, o alguna pista que les diga quienes son... pero nunca aprendieron a leerse en silencio, no saben pensarse, todas y cada una de las cartas está recitando lo que tienen escrito por dentro, esperando con el corazón en la mano que alguien las reconozca, que alguien las escuche... pero todos pasan de largo...

He leido hoy en un periódico local, además de la nota de ayer, que las cartas han cometido un suicidio colectivo, todas y cada una de ellas en su desesperación se han arrojado al río, como mariposas suicidas que se atreven a cruzar una carretera, recitando sus últimas palabras: "... Con cariño, tu mamá... muchos besos, J. ... Grandes abrazos, S. ..."

Así que ahora la delegación está pidiendo la colaboración de toda la ciudadanía para que comprendamos la situación y la gran pérdida que sufrimos todos, y esperamos de verdad que el señor cartero se reponga de esta catástrofe.

Ahora entiendo por que nadie ha escrito en los últimos días...