Para pensar en ti

Para pensar en ti
no requiero mucho esfuerzo
me basta con ver mis manos,
aquellas manos que acariciaron
la foto de tu cuerpo.

Para pensar en ti
sólo debo entender que dos más dos
es cuatro,
sólo debo saber que
pensando en ti remonto en vuelo
parajes intransitables, hielos eternos
como aquel doloroso último adiós.

Para pensar en ti
es preciso saber que la madre tierra
enciende las esperanzas, que soy
maya, inka, azteca
que mi piel es bronce y canela.

Para pensar en ti
basta nombrar el cielo
basta repetir dos veces la luna
y encandilarse con el sol.

Mas, para qué pensar en ti
si puedo tocarte y tenerte
con tan sólo un deseo
y dos palabras,
con tan sólo el aire que respiro
con tan sólo el viento de la tarde.

Sólo sé que pensando en ti
me paso la vida,
que el amor verdadero lo encontré
cuando claudicando en este camino
vi florecer el desierto, llorar de envidia
con cada paso tuyo,
con cada lugar iluminado
por el brillo de tu mirada.

Esa mirada indómita, salvaje
una flor misteriosa
planta sin arrancar
esa flor parida con el amoroso
dolor de la tierra dando a luz,
con el amanecer de una nueva
primavera, con la tierra
hecha jardín de tanto ansiarte a ti.

Para pensar en ti
debo encontrar mi corazón
y dejarlo hablar, dejarlo cantar;
cantar esa canción
que rejuvenece el tiempo
y hace olear al mar.

Para pensar en ti...
sólo te necesito a ti
y a este loco pensador
que no hace nada más que...
vivir todo el día pensando en ti.