Abrí los ojos esa mañana de verano, realmente no recuerdo si era agosto, julio, tal vez ni tan siquiera era verano. Me sentí perdida, todo aquello que me rodeaba se tornó tan falso, y tan irreal, mi rutina me agobiaba, me sentí sola y llena de miedos.
Ahora recuerdo... lo único realmente bueno que me había sucedido en mi vida tenía un nombre, una sonrisa que me petrificaba y unos ojos que me hipnotizaban, solía pensar que él había sido real, pero no, ni siquiera su voz podía escuchar.
Tumbada en mi cama pensé en todas las oportunidades que había perdido; ninguna volverá, todo daba vueltas a mi alrededor, las paredes me asfixiaban, y extrañamente mis sentidos se agudizaban, podía escuchar el sonidos de los coches en la calle, y la voz de mi vecina levantando a sus niños para ir al colegio. Escuchando atentamente pude distinguir el sonido de unas llaves al final del pasillo frente a mi puerta, tal vez alguien que llegaba muy tarde o muy temprano, según se mire. Respiré profundamente y pude percibir el olor del café recién hecho que se colaba suavemente por mi ventana entreabierta, deslicé mis manos por el borde de mi cama y disfruté del suave tacto de las sábanas de seda, entonces recordé que habían sido un regalo de mi mejor amiga.
En ese momento, allí, sola en mi habitación, sintiendo que mis años de vida y mi experiencia no significaban nada, me di cuenta de lo insignificante que realmente era, mi vida se hundía por segundos, y el mundo seguía adelante, nadie reparaba en mí; mi vecina seguía levantando a sus hijos como todas las mañanas, el café seguía desprendiendo su exquisito aroma como todas las mañanas, aquella persona que llegaba tarde estaría ahora placidamente dormida en su hogar, los coches seguían pasando... nada cambiaba, nada se detenía por mí, me sentí tan egoísta, tan patética...cerré los ojos por un segundo......
Abrí los ojos y allí estaba él, a mi lado como todas las mañana, le miré dormir como quien mira la luna y se siente hipnotizado por ella, de repente me sentí viva y todo tomó sentido, nunca antes había apreciado todo lo que me rodeaba, nunca antes me había detenido a escuchar, a mirar, a sentir, a respirar... ahora respiro y siento su aroma, ahora extiendo mi mano y rozo delicadamente su cabello, no quiero despertarlo, solo quiero disfrutar de cada segundo de mi vida su lado.