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30 años,,,nunca será mucho tiempo,,,



¡Ay! Pancho, Pancho. Siempre mis ventanas las dejaré abiertas a tu jardín, donde nunca falta ninguna flor ni habrá alguna que ose marchitarse.

Aquel abril de 1976, en mi revolucionaria adolescencia política, tu madre de ojos tristes y cuerpo valiente, apoyó su mano apretando fuerte mi hombro; “ podré dar vueltas a la plaza pero mi hijo no volverá a casa”. Y lloré y la abracé fuerte. Y me despedí de ella porque entendí la diferencia entre despedirse y desaparecer.

¡Ay! Pancho, Pancho. Cómo no reservarte las mejores alegrías del hogar en los jardines de toda mi casa. Si los que quedan, que son algo más que treinta mil, adornaran sus patios memoriosos con alguna semilla que despunte en vida, otra historia florecería en nuestro país.

No sos culpable de tu ausencia, ni nunca lo serás.

Mi mamá salió a los cinco minutos antes de que te fueron a buscar. El teléfono sonaba, y como no había hombres en la casa, me fui a la cama grande con mamá.

Fue en abril de 1976 y de eso nunca me voy a olvidar. Podrás estar desaparecido pero nunca caerás en la muerte del olvido. Vivirás siempre en mi memoria y por eso te acomodé en mi jardín principal.

Fue la primera ausencia sin explicación que me tocó vivir.

Estaba muy oscuro para mi aquella tarde. No sabía que no te iba a volver a ver.

Fue de repente un griterío. Nos quedamos quietos en el lugar. no se veían caras y pusieron todo del revés.

Me dijeron “ nena tirate al piso” y eso hice sin pensar. Te juro Pancho que no sabía que te iban a llevar.

Me tiraron encima una frazada y me preguntaron si te iba a extrañar. Te juro Pancho que no podía contestar.

Estaba muy asustada pero no les podía gritar. Empecé a llamarte y a preguntarte cómo estas. “Bien chiquita. No te preocupes que nada te va a pasar”.

¡Ay! Pancho querido si yo te pudiera contar. Que salí a buscarte cuando dijeron que nos podíamos levantar. El pasillo hasta la escalera me parecía que nunca se iba a terminar. Cuando llegué a bajo no te pude encontrar.

Como duele Pancho no poderte escuchar. Los abriles aunque no sean del 76 duelen Pancho. Duelen Pancho.

Nunca me creí que estabas muerto, aunque todos digan que ya está. No hay nunca más que te soporte, ni que te vuelva a entregar. No Pancho yo no creo que ya no estas.

Se llevaron tus cuadros con los que solía inventar las historias que en la sesión te iba a contar. Ese martes no vi ninguno, iba a ser mamá. Y me tiraron panza abajo y no te lo pude contar. No creo que me escuches desde algún lado, solo sé que algún día volverás. Y te contaré que fui madre. Que nunca más me quejé de mi mamá. Que sembré semillas que me enseñaste a cosechar. Que cuidé tus plantas.

Por favor Pancho decíme que algún día vas a volver. Para que te cuente historias que siempre me vas a creer.

No vuelvas a dejarme sola. No por favor otra vez. Y decime Pancho qué día vas a volver, para que te espere florida como la última vez. Ahora tengo dos hijos y no sé si los vas a conocer.

Nunca olvides que te espero porque yo nunca te voy a olvidar. Ni en los abriles en que no hay retoños y menos en las primaveras en que todo vuelve a crecer.

Acá me quedo Pancho para cuando quieras volver.

Aunque no te fuiste nunca. No por lo menos para mí.

Sé que vas a volver un día para que yo pueda curar tus heridas. ¿Estarás perdido? A lo mejor no sabes volver.

Cuando sentí el golpe seco de la puerta, no sabes cómo temblé. Quería que me llevaran también. Te juro que quise acompañarte y mis compañeros también. No nos dejaron Pancho. No nos dejaron. Y nos tuvimos que volver.

Por la avenida de tu casa nadie mostró interés. Salimos a los gritos y empezamos a correr. Nos dividimos por sectores pero ya no había nada que hacer. Eran señores malos y esos no te dejan volver.

Acá me quedo Pancho si algún día podes volver.

No te olvides que te quiero. No te olvides por favor, que no quiero volver a quedarme sola o que me dejes de querer.

Volvé pronto que quiero que a mis dos hijos puedas conocer. Mi corazón está partido y no lo puedo coser. Las ausencias duelen Pancho y mucho más cuando no sabes por qué.

No olvides que acá me quedo, para cuando quieras volver.

Texto agregado el 24-05-2007, y leído por 71 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
24-05-2007 un grito de dolor en el vacio cielo de la impotencia. quien no vivió aquellos días, difícil entenderá lo sucedido. Fuerza y esperanza!!! surenio
 
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