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Inicio / Cuenteros Locales / camirl / En mi cuidad, una gran Curiosidad… Karen.

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Y en la ciudad donde las estaciones se encuentran en un día cualquiera, te sorprenderá saber cómo un hombre se satisface observando la matutina mañana en cada amanecer que se presenta a su ventana.

Te sorprenderá saber que en una noche de marzo, donde se complace a las mujeres deseadas por todos, un hombre se enamora de aquella que con palabras indiferentes atrae a ese hombre sincero de corazón, que riñe su corazón con su razón impidiendo pensar en la mala profesión de aquellas mujeres que aman una noche y que no vuelven nunca más; son mujeres marineras, tienen un barco al cual los hombres suelen subir para calmar los deseos más ocultos pero que a la vez son los más expuestos.

Te sorprenderá saber cómo empezó todo…

Las casualidades de encontrar en el corazón de este servidor ansias insatisfechas y ocultas, y a la vez de encontrar a un amigo lleno de vulgares deseos para aquellas mujeres que llenan el apetito de los incompletos, y de los pobres en palabras; una mujer sólo se debe conquistar con las palabras que emane la boca de un hombre dispuesto a gastar sus pensamientos intentando llenar el corazón de una mujer… ella, Karen, así la llamare, conquisto con su olor exquisito, su piel canela y su cuerpo de diosa a el hombre quien os osa a narrar una atrevida noche llena de pasión en el aire; aunque me quede una duda, ¡no sé si todas sus palabras fueron sinceras!

La curiosidad mato al gato y a mí me mato las ansias de estar con aquellas mujeres que se aventuran a tentar a los hombres por monedas y billetes que al final no valen sino la compañía; mi historia abarca el deseo y el querer estar con Karen, sin embargo no se puede por el hecho de ser sólo un “juego” para esa mujer, y de ser para ese hombre la unión más relevante de la tierra ,“el combate amoroso” como lo llama Devereaux, y que sólo una ninfa ha podido apreciar a flor de piel.

Esa noche de marzo salí en busca de aventura, aunque en mis pensamientos sensatos habían preguntas que nadie podía resolver por mí, una de esas preguntas era el por qué de esa búsqueda de sensaciones perversas y de bajas pasiones para el cuerpo, pero las respuestas giraban en torno a encontrar lo que muchos poetas encontraban en lugares tan ocultos a los ojos de esta sociedad anónima y que estaba cegada por la falsa moral de la burguesía y aristocracia de esta mi ciudad.

El no encontrarme desde un principio con uno de mis mejores amigos fue la causa de encontrarme con otro, el cual conozco desde hace 13 años; él condujo las perversas manifestaciones de mi tentación hacia lo desconocido pero que a la vez sabía a lo que me enfrentaría. Salí de mi casa con él sin un rumbo fijo, al principio nos decidimos a tomar unas cervezas donde él casi siempre se las toma; y ahí, en ese estanco nos encontramos con sus amigas, me las presento y empezamos a charlar entre todos pero indiferentemente sabíamos que con ellas no pasaría nada más de una simple conversación; esa noche estábamos decididos a aventurarnos, aunque mi amigo es un experto en el tema pues lleva muchos años haciendo de su vida una continua llanura de riesgos.

Salimos del estanco a las 12 pm, dejando a sus amigas y ahora conocidas mías, en manos de otros hombres los cuales les compartían aguardiente para ambientar el momento de la noche sosegada. Caminamos hasta una amplia calle para abordar un taxi y salir rumbo al destino de miles de hombre por mes; ahora era parte de esa aventura descomunal pero mágica a la vez, y para mí aún más.

Llegamos a un oculto lugar el cual muchos conocen pero que a la vez lo desconocen; todos saben que allí se encuentra pero pocos se atreven a entrar porque su falsa ética se los impide, y yo, yo era uno de esos. Llegamos a una casa de un barrio que queda detrás de la carrilera, cerca a la zona rosa; mi amigo saludo con confianza a un hombre que es gay y entramos para observar a las damiselas que nos iban a acompañar aquella noche y… ninguna de ellas llamo la atención de nuestros deseos; mi amigo me propuso salir a una casa al lado de esa y le dije que si, al salir nos dirigimos a esa casa y cuando llegamos me percate de la presencia de una mujer hermosa, que estaba recostada a un carro blanco que se encontraba estacionado frente a la casa; al lado de ella habían tres hombres, me supuse ahí mismo que eran los encargados de cuidar a las mujeres que allí se encontraban; mi amigo la saludo con mucha confianza y dándole un beso de sonido estruendoso en la mejilla, yo seguí derecho hacia la casa y sólo salude con un “buenas noches” y… ella me paro cogiéndome de la mano, y me dijo: -y mi beso. Me percate de que quería que la saludara de beso en la mejilla y me acerque para dárselo y muy suavemente se lo di y… de su boca salieron unas palabras susurrantes, diciendo –¡umm que rico!

Entramos y empezamos a decidir lo que íbamos a hacer y entonces unas cuantas niñas vinieron a presentarse aunque, desde el principio mi mente sabía que era lo que yo quería; quería a la nena que tenia puesto una falda de colegiala tan corta, que se alcanzaba a ver la punta de sus hermosas nalgas, mi amigo mando a pedir una caneca de aguardiente con la cual teníamos derecho a un “show”, y elegimos a la nena que yo quería.

Mi amigo le dijo al oído que debía consentirme por ser la primera vez que iba a un lugar así, ella sin bacilar hizo caso y se sentó en mis piernas, pase la mano debajo de la falda tocando parte de sus nalgas y… en ese momento mi razón empezó a sospechar que esa noche aquella mujer me iba hacer suspirar. Por su puesto mi amigo quien es más atrevido no pensaba las palabras que decía y su vulgar vocabulario salía de su boca para pretender que ella bajara la guardia y nos consintiera dándonos todo, pero ella muy puesta en su lugar no hacía caso a las palabras de él. La colegiala sobaba mi cabeza haciendo movimientos cerca de mi boca, respirando tan cerca de mi nariz que el olor de su brillo entro por mi nariz, logro seducir mi timidez, y en un instante arrojo su arriesgado beso a mi boca, su lengua roso el interior mi paladar y la mía sobo su lengua suave.

Karen experimento de mi cuerpo sólo la sustancia de la piel desnuda de mi torso, pero no de mis piernas y ni de mí… sabrán con antelación que la pasión conquista al hombre pero no lo llena por completo o por lo menos a mí no. Ella fue como un espejismo en mi vida, pero yo sé muy adentro que ha prometido algo más profundo que el núcleo de la tierra, y que es más relevante que el meteorito que se estrellara en la tierra en muchos millones de años. Ella fue la primera y… no sé nada más.

… Ahora su perfume, la “Paris Hilton” está gravada en la memoria de los olores; percepción que continuara hasta culminar con ella el origen de mi visita, amor.


Salimos del estanco a las 12 pm, dejando a sus amigas y ahora conocidas mías, en manos de otros hombres los cuales les compartían aguardiente para ambientar el momento de la noche sosegada. Caminamos hasta una amplia calle para abordar un taxi y salir rumbo al destino de miles de hombre por mes; ahora era parte de esa aventura descomunal pero mágica a la vez, y para mí aún más.
Llegamos a un oculto lugar el cual muchos conocen pero que a la vez lo desconocen; todos saben que allí se encuentra pero pocos se atreven a entrar porque su falsa ética se los impide, y yo, yo era uno de esos. Llegamos a una casa de un barrio que queda detrás de la carrilera, cerca a la zona rosa; mi amigo saludo con confianza a un hombre que es gay y entramos para observar a las damiselas que nos iban a acompañar aquella noche y… ninguna de ellas llamo la atención de nuestros deseos; mi amigo me propuso salir a una casa al lado de esa y le dije que si, al salir nos dirigimos a esa casa y cuando llegamos me percate de la presencia de una mujer hermosa, que estaba recostada a un carro blanco que se encontraba estacionado frente a la casa; al lado de ella habían tres hombres, me supuse ahí mismo que eran los encargados de cuidar a las mujeres que allí se encontraban; mi amigo la saludo con mucha confianza y dándole un beso de sonido estruendoso en la mejilla, yo seguí derecho hacia la casa y sólo salude con un “buenas noches” y… ella me paro cogiéndome de la mano, y me dijo: -y mi beso. Me percate de que quería que la saludara de beso en la mejilla y me acerque para dárselo y muy suavemente se lo di y… de su boca salieron unas palabras susurrantes, diciendo –¡umm que rico!
Entramos y empezamos a decidir lo que íbamos a hacer y entonces unas cuantas niñas vinieron a presentarse aunque, desde el principio mi mente sabía que era lo que yo quería; quería a la nena que tenia puesto una falda de colegiala tan corta, que se alcanzaba a ver la punta de sus hermosas nalgas, mi amigo mando a pedir una caneca de aguardiente con la cual teníamos derecho a un “show”, y elegimos a la nena que yo quería.
Mi amigo le dijo al oído que debía consentirme por ser la primera vez que iba a un lugar así, ella sin bacilar hizo caso y se sentó en mis piernas, pase la mano debajo de la falda tocando parte de sus nalgas y… en ese momento mi razón empezó a sospechar que esa noche aquella mujer me iba hacer suspirar. Por su puesto mi amigo quien es más atrevido no pensaba las palabras que decía y su vulgar vocabulario salía de su boca para pretender que ella bajara la guardia y nos consintiera dándonos todo, pero ella muy puesta en su lugar no hacía caso a las palabras de él. La colegiala sobaba mi cabeza haciendo movimientos cerca de mi boca, respirando tan cerca de mi nariz que el olor de su brillo entro por mi nariz, logro seducir mi timidez, y en un instante arrojo su arriesgado beso a mi boca, su lengua roso el interior mi paladar y la mía sobo su lengua suave.

Karen experimento de mi cuerpo sólo la sustancia de la piel desnuda de mi torso, pero no de mis piernas y ni de mí… sabrán con antelación que la pasión conquista al hombre pero no lo llena por completo o por lo menos a mí no. Ella fue como un espejismo en mi vida, pero yo sé muy adentro que ha prometido algo más profundo que el núcleo de la tierra, y que es más relevante que el meteorito que se estrellara en la tierra en muchos millones de años. Ella fue la primera y… no sé nada más.

… Ahora su perfume, la “Paris Hilton” está gravada en la memoria de los olores; percepción que continuara hasta culminar con ella el origen de mi visita, amor.

Texto agregado el 15-03-2009, y leído por 142 visitantes. (0 votos)


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