Tu mirada, ausente, esta grabada.
Estas viva detrás de las ramas,
la tristeza se enreda con la alborada.
¿Quién dijo que el sol es alegría?
¿Quién dijo que la lluvia es tristeza?
Me hiciste creer que la vida,
dependía de tus palabras;
que mis brazos estaban vacíos, sin tu figura.
Ahora bloqueo cada centímetro de mi mente.
Estas perdida bajo el manto del desamor,
bajo las cenizas de lo que fue nuestro amor.
Te vas difuminando, te reconstruyes por un instante.
Pero se que tú, punzaras mi pellejo, jugaras con mi neocortex,
que aun aspira tu aroma.