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EL VESTIDO AZUL
Mi amor por las sedas y satines se manifestó desde muy chica y francamente el disfrutar esa textura y suavidad en mi piel y sobre todo en mis partes más intimas no lo comparo con nada. Nunca me atrajo el sexo opuesto, al contrario las cosas masculinas no me significan nada, pero una cosa muy especial es estar con una mujer que sea bonita y atractiva me encanta, sobre todo aquellas que están vestidas de hermosos vestidos frondosos de telas brillantes y transparentes, pero no tanto como estar desnuda envuelta en gasas y satines y disfrutar de hermosas caricias que me brindan esas telas traídas del cielo.
Ese amor peculiar a las sedas lo experimente cuando mi prima Ana dejó extendido en mi cama un precioso vestido largo azul cielo de gasa transparente y brillante, yo salía de bañarme envuelta en una toalla y no me percaté de que estaba ahí el vestido, puesto que mi colcha era del mismo color, dando la espalda a la cama me quité la toalla y me senté desnuda encima del vestido, en ese momento sentí algo maravilloso el sentir como mis nalgas se resbalaban por lo sedoso de la tela, pero proseguí haciendo movimientos de mis glúteos y sentía como jugueteaban las telas ya que la falda era de satín con una sobretela de gasa de seda brillante, la fricción de las dos telas era maravillosa y las sentía entre mis nalgas que casi se metían en mi ano. Recordé que en mis sueños solía tener esas sensaciones porque soñaba que corría desnuda pero que paños de tela transparente y sedosa se deslizaban entre mis piernas logrando acariciar mis partes íntimas provocando el jugueteo de las telas un placer intensísimo que me despertaba inmediatamente. Lo único que hice después fue abrazar el vestido y como si fuera una persona y le di un beso.
Mi prima entró en ese momento y se sonrió y solo me dijo “te gusta mi vestido verdad?” “¿te gusta el satín verdad?” a lo que inmediatamente le contesté ¡si muchísimo¡, “pues te lo voy a regalar un día de estos” me dijo, desde ahora en adelante te llamaré Mi Rosa de satín”. A partir de ahí yo soñaba con ese día en que podía tenerlo en mi cuerpo y disfrutando sus telas hermosas.
En otra ocasión mi prima me invitó a una boda y se puso el vestido azul para la fiesta porque era madrina de la novia que por cierto que hermoso vestido de novia tenía esa chica (de ahí me enamoré de los vestidos de novia). Pues lo que hice en esa fiesta es estar muy pegada a mi prima Ana, ella creía que era por estar tocando su vestido. Después del balie y los festejos mi prima se sentó en un sofá y yo a su lado le dije que si podía recostarme en ella a lo que me dijo “encantada mi rosa de satín” y fue maravilloso acariciar su vestido con mis mejillas y mis brazos desnudos y le recordé sobre lo que me había prometido, diciéndome “claro que si mi rosita de satín”, te digo así porque degustan las telas satinadas como a mi. Ella me envolvió con su falda amplia para que yo pudiera gozar mas el tejido.
Mi prima Ana era hermosa y muy femenina, yo quería ser como ella, tenía un exquisito gusto por los vestidos elegantes como a mi me gustaban, pero nunca me imaginé de los gustos tan similares que teníamos. Cada vez que la veía luciendo uno de sus elegantes vestidos, me confundía muchísimo, no se si me había enamorado de ella o simplemente me había enamorado de sus prendas. Pero creo que me había enamorado de las dos cosas.
Como mi prima Ana era muy hermosa los hombres la seguían mucho y la cortejaban, en mi interior yo sentía celos de los hombres que se les acercaba. Me dí cuenta que efectivamente estaba yo enamorada de mi prima., pero no me atrevía a decir semejante cosa y menos como parientes cercanos y de una mujer.
El día mas triste de mi vida fue cuando ella me presentó a su novio, diciéndome que se iba a casar, lloré amargamente en mi interior, pero días después mi prima se dio cuenta de mi tristeza y me dijo “pequeña rosa de satín” creo que no te gustó de que me voy a casar” y me preguntó: “dime con sinceridad ¿es porque me vas a extrañar porque soy como una hermana para ti?, si, le dije y titubeando mucho le dije es más que eso, es porque admiro tu belleza¡, amo tu feminidad¡, ¡amo los hermosos vestidos que te pones¡, te extrañaré a ti y a tus vestidos.
Sorprendida me dijo: Estas confundida aún eres muy chica, y no sabes lo que en realidad quieres, pronto cuando crezcas más te gustarán los chicos, tu eres muy bonita y en un par de años serás toda una señorita. Es posible que tengas razón le dije pero quisiera que me prometas una cosa regálame tu vestido azul de raso y gasa de seda para tenerlo como consuelo y sentir que estas ahí presente.

El día de su boda llegó, ella llevaba el vestido de novia mas hermoso que había visto, lleno de hermosos bordados en el corpiño, la falda muy amplia era de chiffon de seda y raso francés, cuando caminaba las telas del vestido se movían de una manera exquisita con ganas de arrojarme desnuda sobre ellas.
De nuevo como en aquella ocasión quise estar solo con ella y me permitía acariciar la tela de su vestido, nunca había tocado ese tipo de tela tan sedosa y de una caída esplendorosa que nuevamente me excitaba de gran manera. Esa vez si le dije que estaba enamorada de su vestido de novia, ella se sonrió y me dijo: “hay mi rosa de satín me he dado cuenta que eres una chica que adora las telas de seda al igual que yo, te recomiendo que te dediques a la moda diseñando vestidos de novia como yo para que descargues tu amor ya que tienes las misma preferencia, tienes lo que una psicoanalistas me dijo “Fetichismo de las telas de seda” ya que no puedo controlar mi deseo de hacer el amor con cierto tipo de telas como el raso y la seda. Por eso me estoy casando también que además de querer a mi novio, quiero ver si de esa manera puedo atenuar mi peculiar deseo fetichista.


Después de varios meses que no vi a mi prima Ana, me llegó un paquete que decía “para mi rosa de satín clavada en mi corazón” y era el vestido azul con una carta que decía “perdóname por no haberte enviado pronto el vestido porque tuve que llevarlo a la tintorería ya que tenía unas pequeñas manchitas de mi esencia sexual ya que antes de enviártelo me hice el amor por última con esta encantadora prenda.

Por fin tenía el vestido azul de mi prima que tanto deseaba, lo hermoso era que en el vestido ella había dejado su aroma característico de sus perfumes que usaba.
En mi cuarto encerrada, me desnudé, me lo puse sin tener otra prenda y sentir en todo mi cuerpo sus telas sedosas, anduve por toda la casa así, viéndome en el espejo de cómo la falda del vestido revoloteaba entre mis piernas, me fui a mi cuarto y me quité el vestido para ahora sentirlo por fuera ya que las telas mas sedosas eran al exterior, me recosté boca arriba como si yo fuera la amante dispuesta a entregar con amor su cuerpo, abrí mis delicadas piernas y encima de mi el vestido azul, mi cuerpo se estremeció al sentir la caricia de las gasas y los satines, mis pequeños senos despertaron por primera vez y se eructaron mis pezones del intenso placer sentido, por primera vez me sentí mujer, con mi mano empecé a frotar la gasa de seda sobre mi clítoris este respondió al sentir las mieles de la seda. Todo mi cuerpo se estremeció, las telas del vestido se intimidaron mas y mas a mis genitales, el placer se incrementaba, creía que me iba a desmayar de tanta pasión, sentía que el vestido azul cobraba vida y que en realidad era mi prima la que me estaba haciendo el amor, eso me prendió mas y experimente mi primer orgasmo no importando que se impregnara de líquidos de amor mi vestido.
Pasaron algunos años y mi romance con el vestido era cada día mas intenso ya que representaba a la única persona que he amado con intensidad mi prima Ana. Además había yo terminado mis estudios de diseñadora de modas, y me había confeccionado varios vestidos de seda satinada y organza parecidos al vestido azul o sea ya tenía varias novias dentro de mi repertorio, mi amor por las telas se incrementaba y nunca me llegó esa etapa que decía mi prima de gustarme los chicos, al contrario prefería tener intimidación con las mujeres y mi predilección por ellas se recalcó aún mas. Nunca le oculte a mis padres por mi fetichismo y mi gusto por las mujeres a pesar de que yo era muy atractiva y bonita, siempre quería lucir muy femenina era raro que yo me ponía pantalones, me encantaba darme gusto a mi misma, quizá por tener la imagen tan femenina de mi amada prima y no notar su ausencia.
Por mis “rarezas” y mis preferencias, mis padres preferían que yo viviera sola para no tenerles problemas y ellos me pagarían la renta de mi departamento, pero no fue necesario ya que empecé a ganar dinero gracias a mis diseños de vestidos de novia, ahorré dinero para comprarme un departamento, ahí instalé mi taller de costura y diseño.
Todo fue muy hermoso en mi departamento ya que lo decoré con muchas flores, las paredes las pinté de rosa pálido, las cortinas blancas de tergal en combinación con yacard (tela parecida al raso), mi recamara la decoré de ensueño, muebles tipo princesa en blanco con aplicaciones en dorado, a los lados de mi cama en vez de buroes puse dos maniquíes ataviadas con su vestido de novia cada una y sosteniendo una pequeña lámpara. La cama mi aposento de amor constituía de hermosas sábanas de raso y un edredón de seda finísima., Desde que he vivido sola siempre he dormido bajo mis hermosas sábanas de raso o de seda, tan acostumbrada estoy que no puedo dormir bien sin ellas. Mi closet esta lleno de vestidos, faldas y blusas de muchos tipos que yo me he confeccionado la mayoría de ellos en sedas y satines, aún conservo el vestido azul mi primer amor, lo guardo junto a mis vestidos de novia que me he diseñado y que con frecuencia hago el amor con esas hermosas prendas bajo mis sábanas de raso, sin menospreciar mi amante predilecta “el vestido azul de mi prima”, que aun me apasiona y me provoca orgasmos maravillosos.

Cierto día mi prima me mandó una carta diciéndome que su matrimonio ya no andaba del todo bien ya que las relaciones amorosas no llegaron a buen termino, aunque ella afirmaba que lo quería mucho las relaciones sexuales no eran buenas pues ella hacía hasta lo imposible por complacerlo sexualmente, para salvar su relación quiso combinar su amor a las telas de seda con su práctica sexual. Me comentaba que antes de su relación con él, ella se excitaba primeramente ya sea con su camisón de seda satinada o negligé de chiffon o con las sábanas de raso de su cama, cuando estaba muy prendida de placer le permitía participar, pero con la condición de que él prosiguiera excitando su clítoris y sus senos tallándolos con las telas. Cuando estaba a punto de iniciar su orgasmo, le pedía que envolviera su pene con las telas del camisón o de las sábanas de raso para poderla penetrar, en algunas ocasiones lo hacían con una mascada de seda, de esa manera al sentir la fricción sedosa de la tela dentro de la vagina le provocaban orgasmos extremadamente intensos. Lógicamente que a través del tiempo eso le cansó ya que nunca pudo su ex esposo penetrarla en forma natural, siempre estaba de por medio las sedas y los satines. En una ocasión cuando ella estaba dormida enrollada en sus sábanas de raso, intentó su marido penetrarla sin su consentimiento y sin ninguna tela de por medio, eso le produjo un terror impresionante que le causó mas aberración al coito. Fue en ese momento que él y ella en común acuerdo decidieron mejor terminar la relación.
Reflexionando me decía: En realidad no lo culpo pues no le cumplí como mujer plenamente y creo que hasta ahora me doy cuenta que mi atracción sexual hacia los hombres es nula, quise aparentar ante la sociedad ser una persona heterosexual y mi fetichismo de las telas utilizarlo como parapeto para tener relaciones con un hombre. Hasta ahora acepto mi fetichismo hacia las sedas como una manifestación natural de mi vida intima muy similar a la tuya, y ahora me atrevo a decirte que desde aquél día en que te regalé el vestido azul me enamoré perdidamente de ti. Pero la circunstancia, el miedo a que dirán, a las familias que nos unen, no fui capaz de decírtelo ¡te amo!, ¡te amo! Y ¡te amo!, ya no soporto un momento mas sin verte, ven a mi casa y disfrutemos de las sedas y los satines que tengo para que juntas nos hagamos el amor con ellas y con nostras mismas.
Super emocionada inmediatamente me arreglé espléndidamente utilizando mi mejor maquillaje como ella me enseñó y mi mejor perfume el que me regaló antes de su partida y sobre todo me puse mi amado vestido azul cielo para que me vea de tan hermosa y femenina me he puesto como ella misma.
Fui antes a comprarle un ramo de rosas, de aquellas que son grandes de color rosa intenso, y toda nerviosa toqué a su puerta y ella me abrió, la ví extraordinariamente esplendorosa con un hermoso vestido de novia de satín con chiffon de seda, me quedé estática de ver tanta belleza reunida en ella. Inmediatamente tomó el ramo lo abrazó y las empezó a olerlas diciendo: “¿Cómo sabías que este tipo de rosas me fascinan? Son tan hermosas como tú mi muñeca de satín. Al entrar a su departamento olía a un perfume muy especial, dejó el ramo a un lado y tomando su larga cola de su vestido de novia me cubrió mi cuerpo con ella y me besó con toda intensidad, yo le respondí el beso abriendo mi boca totalmente para que su bella lengua húmeda se paseara por toda mi cavidad oral, sentía como el lápiz labial de ella y mio se diluían en una mezcla de sabores femeninos, ella me permitio que mi lengua tambien se pasera a lo más profundo, tardamos no se si 20 o 30 minutos de estarnos besando sin despegarnos nunca imagine basar de esa forma y mas a quien siempre he amado.
Después ella con su esplendoroso vestido puso música suave que invitaba al amor, me sirvió una copa de champagne y celebramos nuestro reencuentro y me declaró formalmente su amor y yo acepté con toda la emoción del mundo y proseguimos dándonos nuevamente ese beso de alta intensidad, entre sorbos de champagne nos seguíamos besando, ella se refirió al vestido azul que tenía puesto y me dijo que hermosamente lo haz conservado, ahora te queda como anillo al dedo, ¿te acuerdas cuando te dije que te lo regalaba cundo estuvieras mas grandecita?,. Lo he conservado porque en el está depositado el gran amor que siempre he tenido hacia ti, además te he de confesar que desde aquel día en que me lo regalaste, me hice el amor con él disfrutar de sus hermosas telas de seda hasta introducírmelas en lo mas intimo de mí, imaginándome que eras tú., pues te quiero decir-me dijo ella- que yo también hacía el amor con el vestido antes de regalártelo, o sea que ese vestido ha probado las mieles íntimas de ti y de mi, si amor y es curioso que por fin el destino nos haya juntado, dos mujeres fetichistas que les encanta hacer el amor con telas de seda y gasas transparentes, dos mujeres que descubrieron ser amantes de la feminidad.


Mas tarde nos introducimos a su aposento donde todo estaba preparado, nos dimos una ducha antes donde una ala otra nos enjabonábamos y nso dábamos besos pasionales. Después nos impregnamos de un aceite de rosas que nos dejaba la piel como la textura de los pétalos de una rosa. Derramamos en nuestros cuerpos todo el contenido de un frasco de esencia de perfume “Alchemire”, era tan intenso que se perfumó toda la casa. Desnudas nos metimos a su cama que rea inmensa y con unas sábanas color rosa de una textura ultra sedosa denominada “raso francés” dentro de ellas invitamos a mi vestido azul y al vestido de novia como si fueran dos amantes que se sumaban al apasionante nido de amor, antes de hacernos el amor mutuamente ella tomó el vestido azul y empezó hacerse el amor con él y yo tomé su vestido de novia y proseguí hacer lo mismo, Con un fondo musical de la cantante Sarah Brihgman se mezclaba con los sonidos de las telas del los vestidos de chiffon y de las sábanas, el roce de las sedas contra nuestra desnudez era como una armonía de cantos celestiales, después de esos sonidos de la seda en movimiento se combinaron con nuestros gemidos jadeantes emanados del placer que nos producía la seda en nuestros cuerpos y en nuestros lugares más íntimos, los gemidos se volvieron gritos al experimentar nuestros primeros orgasmos. Completamente envueltas en sedas y chiffones nos empezamos a besar y ahora si les toco a nuestros cuerpos fundirse entre sí, rodeadas de belleza por todos lados unimos nuestros labios vaginales y usando como “dildo” parte de la tela transparente del vestido de novia y del vestido azul, así permanecimos en un cuarteto de amor hasta que llegó simultáneamente los orgasmos más sublimes e intensos y muy prolongados hasta caer totalmente agotadas devastadas por el amor sublime que duró hasta el día siguiente.
Terminamos abrazaditas envueltas en nuestros vestidos y cubiertas como reinas con las sábanas de raso.
Todo era bello y hermoso, era difícil esconder nuestro romance, las familias se empezaron a dar cuenta de nuestra relación y de nuestras “raresas” ya que en una ocasión la hermana de mi prima nos empezó a espiarnos y se percató de nuestro romance.
A mi bella prima la acusaron de pervertirme, de encausarme al fetichismo de las telas, pero yo les decía que mi gusto por la seda y el satín lo había tenido desde muy chica y no sabía que mi prima hasta antes de casarse tenía la misma peculiaridad y que yo fui la que le manifesté el amor que tenía de ella, pero mi prima para esconder sus sentimientos y su gusto por las sedas, prefirió casarse con un hombre que nunca amó ni pudo cumplirle sexualmente y que posteriormente tuvo que divorciarse y sin importar apariencias ni barreas familiares manifestó estar locamente enamorada de mi y yo de ella.
Fui a la casa de mi prima para manifestarle que deseaba vivir con ella sin importar el que dirán, unirme a ella como un matrimonio formal, nos casaríamos privadamente en su departamento ataviadas con los más hermosos vestido de novia y pasar una de las noches de amor como aquel día inigualable que hicimos el amor por primera vez. Al abrir la puerta encontré su vestido de novia extendido en el sofá con una nota, diciéndome lo siguiente: “No soy capas de decirte de frente que nuestro amor ha terminado porque por fin he encontrado el amor de mis sueños una mujer con el mismo fetichismo de nosotras, una diseñadora de modas igual que tu y que se dedica también hacer hermosos vestidos de novia, perdóname por habértelo ocultado, ella es italiana y me fui con ella para nunca volver. En realidad pasé hermosos momentos y sí estuve perdidamente enamorada de ti que hasta no me importó la familia que nos une. Te dejo mi departamento, es tuyo y también la accesoria de la planta baja para que puedas instalar tu propia boutique y también te dejo una parte de mi, el vestido de novia que tanto amamos y que disfrutamos al momento de hacer el amor”.
Esta fue mi historia de una mujer fetichista, Ahora Soy una diseñadora muy reconocida, soltera, nunca me casaré porque estoy casada con mis vestidos de novia y mis telas de seda que día y noche disfruto, nada me hace falta, porque cada vestido de novia que hago me nace una nueva amante y más aún conservo el vestido azul y el traje de novia que mi amada prima me dejó las considero que son parte de ella parte de su amor verdadero, porque al final supe que ella efectivamente se fue a Italia pero sin el compromiso de nadie y hasta ahora sigue siendo soltera como yo y disfruta de las sedas y satines para satisfacer plenamente su sexualidad con ellas.
Tal vez algún dia nos encontremos para nunca separarnos.


Con amor Leslyna “La amante de las sedas y satines”

Texto agregado el 18-11-2007, y leído por 1553 visitantes. (0 votos)


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