Me gustan los atardeceres
Porque en ellos veo
Cómo mi azul
Y tu naranja
Se funden con la energía
De un beso del ocaso.

Me gusta, porque allí siento
Que aunque no te vi, te observo
Y maravillado
Veo tu silueta posarse
En el eterno segundo
Del crepúsculo dorado.

Me gusta, porque escucho
El susurro del viento…
Y ahí está tu voz
Que me atrapa y me maravilla
Y me hace volver a pensar en ti.

Me gusta, porque toco
El cielo al imaginarte
Como soberana del infinito,
Como soberana de la tarde,
Como soberana de mi vida…
Y toco tu rostro
Que se refleja
En un brillo
De la brisa de la tarde.

Y me gusta, porque pruebo
El sabor de tu sonrisa
Y me alegro al recordarte…
Recordarte en una tarde
Que se esfuma,
Que se desvanece,
Pero que me dice
Que a pesar de todo
Te sigo amando.