ECLIPSE LUNAR

Hace años, décadas, siglos vivía un hombre sobre un acantilado de una isla perdida del Pacífico, ahogado en el mar de la soledad y condenado a no poder amar a quien sin querer amaba…

Todo empezó en uno de esos momentos en los que el amor llenaba la vida de una persona, una felicidad que lo era todo y que ignoraba hasta el mismo día en que sucedió. Esa noche Valdis, la única mujer que él amaba, fue a disfrutar de las templadas aguas del mar para no volver nunca más, desapareciendo allí donde el mar baña a la luna.
Desde aquel día Erik, decidió perder contacto con todo ser humano, desterrandosé de su aldea vikinga, para asentarse en aquel acantilado, último lugar donde se veía más tarde fundirse la luna con el mar, cada noche que la luna menguaba, la pasaba sentado en la roca más alta que daba al vacío, observando pacientemente hasta el último brillo de luz, con la única esperanza de ver regresar a su amada. Nadie más supo de él con absoluta seguridad más que un día desapareció, aun así cuenta la leyenda que en una de aquellas noches, Erik saltó del acantilado por un intento de alcanzar la luna, convencido de que su amada había sido recogido por ella, librándole así de la furia de las olas, aquel día el sol quedó oculto por la luna, dejando a los amantes en íntima oscuridad rozar sus pieles apasionadamente una vez más, dando lugar al primer eclipse lunar, dicen que solo entonces si miras fijamente con tu corazón, podrás ver como se aman en la noche con tanta pasión y dulzura con que al fundirse lo hacen el mar y luna.