Descúbreme en la noche como las gotas del rocío,
desnúdame en la noche en el manantial de ausencias
y vísteme de agua y canela...

Olvídame como yo olvidé tu nombre aquella noche de luna llena,
víveme como yo te vivo en cada sueño, en cada melodía, en cada momento de mi vida...
Te olvidaré cuando pierda el rumbo de este martirio,
te olvidaré cuando la noche se vuelva estrella y los sueños pecados...

Camino por entre tus ropas desnudando tu espacio recóndito y perdido,
veo tu corazón como si fueras un simple mortal, aunque sé que no es así porque ya has vivido un siglo esperándome,
buscándome en cada calle, en cada rostro, en cada humano y al fin me encontraste...

Espero en los detalles oscuros de tus ojos grises,
te espero en el rostro de aquel hombre perdido por el amor, perdido por el tiempo...
Espérame sólo lo necesario, porque puedo perder el rumbo y quizás tu amor se vuelva eterno...
O quizás el mío se haga de fuego...

Te esperaré para que el tiempo me diga tu nombre,
para que mis labios puedan besar los tuyos,
para que mi cuerpo pueda vivir junto a tu refugio las sensaciones del universo,
para que mi horizonte se amplié de experias nuevas y cautivantes como el amor a la muerte,
como el amor al dolor y a la soledad que tiene mi alma...

Sólo esperame cinco minutos en el mar,
sólo esperame cinco minutos en el mar,
sólo recuerda mis ojos, mis labios y mis manos destruyendo tu infierno,
transformando tu hogar en mi hogar,
descubriendo tu cuerpo con mi cuerpo,
muriendo frente a tus ojos porque no quiero morir sola,
porque no quiero que estés solo...

Quédate conmigo sólo cinco minutos más...
esperame sólo un tiempo más...



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