... en una sociedad mojigata no es de extrañar.

la mojigatería producto, en las sociedades latinoamericanas, de la influencia del catolicismo, trae como consecuencia la compensación perversa de aquello mismo que se niega.

Es muy extraño: la consigna "CON MIS HIJOS NO TE METAS" es esgrimida por aquellos mismos, también, que con mucho gusto entregan sus hijos a extraños con el fin de hacer de ellos "modelos" y convertirlos así en el orgullo de la familia y la envidia de la comunidad (amén del beneficio económico).

Una sociedad de mojigatos tiene como principio y norma que el sexo es malo y pecado, y sin embargo esos mismos mojigatos necesitan del sexo, como es malo, lo practican a escondidas. Sin embargo esos mismos mojigatos castigan en otros el disfrute sexual. Eso no somos ahora nosotros, fueron nuestros abuelos, de los cuales hemos heredado alguna cosa. El sexo ya no es para nosotros abiertamente malo o pecado, sin embargo, socialmente aún no nos hemos liberado de toda la carga de culpabilidad que tenía para, por ejemplo, nuestros padres. Aún podemos constatar la torpeza con la que los venezolanos y las venezolanas se tratan mutuamente sexualmente: todo funciona mediante indirectas, preguntas no directas como si te gusta el jamón en el pan y cosas por el estilo, si prefieres el beisbol al futbol por los bates, etc. El hombre quiere sentir que la mujer es puta, porque está convencido de que su madre no haría eso, y por lo tanto necesita una señal por parte de la mujer de que es puta. La mujer no quiere sentirse como puta, sin embargo quisiera poder disfrutar libremente sexualmente, entonces si quiere hacerlo debe hacerse pasar por puta - somos una sociedad increíblemente machista, y ello tiene consecuencias bastantes tristes y perversas - Por otra parte el hombre se siente obligado a hacer a la mujer cosa suya y la chantajea, presenta la jeva a todos los amigos, le gustaría colocarle una correa y un bozal para pasearla por todas partes y hacerla completamente suya públicamente, la mujer no acepta tal cosa, es un precio muy alto y bastante vergonzoso de pagar por un simple y placentero contacto sexual, el hombre lo sospecha (que a ella no le gusta) entonces la mujer no es como su madre - piensa él - y aplica su chantaje tratándola verdaderamente como a la propia puta. Ocurre entonces una pelea en donde el hombre queda mal frente a todos los amigos ante los cuales se pantalleó.

Suspiran entonces por criaturas más tiernas, más inocentes, menos "dañinas".

Para mí el machismo absurdo de estas tierras unido con un catolicismo increíblemente hipócrita es el causante de todo. Todop acercamiento sexual se convierte en una cosa de doble discurso, en un sí, pero no; en un no, pero sí; en los cuales ninguna de las partes sabe a qué atenerse. Se dan por sentadas cosas que no están sentadas, se acompañan aceptaciones con cosas que no están aceptadas, se dan cosas que no están aseguradas como si estuviesen aseguradas... pareciera que muchos hombres buscan en una mujer la imagen de su madre, la imagen idealizada de su propia madre, son incapaces de reconocer al ser que se halla frente a ellos. Confunden sexo con amor y amor con sexo.

Por otra parte, como la mayoría de los hombres venezolanos busca a la mujer ideal (supuestas copias de su madre) y, ni siquiera saben lo que buscan (las mujeres tampoco saben lo que buscan, confunden también una cosa por la otra) y no consiguen a esa mujer ideal y la tarea de búsqueda de esa mujer es uan cosa dificilísima, tienden a pensar que un hombre bien acompañado de una mujer halló precisamente lo que ellos buscaban. Por esta razón vemos cómo y de qué manera una mujer sola no suele ser "atacada" pero, a una mujer con pareja y que muestre alegría, todos se le echan encima... el afortunado, supuestamente, halló la cosa fácil.

El hecho de que el venezolano considere que una mujer no vale la pena si no se la arrebata a otro hombre me ha hecho considerar que la gran mayoría de los venezolanos, que actúan de esta manera, son esencialmente homosexuales..., la mujer pareciera que no es para ellos más que un material para disputas y motivo para peleas con otros hombres. El ganador esgrime el trofeo (el caso contrario también ocurre). Pareciera que estoy describiendo una sociedad de animales, pues bien, es así.

Si te quito tu pureza, porque no eres como mi madre, pierdo también la mía... qué lindos son los bebés, tan tiernos e inocentes.

Se entiende (?)

"Pureza", palabra confusa, el placer del sexo se da debido a la retroalimentación de energía que ocurre entre dos seres. Al utilizar la palabra "pureza" me refiero a aquel contenido de energía propio que se intercambia mediante el gusto del uno por el otro. Si niego tu contenido (porque no eres como mi mamá) no hay nada en mí que pueda intercambiarse contigo. Como no hay intercambio entre las mutuas energías, el sexo se convierte (en estos tipos) en un acto de absorción de la energía del otro, en un acto sediento y creo que de poco placer para la mujer. La mujer, conociendo esto intenta ser superior al hombre en este aspecto, y por lo tanto se prepara para usar antes de dejarse ser usada (porque el usado no siente ningún placer, siente más bien que se le arrebata todo su ser por parte de alguien que es incapaz de satifacerse); por esta razón se hace asunto de vida o muerte ser el o la dominante. Así que el sexo se convierte en el placer de únicamente uno, placer que no es enteramente satisfactorio (porque no hay retroalimentación, no se le permite respirar a aquel del cual absorbemos) y, por no ser enteramente satisfactorio creemos que es un derecho de nuestra libertad sexual buscar más satisfacción, satisfacción tal que nunca será colmada... no solamente son energéticamente homosexuales (usan a la mujer para suscitar envidia en otros hombres) sino que se convierten en pedofílicos. La nueva modalidad venezolana para la satisfacción.

Querer sexo es el pecado - nuestras madres nunca harían eso - acceder a tener sexo es accededer a ser tratada como putas (¿Qué más puedo hacer si hago lo que tu madre nunca haría?)... y todo ello conlleva a una interminable ecuación de la infelicidad y de la insatisfacción... y de la soledad más profunda... qué lindos son los niños, tan tiernos e inocentes.

Madres y padres ceden a que sus hijos e hijas sean modelitos para orgullo de la comunidad y de la familia (¿Puede alguien, aquí, ser feliz sin tener de qué pantallearse?). Y, aunque digan que no lo sepan (igualito los prostituyen) inconcientemente intentan resolver lo que ellos mismos crearon.

¿El venezolano disfruta del sexo? El venezolano no disfruta del sexo, es un ser acomplejado, solo, mendiga la aprobación de los amigos enjaulando a la mujer. La mujer se da cuenta que no hay nada que pueda hacer... qué lindos son los niños, tan tiernos que se ven.
...

La mojigatería dice quie está mal que una pareja de jóvenes vivan juntos, porque ¿qué diran los demás?, sin embargo, es del arte de vivir juntos, únicamente, que se puede aprender la convivencia y el respeto mutuo... solamente del respeto mutuo puede nacer esa complicidad que convierte al sexo en una cosa placentera para ambos, porque se convierte en placer de dos, en alegría de estar haciéndolo con el otro(a), ese placer del otro se siente y entonces las energías de ambos se comparten. La pareja deja de ser cosa para mendigar la aprobación de los amigos(as) y se convierte en lo esencial, tanto así que la opinión del resto del mundo no importa, se convierte en algo que se descubre y nos descubre y, mediante ese descubrimiento caen al suelo todos los prejuicios.

Es una lástima que la posibilidad de vivir en pareja, de convivir con el novio o la novia, sea una cosa tan difícil de realizar en Venezuela, por la monstruosa falta de viviendas que convierte a adultos en niños aún agarrados a las faldas de los padres, adultos aún dependientes de lo que piense mamá o papá - Lástima porque es una situación, psicológicamente hablando, realmente monstruosa... quizás, si la independencia material (y por tanto también psicológica) en relación a los padres fuese una cosa más fácil y más común, pana, no tendría razón para esgrimir juicios tan fuertes en cuanto a la animalidad venezolana.