Todavía recuerdo mi último viaje a México capital....
La mañana de ese día,fuí a desayunar a Sanborns,
el de La casa de los azulejos, el primero de todos
los Sanborns del pais, yo amo y frecuento ese lugar.
Después de comprar un DVD y un libro, pedí lo siempre,jugo de naranja, molletes y café.
Mientras me servían, me dediqué a observar y a tejer historias sobre la vida de los comensales que me llamaban la atención, respiraba los olores a café, a pan recién horneado y a cigarro, olores que gratifican y concienten mi alma, cuando al bajar la vista, descubro una tarjeta en la silla de a lado "Tiendita de Amores" y la dirección...estába a unas cuadras atras de Bellas Artes ¡muy cerca de donde estaba!...sentí una curiosidadincontrolable, "Tiendita de Amores", "Tiendita de Amores"el nombre mas que repiquetear, sacudía mi cerebro,aceleraba mi corazón, y no me dejaba respirar, pedí la
cuenta y sin probar el desayuno que recién llegaba a mi mesa, me lancé a la búsqueda de la tiendita, caminé lo mas rápido que me permitían mis zapatos de charol negro muy altos, regañandome por coqueta ¡con mocasines hubiera podido ir mas rápido!
Despues de eones de tiempo, o al menos eso me pareció. llegé a la dirección que tenía la tajeta, era un edificio antiguo, descuidado pero a pesar de eso hermoso, subí las escaleras jadeando, tosiendo y temblando.
En el segundo piso, vi un letrero pequeño que decía
con letras rojas el nombre de la tienda, la puerta de
emplomados estilo Art Nouveau estába cerrada, no encontré timbre alguno, no veía personas ni señales de vida en el edificio.
En un arranque de frustración, moví con fuerza el maneral de bronce finamente labrado y bruñido y se abrío suavemente, como si me estuvieran esperando...
El lugar era pequeño, mal iluminado, el ambiente denso a causa del incienso de Almizcle, pero limpio y ordenado, parecía una vieja botica, con anaqueles cubriéndo todas las paredes
y llenos de frascos de porcelana blanca, a mano izquierda un letrero que decía "Amores para sentir" y del lado derecho uno que decía "Amores para inspirar", en el centro de la habitación a manera de isla, había un escritorio con folletos dándo la bienvenida a los clientes, informando la mecánica de
compra, explicando lo que pasaría si alguien se roba un frasco, el listado de sus productos, "Amores de un día, que duran toda
la vida", "Amores de toda la vida, que duran un día", "Amores temporales", "Amores eternos" etc. forma de pago, contraindicaciones y efectos secundarios "Estos productos pueden causar adicción","No se administre a personas de corazón timorato" "Los efectos son irreversibles", "Los amores eternos, seguirán vigentes después de la
muerte" etc. Empezaba a sentirme mal y peor cuando ví una nota que decía "Los Amores correspondidos no existen, A ama a B, B ama a C,
C ama a D, y así hasta que Z ama a A y empieza el círculo de nuevo, es la Ley del Eterno Desencuentro, usted amable cliente, solo tiene 2
opciones, amar o ser amado" -¿amar? pensé, oh, ¡no mas de eso! he amado con locura, con desesperación, he amado hasta destrozar mi corazón, he dejádo de ser yo para ser Él, he sufrido engaños, desaires...
¿Amar? ¡no gracias!... ¿Ser amada? ¡Tampoco gracias! no es agradable que me vean con ojos de borrego adormilado, que me toquen y solo sienta
frío, aunque sus manos hiervan, ésta opción no es para mí...
Después de pensar un rato, me sentí contenta, escribí en una libreta que encontré sobre el mostrador "Gracias por la lección" dejé un
billete en señal de agradecimiento y salí, un sol inusual me cegó, respiré profundamente, tomé un taxi, y me fuí a la Zona Rosa de
Shooping, disfrutando mas aún que las compras, ver mi imágen en los cristales de las tiendas que reflejaban a una María liberada, sabia y mas que todo ¡felíz!