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Miraba esa vieja fotografía desde hacía horas, no paraba de pensar que se quedaba solo, que “su niña” se iba de casa, esta vez para siempre. ‹‹ Mi niña ›› se decía.


La niña, Luna, tiene 31 años. Es quiropráctica. Se casa pasado mañana. Se ha comprado un piso gracias al dinerillo que tenía ahorrado, aunque compartirá la hipoteca con su futura hija y sus posibles nietos; un chalet a “solo” 20 minutos de Madrid. En él montaría la consulta.


- ¿Y de verdad te vas a casar con él? – insistía. No se daría por vencido.
- Sí, papá. Pasado mañana. Te guste o no – dijo Luna, con tono cansino.
- Pero, en realidad, ¿Qué sabes de él? ¿Estás segura de ello?
- Sé que me quiere y con eso es más que suficiente. Papá, deja el tema ya… por favor.
Ese chico no le terminaba de convencer; su olfato de viejo sabueso nunca lo había fallado. Decidió posponer su interrogatorio psicológico para más tarde.
- ¿Me llamarás? Sabes que te echaré de menos.- dijo tristemente.
- Claro papá. Todos los domingos. Así me harás el informe semanal. Lo prometo… UHH!!!! – miraba el reloj - ¡Qué tarde!. Me voy, – dijo mientras le daba un beso – los de la mudanza no saben donde está la casa, he de guiarles. Adiós papá, cuidate.
- Adiós hija. Adiós
‹‹Solo. Definitivamente solo››


Solo. Su mujer había muerto hacía más de 20 años: cáncer de mama. “Lo siento. No pudimos hacer nada” le dijeron. ‹‹Hijos de puta››. Cayó en una profunda depresión. Entró en el bucle anodino que le volvió huraño, desapegado y compulsivo. Le volvió receloso y desconfiado. Esto, unido a las secuelas de un disparo en su pierna izquierda estando de servicio, le valieron la jubilación anticipada del Cuerpo Nacional.


- Sí. Eduardo Valverde Caupiño.
- Está bien Ramón. En unos minutos te lo mando al fax de tu casa.
- Gracias Julián.
Había movido algunos hilos. Aún le quedaban compañeros en la comisaría. ‹‹De algo tenía que valer haber sido policía durante tantos años. Me lo deben.››


Eduardo Valverde Caupiño. Varón, 36 años. Doble nacionalidad: Argentina y Española. Hijo de inmigrantes gallegos. Detenido a los 16 años por delito de hurto menor. Citado como testigo de la acusación en el Juicio “Peleas” hace 5 años. Actualmente bajo protección por ser miembro del Jurado en el caso “Márquez” (violencia de género). ‹‹Vaya, y este va a ser el marido de mi hija. Aún así no me fío de él. Los que rehacen su vida son los peores.››


Llevaba sin llamarlo más de 4 semanas. Ramón empezaba a sospechar que a su hija le había ocurrido algo, aunque se decía a sí mismo que estaría ocupada con la consulta, o que la niña le daba muchos quehaceres. Sonó el teléfono. ‹‹Ahí está. Es ella.››
- ¿Señor Rodríguez? – dijo una voz casi robótica al otro lado del teléfono.
- Sí. Soy yo. ¿Con quién tengo el placer de hablar? - ‹‹Serás falso››
- Soy la Teniente Riberol. Le llamo oficialmente para decirle que su hija ha fallecido. Lo siento, sé que es un momento difícil pero necesitamos que venga a reconocer el cadáver. A las 11:30 en el Anatómico Forense.
- …
Colgó lentamente el teléfono.‹‹Muerta.›› Se dirigió a la hora que lo habían dicho. Reconoció al cadáver: era “su niña”.


Los dos forenses no sabían que eran escuchados por el padre de la víctima. “¿De qué murió la 1023?” le dijo uno al otro, “De una monumentalísima paliza. Le abrieron el cráneo como a una nuez. Ingresó cadáver. Los médicos no pudieron hacer nada”. ‹‹Hijos de puta. Nunca me hacen caso y luego pasa lo que pasa. Lo pagarán caro. Mi niña, muerta. YO, ya no tengo nada que perder››.


PERIÓDICO “X” DE LA MAÑANA. EN PORTADA. 1 DE AGOSTO DE 2006.
“Un ex policía la emprende a tiros en la Sala de Audiencias. Mata a 2 personas y luego se suicida”
Ramón R.V., de 74 años de edad, entró hecho una furia en la Sala de Audiencias ayer a primera hora de la mañana con su pistola reglamentaria en la mano, exigiendo justicia. La sala de “lo Penal” presenciaba el juicio de Eduardo V.C. acusado de matar a su mujer. La hija de Ramón. Disparó a sangre fría al acusado y al forense que dictaminó la causa de la muerte. (más en página 1-4).

Texto agregado el 04-08-2006, y leído por 232 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
07-11-2006 Buen trabajo, me ha gustado. ebrier
16-08-2006 ... Y seguro que no te has tenido ni que inventar demasiado... Saludos. Nomecreona
07-08-2006 muy bueno niña, muy bueno. la pena, que sea tan real... Elensar
04-08-2006 Muy bueno. 5* ASTURIANU
04-08-2006 Yo no hubiera hecho eso... Creo que hay que conseguir la suficiente entereza para hacer que sufra más, mucho más. Pero lo entiendo es una hija, es imposible conseguir entereza... Bean
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