Suave, subiendo lentamente por mi espalda, caliente, lento, tus labios en llama, están llegando a mi cuello, y ahí te estancas y quedas un largo tiempo, me consumo, soy puro fuego, y como una ráfaga ligera me das vuelta,
y me bebes lentamente, mis labios ya están secos, así que soy yo,
la que ahora bebo, ardemos en un infierno, consumiéndonos
como si fuese el fin del mundo, estoy loca, deliro, he perdido el control,
no puedo contenerme…Silencio, solo tus dulces besos, vuelves a mi cuello, y comienzas a bajar por mi espalda, reposas en mi cintura, tus manos me rodean, y me abrasas, estoy a salvo…Más caricias, esto si es vida, jamás me sentí de esta forma, que pena que la noche no es eterna, para quedarme por siempre y
para siempre en ti, acaricias mi pierna, beso tu espalda, ahora me
encuentro en tu pecho, en tu boca, soy tuya en cuerpo y alma,
te entregue todo, creo que ya no te puedo dar más, nos consumimos por
completo, se asoma el sol, y terminamos con la batalla de nuestros cuerpos, pero tus labios aún siguen en mi cuello, no reacciono, no lo logro y lo intento y no puedo, en realidad no quiero, esto es tan… no hay palabras, jamás estuvieron tan fuera de lugar las palabras.
Me miras y te miro, me sonríes, muerdes mi labio, luego yo el tuyo, la miel es pura, tanto, que ya nos empalaga, pero como dos adictos, no podemos dejar de beberla, y queremos más, y que importa, si el día recién comienza, volvemos al principio, labio con labio, pecho con pecho, alma con alma.
86.400 segundos de recorrer cada rincón del ser, 1.440 minutos de rozar nuestras bocas, 24 hs. de puro amor, que más… que más, ya no hay palabras...