Un groncho punk enjaulado de cabello enrulado sufría un serio trastorno en su rodilla izquierda que le impedía caminar normalmente. Su hermano, un dark melodramático de desastrosa ortografía que adoraba resolver anagramas, lo encontró de casualidad en una selva repleta de cadáveres de pordioseros, al trepar un gran árbol del que cayó a un extenso agujero. Su otro hermano, un freak grotesco que traducía textos del francés al castellano, había predicho toda aquella situación tres días antes. El dark lamentó no haberle prestado atención. Al internarse más en aquel frío rincón de la selva, despertaron seres que parecían provenir de otros planetas… una patrulla de defectuosos zombies electrónicos que trotaban y producían artritis… desecho de un destrozado mercado que había vivido tiempos mejores… El dark, aterrorizado, también podía apenas trotar, debido a la artritis, y cuando creyó que iba a, al fin, caer, apareció un tren misterioso que exterminó a gran parte de los zombies electrónicos, y un hombre tembloroso le arrojó desde éste un envase Tetrabrik, que el dark agarró sin pensarlo dos veces, y entero se lo bebió. Sabía a membrillo, y, en cuanto lo terminó de beber, su artritis desapareció, y los zombies ardieron en enormes llamaradas hasta convertirse en ratas que se fueron brincando, pero a las que segundos después, un rebaño de renos de elegantes cornamentas, devoró. En ese momento, se comenzó a sentir un temblor. Era un terremoto, y la tierra se abrió, y de ella surgió una bruja que el camino del dark estorbó. La bronceada y hermosa mujer de largas trenzas castañas y ojos dorados, le otorgó al muchacho una gema roja que parecía contener pequeñas llamaradas de los colores del Sol, en su interior. Y pronunció las siguientes palabras: “esta gema es mágico regalo del Centro de la Tierra. Y el único que podrá utilizarla será tu corazón.” Y dicho esto, desapareció. No había tiempo de pensar en el episodio reciente: La cueva se derrumbaba y era cada vez mayor el temblor… El dark corrió y corrió, mientras tras de él iban cada vez menos zombies electrónicos que caían por las grietas que provocaba el temblor… pero en su lugar iban surgiendo orientales espíritus noctámbulos voladores de color verde fluorescente, y ojos rojizos y grisáceos llenos de frustración, furia y depresión; que parecían acercársele a nuestro protagonista cada vez más, y querer atravesarle la garganta con sus filosas y largas garras… Nervioso a más no poder y con cada vez más prisa, el dark llegó a la jaula de su deprimido hermano... pero no a tiempo. Una joven vampiresa de cabello rubio y ojos dorados estaba sujetando peligrosamente el cuello del punk; y notó inmediatamente la presencia del dark, al que echó una furtiva mirada furiosa… luego de lo cual incrustó una de sus garras en la garganta de su asustada víctima. Y se esfumó en el aire. Mientras de los ojos del punk, que miraban al cielo, se derramaban heladas lágrimas rojas de sangre, de los ojos de su hermano caían también lágrimas, aunque de hielo, que se quebraban contra el caliente suelo… Y los espíritus verdes estaban a tan solo unos pasos… El punk intentó pararse; se tambaleó y cayó al suelo. Los espectros casi podían tocarlos… traspasarlos…
- ¿Por qué? ¿Por qué? – Dijo el punk, sin consuelo. “Cómo desearía que nada de esto hubiera pasado”, fue su ardiente deseo. Y en ese instante, a su alrededor pareció detenerse el tiempo…. Y sopló en la cueva un helado y fuerte viento… al dark comenzaron a castañearle los dientes al tiempo que una tormenta de rayos violeta comenzó a sacudir los cielos… y la gema rojiza que la bruja de la grieta le había dado, comenzó a arder en su bolsillo y levitó por su cuenta, a su lado, tornándose de todos los colores menos esperados, rodeándose de nieve, danzando, brillando a más no poder y temblando… hasta que explotó en mil pedazos, llenando la cueva de miles de diamantes rosados, que se volvieron llamas que se unieron hasta formar un hermoso y ardiente dragón dorado de ojos de zafiro, que se fue volando llevándose consigo la nieve, la tormenta, el viento y los rayos rosados y hasta la mismísima cueva, transformándola en el paraíso que la ciudad nativa del dark era… Y en la tranquilidad repentina que ahora la calle poseía, un trozo de viento travieso rodeó al punk tirado en el suelo que seguramente dormiría por siempre, levantándolo en el aire para evidente sorpresa de los transeúntes, convocando espectadores sin admitir ausentes; y de aquel joven surgieron miles de fucsias y rosadas luces incandescentes que dejaron a muchos inconscientes. A continuación y lentamente, el cuerpo fue depositado en la vereda blanca… Su hermano lloró una vez más sin poder contenerse (a pesar de la gente presente), hasta que alguien notó que unos ojos celestes comenzaban a abrirse lentamente… El viento comenzó a soplar más fuertemente agitando los rizos rubios del que acababa de volver de la muerte… Y la vida con una lágrima del cielo le dio la bienvenida… Una lágrima que le cayó en un ojo. Y la lluvia cayó sobre todo y todos… e hizo que todos volvieran (con una aventura que contar) a sus hogares… Bueno, no todos. Al punk y a su hermano no les importaba empaparse. Habían pasado por cosas peores como para que en aquel instante les importara apresurarse o mojarse. Caminarían felices bajo la lluvia.