Él decidió salir una noche, solo para esperar a que sucediera algo interesante, ya que el mismo pensaba que su vida era aburrida.
Con estatura regular de una persona de 21 años, vestía unos jeans negros y una camisa negra de terciopelo, su cabello estaba partido por la mitad de su cabeza y algunos mechones se escapaban a su rostro.
Bajo de su auto y siguió caminando hasta un antro. Para su suerte había gente esperando entrar, así que entro rápido. Ya adentro camino lentamente, viendo que tipo de personas había ahí, se sentó en un banco frente a la barra y pidió algo para beber. Se quedo un momento sin hacer nada y después decidió ir al área de mesas, ahí estaría más tranquilo.
Se sentó en una mesa y termino de beber su copa, y de la nada su mirada se fue a una mesa que estaba un poco mas adelante, su mirada se fue directamente a la mujer que estaba sentada ahí: parecía de la misma edad, vestía ropa negra también y usaba lentes; pero lo que mas le gusto de ella fue lo que se escondía detrás de esos lentes...sus ojos.
Sin darse cuenta, él camino hacia ella.
-Hola.– Le dijo sin timidez alguna.
-Hola.- Le regresa ella el saludo.
-¿Vienes sola? ¿Puedo sentarme?
-Vengo sola, siéntate si gustas.
-¿Y que edad tienes?
-21, ¿Y tu?
-21.
Después de una larga conversación salieron juntos del antro, cada uno ya se marchaba.
-Toma, mi teléfono - le dijo la mujer y le dio un papel a su nuevo amigo – me gustaste mucho, espero me busques luego.
Ella se marchó y el se quedó ahí por un momento, mas tarde se fue a su apartamento.
Al día siguiente él le habló por teléfono a esa mujer que había conocido la noche anterior y ella le dio la dirección de su trabajo para que fuera a visitarla. Después de un rato, él siguió la dirección y llegaría a un pequeño local donde estaba una tienda, se acercó un poco y antes de cruzar la calle vio por la ventana que ella se besaba con otro hombre.
A pesar de que no la conocía muy bien, él la quería para sí mismo, no quería a nadie más, ni otro hombre para ella, ni otra mujer para él mismo.
Espero a que ese hombre saliera y después él entró, fingiendo que no vio nada. Después de una conversación normal, él le dio la dirección de su apartamento, para que ella lo visitara alguna noche después del trabajo, ella aceptó la invitación.
Paso un día y ella se dirigió a la dirección que se le dio. Llego a un edificio, subió dos pisos y encontró el numero de apartamento a donde fue invitada. Toco la puerta varias veces pero no le respondieron. Antes de irse, se dio cuenta que la puerta no tenía seguro y decidió entrar, todo estaba oscuro adentro, no alcanzaba ver nada, y de pronto se encendió una luz y se cerro la puerta casi automáticamente.
De una habitación salió el hombre que la había citado, se sentía el miedo en la mujer, el presentimiento de que él intentara hacer algo, pero, sin embargo, él lucía muy tranquilo.
-¿Me recuerdas? Soy el tipo de aquella noche... aquel que le dijiste que te gusta mucho.- Le dijo a ella con una voz llena de odio.
De su espalda sacó una daga, ella se lleno de miedo al ver el arma, pero ya era imposible escapar, la puerta estaba preparada para atorarse.
Todo se acelero, subió la adrenalina hasta que el suelo se tiñó de rojo y algunas gotas tocaran la pared.
-... soy el tipo de aquella noche... - fue lo ultimo que se escucho, y los gritos desesperados de aquella mujer.