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Había una vez una princesa que vivía en un hermoso castillo en un lugar llamado Albia. Tenía pelo extremadamente largo y oscuro, y unos ojos rojos que nadie se atrevía a mirar. Su nombre era Paula, y ella era completamente diferente a sus otras hermanas… Mientras que a todos en el castillo les encantaba la música clásica, vestir según la moda del lugar y cumplir y hacer cumplir las reglas; Paula disfrutaba de encerrarse en su habitación por las noches y ponerse a escuchar Heavy Metal… además de que era anarquista y pensaba que las reglas se habían hecho para romperse. Lo cierto es que la princesa, de no ser porque sus padres se lo impedían, hubiera merodeado por el castillo vestida con los atuendos más góticos que uno pudiera imaginarse… Pero ella no había nacido siendo como era. Paula había sido una niña normal llena de curiosidad como cualquier otra… con su mente abierta a cualquier cosa que la vida y el mundo pudieran enseñarle. De hecho, había recibido con total aceptación las cosas que sus padres y sus profesores le habían enseñado en el castillo. Pero cuando cumplió 10 años de edad, sucedió algo extraño: Ese día, los padres de la princesa habían hecho una torta enorme para la celebración, como acostumbraban hacer para esa clase de ocasiones. Pero esta vez, en el momento en que la niña se disponía a apagar sus velitas, comenzó a soplar un viento muy fuerte en la habitación, que hizo volar todos los objetos hacia una misma dirección: Un rincón en el que se había formado un Agujero Negro. Las personas allí reunidas se hubieran ido también por ese agujero, de no ser porque se tomaban con todas sus fuerzas de lo que fuera que tuvieran a mano. La madre de Paula se sostenía de la manija de una puerta con una mano, y con la otra mano sostenía la de su hija con todas sus fuerzas; pero el viento fue más fuerte y se la arrebató de su mano. Y Paula se fue por el agujero negro. Y éste desapareció.
No cabe duda de que los reyes hicieron buscar a su hija por todo el reino; mas no pudieron hallarla. Es que lo que ellos desconocían era que a aquel agujero que había absorbido a la princesa, la había trasladado a otra dimensión…: A la nuestra. Paula llegó a esta dimensión cayendo encima de un grupo de darks que charlaban tranquilamente frente a un estudio de grabación. Imagínense las caras de aquellas personas cuando sintieron que la princesa y los objetos de la casa de ella, les caían encima… Una de las personas, una chica de pelo rojo y corto y ojos verdes muy claros, le preguntó quién era y de dónde venía. El chico que estaba a su lado, de ojos y pelo negros y peinado hacia un costado, le preguntó por qué llevaba ese vestido tan ridículo de cuento de hadas… Finalmente, un chico de pelo enrulado y rojo (pero más claro que el de su amiga) y ojos grises casi blancos, con una expresión algo confusa en su rostro, formuló la pregunta más importante: “¿Cómo es que caíste del cielo?” Paula, con una mezcla de miedo y confusión, les explicó con lujo de detalles todo lo que le había ocurrido… Los dos pelirrojos creyeron al instante que todo era cierto, pero a su amigo tardaron un poco más en convencerlo de que la historia de Paula no era fantástica… Paula supo después de eso que esta persona que no había creído en sus palabras se hacía llamar Kénder… Y que los otros chicos del grupo se llamaban Romina y Mauro. Estuvieron todos charlando un largo rato hasta que… ¡la princesa se transformó en mujer-lobo! Al parecer, la magia del agujero negro la había afectado, y por eso ahora se transformaba en esa mezcla de lobo y humano… Romina, Kénder y Mauro miraron boquiabiertos y absortos al animal que tenían ahora delante, y luego se observaron horrorizados entre ellos… y echaron a correr. Pero Paula aún conservaba su racionalidad, y no les daría daño a personas que acababa de conocer y con las que se llevaba tan bien… Sin embargo, aunque intacta su mente humana, en la mujer-lobo comenzaba a despertarse un deseo de sangre… y al fijar su fría mirada en la puerta del estudio de grabación, se juró a sí misma que algún día mataría a todos los que estuvieran dentro…
Desde ese momento, al no tener donde hospedarse ni dinero, Paula comenzó a vivir con las personas que había conocido aquel día, en un hotel, y, con el tiempo, los fue conociendo mejor y ellos la fueron conociendo a ella, y la fueron influenciando con sus gustos, haciendo que cambiara profundamente, y se convirtieron en sus únicos amigos.
Desde esa noche en que Paula ser transformó en mujer-lobo, no vivió una sola noche como humana nunca más… Ella salía a ejecutar matanzas cuando el cielo se tornaba oscuro, y sus amigos iban con ella, ya que eso era mejor que ver cualquier película Gore. Todos sabían que, aunque Paula se transformara en una bestia durante la noche, no los lastimaría; y vivían muy felices siendo amigos, pero un día… el agujero negro que había transportado a Paula a esta dimensión reapareció y la adsorbió… pero esta vez para devolverla a su propia dimensión.
Paula cayó sobre esa silla roja que tanto conocía… Era la de su propia habitación… Había vuelto a su fría y oscura habitación… Y todo estaba tal como ella lo había dejado antes de su involuntaria partida. Pero nadie supo que ella había regresado. La princesa apretó la tecla Play de su grabador. Había quedado un cd de Metallica dentro. Una sirvienta que pasaba justo por el pasillo que daba a la habitación, escuchó la estridente música que provenía de allí dentro e, intrigada sumamente, decidió abrir la puerta… En ese momento caía la noche y… la sirvienta grito de una forma ensordecedora al contemplar a Paula en su espeluznante transformación… y cayó, desmayada, al suelo. Se comenzaron a escuchar unos pasos que se acercaban… muy rápidamente. Paula supuso que serían sus padres, pero eso no importaba ahora, así que tomó el cuerpo de la mujer que yacía inconsciente en el suelo, entre sus filosos dientes… y saltó por la ventana. Quienes hacia la habitación se dirigían eran, efectivamente, los padres de Paula. Y cuando llegaron, no había más que manchas de sangre en el piso de la habitación oscura y vacía en la que penetraba aún el viento congelado, por la ventana rota… If I die before I wake, pray the lord my soul to take cantaba el grabador.
La princesa no quería que sus padres se notaran su presencia, de modo que vivía escondiéndose en las afueras del castillo… sobreviviendo como podía. Lo que quería era averiguar por qué se transformaba en mujer-lobo por las noches, y si el agujero negro tenía que ver con ello… Quizás hasta tenga poderes mágicos… pensaba ella… Y si no los poseo… desearía aprender hechicería…Pero lo que más deseaba era volver a reunirse con sus amigos en nuestra dimensión… y asesinar a quienes fuera que estuvieran dentro de aquella sala de grabación frente a la cual había aparecido en esta dimensión entonces desconocida para ella… Paula comenzó a merodear por el castillo a escondidas, buscando a laguna hechicera que pudiera ayudarla a cumplir con sus objetivos… Nunca había visto a ninguna dentro del lugar, pero estaba segura de que debía haberla, en alguna parte. Hasta que un día se topó con la imponente y antigua puerta de madera.
Qué extraño… pensó al verla. Jamás había visto esta puerta en toda mi vida… Y entonces Paula recordó que, de pequeña, había escuchado historias sobre una enorme puerta que parecía más antigua que el resto de las que se encontraban en el castillo, y que parecía desaparecer de un sitio y aparecer en otro cuando se le antojaba… por lo cual nadie la había abierto jamás. Con que esa era la puerta… Ya veremos si me dejas pasar o no. Y para su sorpresa, el picaporte giró con naturalidad, y la puerta se abrió como hacían tantas otras; haciendo un tremendo chirrido y dejando ver unas escaleras de caracol. La princesa comenzó a ascender preguntándose si el camino hasta lo que fuera que había arriba sería muy largo… Había una pequeña ventana por la que apenas se podía observar al Gran Río serpenteando entre Albia y Rose, el pueblo vecino. La princesa continuó subiendo escalones hasta que descubrió que había una nueva pared al final de todo, que le ofrecía una nueva puerta para abrir. Al abrirla Paula, hizo un chirrido mucho menos audible que el que había hecho la puerta anterior que la muchacha había tenido que abrir. Qué extraño… pensó Paula. La puerta se cerró detrás de ella, y cuando volvió la vista, la princesa notó que frente a ella había una mujer de treinta y tantos años, alta, delgada, y de cabello castaño claro. La mujer revolvía en una enorme caldera negra con un cucharón de madera en una mano, sosteniendo con la otra un libro al cual ojeaba constantemente; y vestía un harapiento vestido y unas botas negras que tampoco estaban en muy buenas condiciones… Al percatarse de la presencia de Paula, la mujer se le acercó, y durante un tiempo (Paula no supo exactamente cuánto) ambas se miraron fija y mutuamente a los ojos… Hasta que la mujer dijo:
- Ohh, eres tú, por fin has llegado. Hace mucho tiempo que vengo esperándote…
- ¿Quién es usted? – respondió Paula, levantando una ceja, intrigada.
- Ohh, lo siento, olvidé presentarme.
La mujer rió y continuó hablando:
- Yo, mi querida Paula, yo escribo los destinos de las personas y los animales, y de los objetos inanimados del universo… Yo sé o que pasará y lo que desea la gente. Conozco sus miedos y sus ambiciones. Yo, Paula, yo soy la Diosa del Destino. Ynitsed me llaman los pocos que me conocen, y te enseñaré lo que quieres saber. Pero antes debo decirte que yo planifiqué todo esto… que el agujero negro te transportara y que adquirieras poderes… Bien, ahora empecemos.
Y esa fue la primera clase de hechicería que tuvo Paula. Y, desde ese día, tuvo muchas más. Cuando aprendió a transformarse en pájaro, comenzó a ser un ruiseñor y a vivir escondida entre las ramas de los pinos de Albia; y cuando tenía sus clases de hechicería, volaba hasta la ventana de la torre del castillo en la que vivía Ynitsed y allí volvía a ser Paula otra vez. Una vez que hubo aprendido todos los conocimientos que la Diosa del Destino le enseñó, la princesa trazó un portal mágico en el aire y, despidiéndose de su Maestra, lo atravesó, muy contenta, y apareció, nuevamente, junto al estudio de grabación. Una sonrisa malvada se dibujó en su rostro, y sus ojos chispearon. Por un rato estuvo tentada de cumplir su macabra promesa de asesinar a todos ahí dentro… pero pensó que sería más divertido si lo hacía junto con sus amigos. Y fue a visitarlos transformada en un gato negro. Al llegar a la habitación del hotel donde se alojaban sus amigos, volvió a ser humana, les contó todo lo que le había ocurrido, y les habló sobre la matanza que tenía prevista para la noche… Pasaron un buen rato charlando, y, cuando se hizo de noche, todos se alistaron para concurrir al lugar indicado…
En cuanto llegaron, Mauro y Romina partieron de inmediato en direcciones contrarias. Mauro dijo que iba “a buscar algo importante”, y Romina declaró que tenía sed, así que iría a comprar algo para beber. De modo que Paula y Kénder quedaron solos. Y Paula tocó el timbre del estudio de grabación. Una voz del otro lado preguntó: “¿Quién es?”, a lo que Kénder, sorpresivamente, respondió: “Tu peor pesadilla… Prepárate para morir”; con una voz que hizo reír a Paula y que quien acababa de preguntar quién era se sintiera un poco asustado e intrigado… Se escucharon unos pasos de alguien que venía a abrir la puerta desde el interior. La persona abrió la puerta. Pero todo lo que vieron sus ojos fueron dos palomas solitarias caminando por el suelo… Lo que no sabía era… ¡que eran Kénder y Paula! El hombre miró en derredor pero, al no ver a nadie, se dispuso a cerrar la puerta y volver sobre sus pasos pero… en ese instante, la noche vio a Paula, una vez más, transformarse en mujer-lobo... El hombre que iba a cerrar la puerta, giró otra vez sobre sus pasos y, al ver a la bestia que tenía delante, gritó como nunca lo había hecho en su vida… Y corrió por el pasillo que conducía al interior del lugar. Pero la She-Wolf (así le decían a veces sus amigos), era más rápida que él. Y tres de sus garras se hundieron en la garganta del hombre. A continuación devolvió a Kénder, que seguía siendo una paloma, a su forma humana. Y ambos contemplaron, extasiados.
- Tarda demasiado – Dijo Paula.
Tras lo cual hundió otra de sus garras en el pecho del moribundo. En ese momento, llegaron Romina, con una gaseosa en sus manos, y Mauro, quien traía en las manos un palo de Hockey, que más tarde explicó que era de su hermana. Paula dirigió una mirada furtiva a los recién llegados, luego de los cual retiró sus garras, dejando caer al hombre al que éstas atravesaban. Estaba muerto. Los amigos de la princesa observaron un momento, sin saber bien qué decir.
- ¡Qué esperan! ¡Vamos, entremos!- dijo Paula.
Nadie se movió. Todos miraban de a ratos a Paula, y de a ratos al cadáver que yacía en el suelo.
- ¡Vamos! - repitió Paula, mientras volvía a ser humana (ahora podía transformarse en She-Wolf o en humana cuando quisiera) - Más tarde me encargaré de él.
Mauro y Romina comenzaron a caminar, y esta última le dijo a su amiga, sin quitar sus ojos del hombre sin vida:
- Espero que sepas lo que haces.
- ¡Claro que no sabe lo que hace!- Respondió Kénder – Más tarde, como dice Paula… - cuando dijo esto, observó a su amiga, para después continuar mirando a Romina- … más tarde, estaremos ahí dentro, y quien sea que pase por estas calles verá el cadáver… y si nos encuentran estaremos fritos.
Paula se puso molesta, y tomó a Kénder de un brazo, obligándolo a entrar. Pero él se soltó y dijo:
- De aquí no me muevo hasta que limpiemos este lugar y lo dejemos como estaba antes.
Paula puso entonces una cara de resignación, aceptó de mala gana y, para sorpresa de todos, antes de que alguien pudiera siquiera tocar el cadáver, ante todos sus asombrados ojos, tanto el cadáver como la sangre esparcida, desaparecieron. Todos miraron a Paula son ojos muy grandes. Ella río y dijo:
- Recuerden que soy una hechicera
Y en su rostro fue apareciendo una sonrisa, y en ese momento, ella se percató de que de uno de los bolsillos del pantalón de Kénder asomaba una lapicera… Entonces la tomó, y, a la vista de todos, la transformó en un hermoso cuchillo… Cuando acabó la transformación, se lo entregó a Kénder y le dijo, aún sonriente:
- Toma, lo necesitarás.
Y Kénder guardó el cuchillo donde estaba antes de que fuera transformado.
Después de ese episodio, Paula abrió la puerta de la casa, y todos entraron en la inmensidad de un pasillo. Era tan largo que asustaba…
- ¿Será alguna clase de presagio?- dudó Romina.
- No digas estupideces- fue todo lo que dijo Kénder.
A medida que veían terminar el pasillo, también comenzaban a escuchar una música que venía de una de las salas…
- Vayamos allá- dijo Paula
- No, mejor yo voy primero a revisar las otras salas- propuso Romina.
Y pronto volvió, diciendo que todas las salas que había visto estaban desiertas, y tampoco había nadie en el baño.
Así que Mauro dijo:
- Yo comienzo el juego.
Y todos se estremecieron al ver sus ojos llamear como nunca antes lo habían hecho… Era el lado oculto de Mauro.
Mauro abrió de una patada la puerta, e hizo una entrada verdaderamente triunfal pegándole en la nuca al cantante de la banda que estaba momentáneamente dentro de esa sala, con el palo de Hockey de su hermana. El joven quedó inconsciente. Casi inmediatamente, los demás integrantes de la banda comenzaron a alborotarse y a preguntarles a Paula y a sus amigos quiénes eran y qué querían, pero nadie respondió; entonces quisieron abrir la puerta que se había cerrado detrás de los recién llegados, pero no pudieron porque éstos les bloqueaban el paso… Un chico que estaba sentado en una silla se levantó e intentó mover a Kénder del paso, entonces él miró, inconscientemente, su bolsillo, y vio el cuchillo que le había dado Paula… y se lo clavó al chico en el estómago. En ese momento, Paula se dio cuenta de que Romina estaba parada en un rincón de la sala sin saber muy bien qué hacer… así que pronunció un conjuro y la transformó en una serpiente rojo y negra… I’m creeping death, pensó ella, mientras se arrastraba hacia el baterista de la banda… Y Paula escuchó algo. La puerta acababa de abrirse de par en par… ¡Alguien había escapado! ¿Pero quién? Paula salió corriendo de la sala de ensayos y pudo ver quién era el prófugo: Era el bajista. Él corrió hasta la puerta, pero la princesa lo alcanzó y, tomándolo de los cabellos, comenzó a golpear su cabeza contra la puerta hasta dejarlo inconsciente…: Decidió que aún no era el momento de matarlo. Cuando hubo acabado, cerró la puerta con una llave que tenía, que podía cerrar o abrir cualquier cosa. Y volvió a la sala de la que había salido.
Cuando entró en la sala, lo primero que vio Paula fue al baterista del grupo todavía agonizando: El veneno que Romina le había inyectado en el cuerpo actuaría rápidamente. Al ver a este hombre, Paula recordó que Romina continuaba siendo una víbora, así que le devolvió su forma humana. Después de hacer eso, Paula vio primero el cadáver de otro hombre, terriblemente acuchillado; y luego el de otro, cuyos ojos no estaban donde debían… Kénder acababa de dejarlos caer de sus manos… La princesa fue a sentarse a un rincón.
En ese momento, el cantante, hasta entonces inconsciente, comenzó a despertar… Ante una señal de Paula, todos se escondieron detrás de la batería. Y, antes de que siquiera un pensamiento pudiese cruzarse por la mente del ser que acababa de abrir sus ojos; un enorme vampiro le cayó sorpresivamente encima… ¡Era Kénder, transformado por Paula! El cantante comenzó a gritar desesperadamente, pero eso no pudo impedir que el animal se prendiera a su cuello y comenzara a beber su sangre… En seguida el joven intentó quitarse al animal de encima pero, al no poder hacerlo, no le quedó más remedio que salir corriendo por el pasillo, hacia la salida… Y, cuando estaba por llegar, tropezó con el bajista, que aún continuaba inconsciente en el suelo… Con sus últimas fuerzas, intentó abrir la puerta, pero fue en vano: La princesa la había cerrado con llave. Y allí, en el suelo, fue donde Kénder terminó de vaciar sus venas. En cuanto acabó, el vampiro voló hacia la sala de ensayos, donde recuperó su forma original.
- ¿Está muerto el bajista? – indagó a Paula.
- No aún… - respondió Paula. -… tengo algo especial reservado para él.
Y su rostro adquirió esa expresión maligna que sus tres amigos tan bien conocían…
- Apártense- dijo, mientras se dirigía a un rincón de la sala, y señalaba al rincón opuesto. Allí fue donde sus amigos se acurrucaron. Lo que sucedió después los dejó boquiabiertos:
Paula caminó lentamente hacia una de las paredes de la sala. Se paró en seco. Y cerró sus ojos. Levantó su brazo derecho y con su mano tocó uno se los cuadrados de esponja gris que recubría la pared. La pared, después de unos minutos, comenzó a emanar un intenso resplandor violeta, mientras los ojos de Paula se abrían, casi blancos, y emanando una luz rojiza… La luz que salía del cuadrado de esponja también se volvió roja… y, cuando la luz estaba a punto de desvanecerse, la princesa pronunció algunas palabras:
- Un nuevo mundo ha nacido. Yo te bautizo Misty Darkness.
Y el haz de luz se extinguió por completo.
Y así era. La hechicera había creado un nuevo mundo con sus nuevos poderes. En cuanto terminó de explicarles esto a sus amigos, hizo que el cuerpo del bajista levitara y atravesara el cuadrado de esponja del cual había salido luz. Y el bajista desapareció de la vista de todos. A continuación, los que atravesaron la esponja fueron todos los vivos allí reunidos. A los amigos de Paula les pareció muy extraño hacer algo así, pero ella les aseguró que podían hacerlo… y todos entraron en Misty Darkness… un mundo nuevo y desconocido, donde siempre era de noche, un eterno bosque oscuro y lleno de niebla que apenas dejaba ver las copas de algunos pinos…: Un paisaje que tenía una magia que desgarraba el alma… Y entonces, Paula abrió una ventana en la bruma, y todos pudieron ver cómo el bajista despertaba… sin sospechar siquiera lo que le esperaba… Y cuando se dio vuelta… se dio cuenta de que unos ojos rojos lo acechaban… Y más de esos ojos comenzaron a encenderse en torno a él… El muchacho no supo qué hacer; se paró y corrió… corrió sin rumbo fijo, a lo desconocido, sin saber qué le esperaría al final de aquel camino…
- Yo me alimento del miedo…- dijo Paula, mientras observaba… y sus ojos brillaban cada vez más y más salvajemente…
El bajista continuaba corriendo, tropezando con raíces que salían de la nada, se levantaba y continuaba corriendo… perseguido por cada vez más alimañas, fantasmas, zombies y cosas raras…
- Ahora es el momento- dijo Paula, transformándose en la temible She-Wolf, y transformando a Kénder en pantera negra, a Romina en la víbora que había sido antes, y a Mauro en un veloz guepardo…
- Acabemos con la vida que queda- dijo la She-Wolf... Le aulló a la Luna, y, al hacerlo, miles de aullidos lejanos le respondieron…
- Que empiece la cacería.
Y todos echaron a correr, ya no guiándose por lo que veían, sino que por lo que olían, ya que la niebla ya no dejaba ver absolutamente nada… aunque a lo lejos, Paula vio dos figuras solitarias en la noche…
- Alguien nos está observando- les dijo a sus amigos, intentando mirar mejor quiénes eran…
Corrieron más y más, pero cuando ya casi podían ver a su presa, dos mujeres aparecieron delante de ellos, cortándoles el paso… Una era desconocida para Paula pero la princesa pudo reconocer a la otra… ¡era Ynitsed! Paula hizo que todos, inclusive ella, volvieran a sus formas originales.
- ¿Quién es ella? ¿Acaso nos estaban espiando…? ¿Cómo supiste de mi Misty Darkness? ¿¿¡¡Qué estás haciendo aquí??!!
- ¡Tranquila, querida!- habló la Diosa del Destino- Si te dejara vivir, tú me matarías, Paula…
Y luego de decir esto agregó, sonriente y señalando a la mujer que estaba a su lado:
- Ohh, lo siento, olvidé presentarte a mi amiga… Ella es Sophie, la Diosa de los Muertos Vivos (o de los Zombies), y vino con algunos amigos…
Y esto último lo dijo dándoles la espalda y señalando a un puñado de zombies de Ultratumba que se aproximaba lentamente a Paula, Kénder, Romina y Mauro…
Ynitsed y Sophie comenzaron a soltar carcajadas malignas, mientras comenzaba a llover y la tormenta parecía recortar los rostros de todos… El viento que comenzó a soplar parecía estar furioso y querer llevar los cabellos de todos a dar un paseo por el cielo…
- ¡¡Perra!!- le gritó Paula a quien había sido su Maestra… Y estuvo a punto de crear un hechizo para deshacerse de todos los zombies de una vez, pero los movimientos de Ynitsed fueron mucho más rápidos que los de ella, y la diosa le lanzó un hechizo cargado de electricidad que hizo a la princesa dar rápidas e incontables vueltas en el aire y caer nuevamente al piso. Cuando Paula pudo levantarse, pudo percatarse de que sus poderes mágicos estaban extintos…
- Oh no, estamos perdidos… - Se lamentó Paula. Y sus amigos no opinaban lo contrario…
Y Kénder estaba a punto de decir algo, pero una larguísima garra le atravesó la garganta y se llevó sus palabras… La garra lo arrastró a la oscuridad… Y todo transcurrió tan rápidamente que sus amigos no tuvieron tiempo de reaccionar… Y, mientras los sucesivos gritos de Kénder y sonidos de incrustaciones de garras y colmillos desgarraban el paisaje y la Luna se escondía tras las grisáceas nubes, otras dos filosas y largas garras se incrustaban en los ojos de Romina… Cuando los gritos de Kénder se hubieron esfumado, llenaron el aire los de la nueva víctima… Y, horrorizados, Paula y Mauro no tuvieron más remedio que dejarse dominar por su instinto de supervivencia y comenzar a correr… Ynitsed y Sophie no los siguieron porque se percataron de que el bajista de la extinta banda, que todavía andaba por allí, continuaba con vida… En cuanto giró su cabeza hacia atrás, Paula pudo ver cómo la Diosa de los Muertos Vivos incrustaba un cuchillo de brillante hoja en el corazón del bajista… Pero no pudo ver mucho más porque Mauro le dijo que sería mejor seguir corriendo… a él le interesaba más conservar su vida que observar lo que sucedía detrás de ellos. Pero, cuando estaban a punto de seguir corriendo por sus vidas, las diosas que tanto temían se aparecieron justo en frente de ellos… Y antes de que alguno de los dos amigos alcanzase a pronunciar una sola palabra, de un dedo de Sophie salió una larguísima garra que atravesó la garganta de Mauro para clavarse en el tronco de un árbol… y al mismo tiempo, a una rama de ese árbol se ataba el extremo de una soga, cuyo otro extremo se enroscaba en el cuello de Paula… Y mientras la soga iba ascendiendo, la vida del bajista se iba apagando poco a poco, junto con la de ellos dos…
- Beware what stalks you in the night- susurró Ynitsed, entre pequeñas risas, a los oídos de los agonizantes seres…
Ella y Sophie miraban encantadas aquel macabro espectáculo, intercambiando miradas de complicidad malvada. Y las miradas que los jóvenes moribundos unidos al sauce intercambiaban entre sí, eran perdidas y de melancolía… El dolor parecía ya no importarles… quizás porque dejaban que se convirtiera en lágrimas. Y regase el frío césped de Misty Darkness.

Texto agregado el 18-04-2009, y leído por 72 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
18-04-2009 (ahora uno de vampiros si?) JAGOMEZ
18-04-2009 homres - lobo, vampiros, hechiceros, me fascina, gracias por este estupendo relato****** JAGOMEZ
 
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