Cuando puedes volar.

Cuando vuelas sale del alma un aire nuevo, desemboca en el pecho algun recuerdo y se relaja estremeciendo los sentidos mientras recorre lentamente los poros del cuerpo. Se disimula el brillo estupefacto de los ojos mientras la retina divaga con mostrar el resustado del contacto con la luz celestial maga e impaciente.
Es como un salto entre la realidad de aqui y una otra paralela producto del ensueño. Es alcanzar una estrella que se aleja a pasos de gigante. Es recorer los pasos del futuro -unos aun inalcanzables- que viajan en dimenciones concecuentes y se presentan en esta con el nombre de sueños.

La vida se deslumbra ante lo imposible. Las horas se encargan de enterrar poco a poco los miedos con un va y viene interminable y en los amaneceres, en donde las migajas de misericordia y libertad instantanea nos describen, el tiempo repite su supremacia irremediable. Soñar es el producto de volar en altas nubes y esperar con los zapatos cansados a que al final alguien vea el fuego que nos alimenta y nos consume a la vez.

Termes en la duda e inpetud, virtud e dislocacion de la razon, estruendo en la risa y algarabia festival son el pago de conciderar que son posibles y reales las alas que los ojos no alcanazan a divisar por su adjuntivismo cronico de creencias pesadas y difurcas.
Soñar es encontrar la salvacion sin rendirse ante el guerrero, es vencer por conviccion, por merito, por valor, por derecho: Soñar es vivir.

Crsitian MuR