Hoy solo siento la tormenta sin que haya nubes en el paisaje, solo veo la soledad, viéndome rodeado de gente y “amigos”, solo puedo ver al diablo extendiéndome la mano para llevarme con el. Hoy solo siento que todo pasa en contra de mi voluntad, pero para mi bien, solo pude ver a Dios mirándome y contemplando su obra con el placer de saberse responsable de mi cambio. Solo puedo verte en mi perspectiva culpable, solo puedo aferrarme a la fe, solo siento que todo tiene un fin, o finalidad según sea el caso. Y solo siento que todo, pero absolutamente todo se confabula. Y lo único que nace de mi alma para decirte, es un infinito, gracias.

EL recuerdo de tus sacrificios habita mi corazón, el latido de tus palpitos redunda en mi, y le pido a Dios una larga vida para vivir, y sobre todo para vivirte. De nuevo, mi bien, mi bien mas preciado, Gracias.

Es tan sencillo como saber que no puedo hablarte, pero saber que me escuchas, que cada beso que doy a la huella de tu anillo en mi mano, te llega directamente a la frente; tan básico como sentir tu compañía solo alimentándome de imágenes tuyas, de recuerdos indomables que invades mi espacio y no me dejan huir de ti, tan estupido como creer en lo que no se ve, pero se siente.