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De pronto mi padre saltó desaforadamente y nos largó al techo a mi hermana y a mí a ver pasar a Papá Noel en su trineo, corrí como corrí el año anterior y el anterior a ese, con la esperanza palpitando en el pecho por esta vez sí verlo y luego no tener que pasar, como hasta entonces, por inventar historias ante la mirada indescriptible de mi familia sobre un señor que jamás vi y que al parecer el resto sí. Lo reconozco: le mentía a los adultos, no ellos a mí. Yo inventé al gordito. Ellos solo lo nombraron y del resto se encargó mi niñez. Un instante luego, ya en el techo y mientras tonteaba con mi hermana a mirar el cielo, vi a mi padre acercarse al jardín con regalos que poco antes estuvieron en el arbolito y que eran “de mamá para Jaimito”, ¡rarísimo!, se lo dije a mi hermana y ella, con dos años más de experiencia que yo en navidades, me reveló el gran secreto de la noche buena: “Claro, Papá Noel no existe, es mi papá el que deja los regalos, pero no se lo digas, tú sigue jugando nomás, ese es el chiste: recibir más juguetes.” Me quedé mudo, lo asimilé y después de una pausa me vendí por completo al nuevo orden. Esa noche mentí más que todas las anteriores, y los adultos contentísimos con mi entusiasmo inflaban e inflaban más la burbuja navideña, excepto mi mamá, que con gran resentimiento cortó el pavo que cenamos mientras trataba de explicarse en qué momento el Monopolio que le pedí como regalo se lo tuve que agradecer al borracho de Papá Noel y no a ella.

Desde entonces la navidad se volvió un asunto de intereses. El 25 de diciembre salíamos todos los amigos del barrio peinaditos y con ropa nueva a sacarnos en cara nuestros juguetes, en eso consistía: el que recibía más y mejor: ganaba; llámenlo inocencia o llámenlo crueldad infantil, pero siempre había uno que la pasaba mal y que incluso recurría por sacar algún juguete que causó sensación alguna navidad pasada, pero claro, a lo más podían compartir con él los juguetes más monses pero nuevos al fin y al cabo. Así fueron los siguientes años hasta que de pronto el papá de un vecino descubrió literalmente la pólvora. Un nuevo orden: ahora el que reciba más plata para comprar mejores fuegos artificiales y que además le alcance para jugar toda la noche, gana. La noche buena se trasladó a la calle, hacia las ensordecedoras horas de luminosas explosiones.

Por años fue así hasta que el fatídico incendio en Mesa Redonda se llevó no solo vidas humanas sino también las luces de navidad. Se acabó la bulla y me cogió ya adulto. Esa navidad entré a casa a esperar las doce, y entre aburridas conversaciones sobre lo terrible que ha sido el tráfico los últimos días por culpa de las fiestas; lo feo que es salir a comprar a las tiendas llenas de gente también por culpa de las fiestas; la cantidad de chucherías que ofrecen para regalar; las promociones; lo poco creativas o melodramáticas que son las propagandas de panetones, supermercados, electrodomésticos y demás comercio que pasan en la tele a causa de las fiestas; el “qué suertuda que es la fulana tal, que se ganó la rifa de la iglesia cuando no lo necesita porque en su casa trabajan todos y reciben como cuatro canastas navideñas de la compañía” y es que claro: “extrañas son las maneras de obrar del Señor”; y el “ya me cansé de buscar y espero que te guste tu regalo”; fue que la navidad pasó de ser expectante a estresante.

Ahora espero paciente durante la noche buena a que den las dos de la mañana, escaparme de los tíos y salir a la esquina a celebrar lo que hemos denominado el “After Christmas” con los amigos del barrio, donde nos contamos -entre copas- ya no lo que hemos recibido sino lo que hemos regalado o por último nos hemos comprado. Aunque debo reconocer que la pasada navidad me cansó el estrés y no le regalé nada a nadie. Nuevo orden: le di un abrazo a cada una de las personas que aprecio y les dije que los quería, y que la excusa de la navidad era el mejor momento para hacerlo. Mi mamá me sirvió menos pavo que al resto y todos me tildaron de tacaño.

Texto agregado el 31-12-2007, y leído por 103 visitantes. (1 voto)


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