[b][i]¡Entiende que no te quiero hablar más! Me dice ella, con sus ojos achinados y pintados muy negros; con actitud de furia, pero su mirada triste no me engaña. Yo la escucho, por fuera me hago el tonto, me río y la molesto. Por dentro, me inquieta demasiado que se ponga así conmigo. No la entiendo. Llego a pensar que está un poco loca y es demasiado maniática. Me hago a un lado, simplemente, prendo un cigarro y voy a descongelar el pescado.

El, el, el. Su nombre, su persona, no me puedo separar de su esencia. No entiendo… yo no entiendo lo que me sucede. Torpe en lo que quiero expresar, insegura de lo que siento, llanto total. Por el me pongo agresiva y fría; celosa, carcomida por la ira, porque cuando lo veo me desespero y la rabia inunda mi mente. Me tiene fuera de la calma, expulsada de la quietud, o yo me tengo así. Todo es pura casualidad entre nosotros, lo estoy alejando y desencantando con mis actitudes. Soy derrotada y minoría ante el. Ante este…que es mi sol. ¡por la mierda! ¡para mi es el sol!... si esto es un ápice de amor, se siente horrible.

La observo desde la caseta, ella es mi compañera de trabajo. Va y viene acomodando a los niños en la tribuna. Se ríe fuerte, es alegre y ágil. Cuando quiere es muy simple y liviana. Me gusta su figura, tiene los ojos muy lindos, pero me carga cuando se los maquilla tanto. Y el pelo, es un desorden que estalla de su cabeza. No es fina, también me cargan sus uñas rojas. La veo subir al escenario, entra y finge que no me ve. Pide el micrófono para salir a animar. Le digo que esta rica, la abrazo, la toco. Se enoja, le pregunto por que esta tan enojada conmigo y le agrego un : “si yo te quiero”. Eso la suaviza, me abraza y me dice que no pasa nada, según ella es el día y la pega que la tiene estresada. Cuando la vuelvo a abrazar, se corre, me empuja. Me dice que la corte. Debería correrme, pero ella es un imán para mi. Definitivamente no la puedo dejar. Me divierte. La presento y sale al escenario, hace palmas y saca a los concursantes a los cuales hay que hacerles preguntas. Eso me corresponde a mi, a ella le toca nombrar las alternativas. Siempre me quedo callado y me río con mi otro compañero. La dejo en ridículo delante de los niños. Me mira muy feo. Termina el concurso y ella viene a dejar el micrófono, lo tira, me reta, le pido disculpas y la abrazo, esta mas enojada que nunca. Me sigo riendo, siempre le hago lo mismo, me gusta molestarla.
Desde este pequeño incidente van dos semanas, no me habla, me ignora, ya no viene para acomodar ni mucho menos para animar. Parece que las cague…..

Como me duele no hablarle, me harto. Busca de todo para molestarme y dejarme en ridículo. Si supiera que estoy, estoy completamente enamorada de el. Pero no debo decirle lo que siento. Demasiado tímida. Esto me esta matando. Pero no soporto tampoco el no hablarle, debo revertir la situación, cambiar la actitud. Relajarme y ya no enojarme por estupideces.

Y sigue sin hablarme. Ella me atrae. Pero me gusta otra mujer. La que esta en la caja del recinto. Hoy Salí con ella. Nos besamos. Fuimos a las Terrazas en el mall Vespucio. Algo muy lindo me esta sucediendo. Me gusta, ya no estoy solo en este país. La tengo a ella. Me estoy sintiendo completo….

No lo puedo creer. Fui a comer a las terrazas. Los vi. Y esta pena me embarga, no se fijo en mi. Se estaban besando. Y yo enamorada y sufriendo. Mas sola que nunca me encuentro. Quiero desaparecer, esfumarme, dejar de saber que soy yo, olvidar todo lo visto. Tengo que desaparecer. Me quiero morir. Tomar la decisión. Antes de lo que va a suceder, arrancar de esta vida, antes de borrarme, lo debe saber. No puedo con esto. No puedo…

Ese día, en el que al fin me hablo, llego muy amable; radiante la vi. Todo en calma, estaba en paz. Vino a pedirme disculpas por sus actitudes de furia. Llego con una bolsa, algo me traía. Me abrazo. Dijo que después de que lo abriera, me daría cuenta que todo estaba bien y que estaría en paz. Me beso en la frente y se fue.
Llegue a mi departamento. Abrí la bolsa y vi una flor. Una cala envuelta en papel volantín de color rojo. Que tierna y simple pensé. Sonó mi celular; mi polola, la cajera, me estaba llamando. Quería darme las buenas noches. Le dije que la quiero. Cortó.
Abrí el papel volantín para sacar la flor y dejarla en un vaso con agua. Había una carta arrugada en el interior. La abrí y decía esto: “distraída, extraviada del presente! Hombre delicioso, tibio, dulce. Hombre claro, a veces silencioso, a veces frío. Hombre húmedo de sonrisa luminosa! En mi mente no puedo controlar lo que recuerdo, lo que pienso, lo que imagino. ¡Completamente borracha de ti! Dame un beso que me haga temblar, y lo único que pedía eran tus labios en los míos. Siempre estarás en mi rincón secreto. Ya no puedo con esto. Con este amor no correspondido. Porque te amo. Contigo hasta el infierno. ¡Te amo!. Aquí estaba la explicación de todas sus actitudes. Sentí que fui un tonto al no darme cuenta.
La busque al día siguiente. No estaba. No aviso siquiera que iba a faltar. Me preocupe. Abrace a mi polola. Algo andaba mal. Callo la tarde y nos enteramos de que estábamos de luto. Ella se suicido la noche en que me entrego la cala. Se ahorco en su patio. Me sentí miserable. Culpable. Esa cala es el adiós a la vida sin mi. La cala de la paz. Del amor confesado demasiado tarde, nunca a tiempo. Llegue a mi departamento. Llore y ahí estaba la cala, mas blanca que nunca. Y su carta. Un regalo simple. Algo que no olvidare. Cuando se seque la cala supongo que la guardare. Su amor se quiso liberar, pero nunca podrá amar…[/b][/i]

[b][i][u]Y ahora, ¿Cómo puedo devolverte tu amor para que no te mates?[/b][/i][/u]