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Inicio / Cuenteros Locales / cansada27 / Diario de una obesa VII

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30 de enero

De pronto supe que Henry estaba al tanto de todo. Levó a Lily al médico quien le aconsejó seguir un tratamiento con una psicóloga especializada en disturbios de la alimentación.
Lily le pidió ayuda al padre haciéndole prometer que no me diría nada.

Me enteré por un mensaje del contestador del teléfono que escuchamos los cuatro durante la cena. Yo desconecto el teléfono mientras comemos, para que no nos molesten.Sucede, a veces, que me olvide de poner el contestador y si suena es casi siempre para las chicas o la secretaria de Henry que se olvidó de decirle algo en la oficina. Henry se encierra en el escritorio y vuelve a la mesa con una sonrisita ambigua que no sé cómo interpretar.
Me enteré de que estaba enterado del problema de Lily cuando una voz de robot surgió del altoparlante; hablaban del estudio de una tal doctora Bonoris. "La doctora le cambiará la cita del martes a la señorita Lily, puede venir el miércoles como pidió. Esperamos confirmación." Al principio creí que se trataba de un error, pero Lily se atragantó, tumbó la silla al levantarse y corrió al baño, Lorena la siguió y quedé en la mesa con Henry que tenía un acceso de tos; carraspeaba, escupía y se sofocaba. Tomó un vaso de agua y otro de vino y tardó en decirme quién era la tal doctora Bonoris y de qué se trataba el mensaje.
Quedé estupefacta.

No sé por qué, en vez de pensar en eso, reviví la escena del día anterior. Cuando fuimos al cine Henry tuvo una discusión con otro automovilista en el momento de estacionar el coche;el tipo decía que había visto antes el lugar y que era suyo. Henry perdió la paciencia y el hombre al mirarme se calmó de repente y le dijo en forma muy sarcástica"no voy a discutir con vos, ya veo que debés tener la vida bastante amargada si te toca acostarte con la ballena." Henry se puso verde, el tipo siguió adelante y yo sentí que su arpón me había llegado justo al pecho y lloré como una Magdalena.
Henry me pasó su pañuelo diciendo que no le diera importancia, que era un mal educado.Cuando me calmé entramos al cine. Ni sé qué vimos, tanta angustia sentía. Era un película con Audrey Herpburn.
Tuve una noche atroz.
Volviendo a lo de Lily. Cuando escuché que desde hace tres meses está tratando, sin éxito, de liberarse de su mal, también me puse a llorar, pero con un dolor más hondo,más agudo...diferente.

Texto agregado el 04-12-2007, y leído por 111 visitantes. (5 votos)


Lectores Opinan
05-12-2007 Si, a mi tambien me agrada y me recuerda la cantidad de diarios que tambien he escrito! pero hace muchos años..Mencionas cosas dificiles, realidades crudas, dolorosas. Un saludo. Mildemonios
05-12-2007 He descubierto un tesoro. Magnífica narrativa. barrasin
04-12-2007 ¿Por qué será que nuestros prójimos sean tan crueles si nos ven diferentes? Me parece poco frecuente que en esta clase de problemas ,la hija confíe más en el padre. (¿Complejo de Electra). Tu historia nos está sirviendo mucho, hasta podemos llegar a filosofar sobre la relación padres/hijos. Te dejo votos y estrellas. pantera1
04-12-2007 Quien conoce el problema puede identificarse plenamente con tu texto kanenas
 
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