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Parte 8 “Las Dulces Lágrimas de Cristal”


Marta había dormido un día entero, había tenido un ataque de nervios y su tio le dio una pastilla así se tranquilizaba, lo hizo y se durmió.
Al despertar no recordaba muy bien los hechos, solo que estaba con Carlinhoxi y se desmayó, pero no tenía recuerdos de los hechos que sucedieron luego de volver del desmayo.

A su lado estaba Oscura Anacleta con una mirada preocupada pero en el fondo de sus ojos había algo radiante, tal vez se debía al cambio de actitud de Diegote.

- ¿Cómo te sientes Marta?
- Me duele la cabeza pero fuera de eso muy bien , gracias por venir a verme
- No fue nada me preocupaba que durmieras un día entero.

Marta y Oscura de niñas no habían sido grandes amigas, a veces surgían discusiones entre ambas y más aún cuando llegó Diegote y este prefería jugar con Marta.

- Diegote vino a verte. – Apenas lo dijo él abrió la puerta y apareció con una pequeña cajita de caramelos.
A ella siempre le habían gustado los dulces y se alegró de ver el regalo de Diegote, pero más de verlo a él.

- ¡¡Diegotete viniste!! – se sentó en la cama y le dio un gran abrazo. Acción que Oscura Anacleta miró con ojos de disconformidad, nadie podía acercársele a “su Diegotete”.
- Oscura Anacleta ¿Estás bien? – Le preguntó él jalándola suavemente de la manga de su vestido celeste con flores.
- A si si, solo pensaba en otra cosa. Por cierto creo que debo retirarme.

Diegote se sentó y miró con dulzura a Marta, ella seguía desviándole la mirada, por alguna razón sus sentimientos como sus recuerdos eran un desastre.
- Diegote yo…
- Lo sé quieres saber sobre Alejandro Magno y lo que sucedió ese día.
- Sí, pero antes quiero saber otras cosas
Él se quedó desconcertado, pensó en que lo que más quería saber era del accidente pero comenzó a hilar que preguntaría por sus desmayos y otro aspecto.
- Diegote quiero preguntarte ¿Por qué me desmayo tanto? , mi mamá cree que estoy enferma pero yo siento muy dentro de mí que es otra cosa, supuse que me podrías ayudar.
Se paró y abrió las ventanas, el viento fue entrando y rozando con su brisa los rostros de ambos.
- Bueno eso se debe a que Alejandro Magno está tomando poder de ti
Marta abrió grandes los ojos como si viera algo aterrador de frente, abrazó sus rodillas y bajo la cabeza y comenzó a llorar.
- Tranquilízate, mírame fijamente.
Ella lo hizo y comenzó a ver todo como una película.
El lago, Alejandro Magno que la llevaba de la mano. Ese día estaba lloviendo y el lago había subido.
- Ale Mag no se nadar tengo miedo – Sollozo con voz de miedo la pequeña.
- No te preocupes no pasará nada
- Pero mamá me dijo que en días lluviosos no debía venir al lago.
Él no les respondió, tiró más de su mano y la puso de frente al lago, Carlinhoxi y Oscura Anacleta estaban cerca de un árbol con rostros pálidos. Ella se asustó y quiso retroceder pero, Alejandro Magno no la dejaba y entonces su expresión facial cambio, la miró con otros ojos y la empujó al lago.

- ¡¡Auxilio Diegote , Ayúdame!! – Gemia como puta arrepentida Marta mientras intentaba mantenerse a flote de tanto flujo que le salio.
Diegotete miraba desde kilometros detrás de unos arbustos y no entendía el porque estaba tan inhundada la zona, no podía moverse.
Alejandro Magno se acercó a Carlinhoxi y Oscura Anacleta, levantó su brazo izquierdo y con el olor a chivo pronuncio unas palabras que Marta no llegó a oír de la fuerte baranda que se habia formado entre ella y el chivo de Magno.
Un fuerte hedor inundó el bosque.

- Lo he recordado – Dijo Marta levantándose de pronto
- Lo sé ya era el tiempo adecuado
- ¿Por qué no me ayudaste?
- Estaba aterrado, el poder de mi hermano es muy fuerte y ahora que tú lo recordaste a aumentado.
- Diegote ¿Por qué mis lágrimas son frías?

No se esperaba esa pregunta, no sabía que existiese la posibilidad de que tuviera las lágrimas frías, pero luego reflexiono que debía ser solo ella las que las tuviera, ella como toda alma del aire, tan frías como el viento de invierno o el viento que va anunciando la lluvia. Pero aunque pensó en todo aquello no le respondió, recordó que esa extraña mujer de niños le habían dicho a su hermano y él que toda alma que lleve el poder de los cuatro elementos debía descubrirlo por si sola, aunque también recordó que solo tenía lágrimas frías el…, desechó esa idea no era posible.
- ¿Diegotete terere, te sientes bien?
- He… yo… tengo que irme marta ojala te pongas mejor.
Salió a las corridas, afuera estaba Oscura Anacleta y le quiso preguntar porque tanta prisa, pero él la evadió y fue en busca de un libro que tenía en su casa.

Oscura Anacleta regresó con Marta y la vio llorar, notó que sus lágrimas al caer en la sábana se convertían en hielo, se volteó y se tapó la boca para no emitir un grito, no podía ser verdad estaba al fin ante alguien así, después de tanto tiempo, de tanta búsqueda con Diegotetete tererere pepeeeeeeee pepeeeeeeeeee veni que empezaron los ARGENTOOOO!!! no podía creer que fuera ella.



Triste anotacion, una extraña autora que no quiero mencionar parece haber copiado mi obra de arte!! Mother FUCKER! esos eran mis personajes con chivos y vos se los sacaste!!! BASURAAAAAAAA JILL SOS UNA BASURAAA!!!

Texto agregado el 17-04-2009, y leído por 221 visitantes. (7 votos)


Lectores Opinan
11-03-2010 puta arrepentida?? Vaya que por fin no eh visto sexo aqui yaichy
04-01-2010 Es increible; ¡parece que te sabes el alfabeto completo! emihdez
18-04-2009 Afortunadamente en el sitio he encontrado excelente material de lectura pero creo que Ud. lo desprestigia.Un verdadero desastre. Lamentable lo suyo. telomereces
 
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