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Hay cosas que uno no elige, ni podría hacerlo. Solo pasan, no pueden evitarse. Aun en contra de lo que creímos siempre, de nuestros ideales y principios, de lo que nos hemos preparado para enfrentarlo. O lo mucho que le escapamos. Siempre he pensado que podía manejar cualquier situación. La vida no fue bondadosa conmigo, pero por otro lado me hizo un ser preparado para afrontar riesgos. Cuando pude manejar la razón, también lo hice con mi destino, por lo menos eso creí durante mucho tiempo.
El sol asoma detrás de los longilíneos edificios. Juega escondidas con las ingenuas nubes que osan oponérsele. Justo hoy, un día como hoy. Están destinadas a perder.
Detengo la marcha del vehículo en la costanera, para poder observarlo mejor, sin obstáculos de hierro y vidrio.
Un par de veleros y alguna gaviota, saludan al viento, como obnubilados ante la majestuosa imagen de una mañana sencillamente hermosa.
Es irónico pensar en el contraste de lo magno de la geografía, con lo mediocre de su sociedad. Algo típico de ciudades nuevas, en expansión, llena de envidias y falta de cultura. Quito de mi mente esos negativos pensamientos. No vale la pena enturbiar semejante vista.
Una pareja de ancianos caminando de la mano cachetea mis elucubraciones y soy asaltado por una rara ternura. Sentimiento que por cierto no es muy de mi estilo.
Después de todo, siempre hay cosas buenas que escapan a las generalidades. No creo que ellos en este momento estén muy de acuerdo con mis teorías sobre la inexistencia del amor.
Ojalá, no lo estén.
El celular suena prepotente, en el mismo momento que intento llevarme un sorbo de café a los labios y por supuesto equivoca destino decorando traje, camisa y corbata, amén de una estratégica y escatológica gota en la entrepierna, que; además de quemar como la gran puta.., generara suspicacias a ojos impertinentes.
Solo hay algo que odio más que el maldito teléfono, y es mí jodido trabajo.
Soy abogado, abogado civil. Pesquiso estafas, deudas, divorcios mal avenidos y miserias varias del estilo. Decido a atender justo decimas de segundo antes de descubrirme a punto de lanzarlo por los aires.
Una voz conocida. Demasiado para mi gusto y justo hoy. Indefectiblemente algo tendría que arruinar la mañana.
__Marcelo, habla Vanesa, necesito verte urgente..., dijo con ese tono mezcla de burla y superada, que siempre me molesto tanto.
__Debes de tener alguna foto a mano, salvo que las hayas utilizado todas para tus Vudú...., también manejo las artes de la ironía.
__Hoy no estoy para juegos...contesto, en un tono casi gutural y cargado de dolor.
__Tampoco lo estaba yo, el día que decidiste abandonarme por teléfono..., dije a manera de liviana revancha.
Quedamos en encontrarnos en mi oficina, bah…, en la pequeña cueva, estrecha y lúgubre. Lo poco que me quedo, luego del mal avenido divorcio, producto de un, aun peor, matrimonio.
Pero, como todo lo malo, con el tiempo, muta en necesidad y deviene en un juego sado-masoquista, divertido y vicioso. Así como el tiempo de paz que llevo desde que dejamos de vernos. Divertido y vicioso.
Jodida suerte, la mía. Podría haberme dedicado a domador de escorpiones o “crash test dummies”.
No tardo en llegar, quiero que sea leve y rápido, como tener sexo por obligación y con quien no tienes piel. Descarguemos, y ya.
Apuro el ingreso, y Diana, mi secretaria multiuso todo terreno, sale al cruce gesticulando desesperada como un mimo alcoholizado. Un leve guiño cómplice, sirve para hacerle saber que estoy avisado y preparado, tanto, como puede estar un reo al pie del patíbulo. De tripas, corazón....., decía mi santa Nana.
Sentada frente al escritorio, piernas cruzadas, trajecito Príncipe de Gales, o Irlanda, o de algún lugar de Sajonia, que se yo, de esos muy “serios”, pero desentonando con su cara, otrora hermosa, avejentada, desencajada y con marcas de un extraño dolor que jamás le vi. Casi siento culpa por las ironías telefónicas. Casi.
__¿Como estas?, preguntó, por compromiso.
__! Bien ¡respondí mintiendo, pero, ¡vamos al grano ¡demostrando que la preparación previa para demostrar tranquilidad y paciencia, fue toda una pérdida de tiempo.
Rápidamente detalla el problema, y mis apuros comienzan paulatinamente a convertirse en pena, casi una pena fraternal. Por carne propia, entiendo su dolor. Lo padecí, también de igual forma, e irónicamente, ella fue el causante. No sé por qué extraño mecanismo, la no disimulada bronca, se transforma en una paz relajada, y luego en una preocupación que roza lo paternal, lo piadoso.
Hoy, no veo el sol. Un manto gris perlado, lo esconde de la vista, pero sé que allí detrás esta. Es casi como una revelación. Al fin logro comprender que todo pasa y tiene un porqué. Que aquello que parecía un fin, termino siendo un nuevo comienzo, y siempre habrá otro, y más. Los veleros y las gaviotas, siguen estando, seguirán estando, por mas nubes que se ufanen de matar lo indomable, y porque un día tras otro, el sol volverá a darles pelea hasta demostrar quién es el más fuerte, el que manda, el que no podrá ser vencido, solo porque no se rinde.
En un mundo cada vez más global, más despersonalizado, donde los entes se esconden detrás de estereotipos y presuntas “rebeldías”, que bueno es ser quijote, que bueno es ganar duras y largas batallas contra los poderes enquistados, disfrazados de cobardías y venganzas. De egoísmos y logros socio-materiales. De tontería y frivolidad. Qué bueno es ganar batallas, aun de las que aparentan haberse perdido. Y qué bueno es saber que esto solo lo entenderán los elegidos.
El teléfono destroza mis devaneos filosóficos, y nuevamente decoro con más cafeína él, ya desvencijado, traje.
La chillona vos de Diana, que me informa la espera de un par de nuevas causas, alguna factura prontamente vencida, y la resolución favorable de un conocido pedido de divorcio.
Gané, una vez más, volví a ganar.
Un rayo de sol, escapa y viene a mi encuentro. Es de sabios lograr ver… detrás de las apariencias.

Texto agregado el 10-07-2008, y leído por 268 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
19-07-2008 Me he impresionado mucho con tu novela diría yo.En verdad,lo primero que destaco, es la fluidéz,es increíble como se lee.El tema,me hace eco,un eco enorme.Pero bueno,quiero hablar de como también describes el paisaje de una forma bella. Es muy difícil por no decir imposible encontrarse con un escrito impecable,que gusta y que se desea más. La frase final,ufs,me gustó demasiado. Un fuerte abrazo Victoria******* 6236013
11-07-2008 mmmmmm, detrás de las apariencias un mundo enmascarado y sin espejos, lugares encerrados, maquillados. Si logras ver detrás de las apariencias eres un vidente de decepción...buen texto. online
 
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