En un principio todo era soledad, silencio y paz y dijo Alex “Abrase el Opera” y el Opera se ejecutó, así fue como se conectó a la red, universo en sí mismo con millones de datos e información y plagado de seres desconocidos y extraños, la pantalla mostro la página de inicio; Google, santo de miles por fe ciega y respuestas milagrosas, tecleó “coca-cola” y con solo un segundo, un milagro más, millones de resultados al instante, un hipervínculo lo llevó a lo que buscaba, la página de juegos; jugó y jugó fichitas con habilidad desconocida, hasta convertirse en el Dios del lugar, los habitantes de este mundo virtual, le temían y respetaban pero trataban de derrotarlo, inútiles intentos mortales, cuyo vigor no se contenta con perder. Era Alex feliz de acumular puntos cuando apareció el espíritu de la desesperación e intranquilidad Iris, porque no podría ser de otro modo ¿qué más lleva a un hombre a la inquietud sino una mujer?, fueron amigos y el destino unió sus espíritus que por el extraño universo del internet y por el aún más extraño universo real viajaban paralelos sin que ellos lo supieran, situación hermosa en primera impresión, pero desesperante cuando nos damos cuenta que las almas viajan juntas pero no así sus cuerpos, fue así como surgió el caos en el corazón de Alex, porque de la soledad, silencio y paz inicial solo queda el silencio, de la soledad ya se sabe ahora que su alma está acompañada, la paz se fue con la soledad por solidaridad dejando en su lugar extraños momentos de emoción y dopamina controladora, natural recurso que hace fantasear a nuestra imaginación, el silencio es el único que aún queda porque por más que Alex grite lo que siente, por más que haga reventar sus pulmones en un intento por ser escuchado, Iris no lo puede oír, la distancia ha venido para ser su peor enemigo y destructora de ilusiones…..; aunque no hay que ser tan injusto con la distancia ¿porqué destructora de ilusiones?, quizá, es ella la culpable de las ilusiones, no se sabe, tal vez si no estuviera ella de por medio tampoco las ilusiones, tal vez si no fuera por la distancia nunca hubieran nacido las fantasías, hermosos escapes de la realidad que no abandonan la cabeza de Alex, le ocupan todo el tiempo y le hacen desvariar creando con cualquier pretexto y en cualquier momento mundos imposibles donde no existe lejos ni obstáculos, solo esa extraña sensación de confidencialidad y pertenencia, pertenencia de pensamientos, cuando estos ya no son propios, ya no los controlamos, ya no pensamos lo que queremos, no, los pensamientos de Alex son ahora ajenos, son de Iris.