Estaba yo ahi, en el mismo rincon de la sala donde siempre me ignoraba, quizas por haber nacido muchos años despues de el, quizas porque su edad doblaba la mia, la verdad no lo se, solo se que me ignoraba. Pasaba todos los dias asi, esperando que sus ojos se inmutaran a saber de la existencia de los mios, y es que ese sentimiento había nacido tan fuerte por el hecho de que era imposible.
Una tarde, no se bien por que, fueron pocos chicos a clase, y ahi estaba yo, indecisa, retraida, sin habla, pero expectante a su clase. ¿Como no sentir algo con su personalidad, si era tan apasionado?, y siempre me imagine que lo seria en todos los sentidos que podrian ser prohibidos por la lengua humana. Nerviosa, por mi apariencia entre a su clase, de la unica manera fisica en que podria verlo, con la falda del uniforme, la polera con la insignia de mi liceo que me gritaba lo imposible que era el para mi, lo desdeñado de mi deseo hacia el, los zapatos mal lustrados y el pelo bien amarrado, cosa que no llamara mucho la atencion.
Sabia que el pasaba por un mal dia, y es que siempre terminaba peleando con su esposa. ¿Cómo explico todas las ganas que tuve siempre de alejarlo de esa mujer, si no le daba todo lo que el merecia?, todas las cosas que podria haberle dado yo, pero nada se podia hacer, yo era la chica de la fila de atras, la que nunca se iba a acercar ni decir nada.
De todo lo que dijo no escuche nada, solo miraba sus humedos labios que mencionaban el amor de los autores al escribir una novela de una femina, de un anima enriquecida de dolor; pero lo miraba con ansias de tenerlo, quererlo y someterme a el. Hubo un momento en que todo el miedo desaparecio, y es que por 5 milisegundos el me miro, pero no de la manera en que un padre mira a su hija, ni un profesor a una alumna, fue una mirada con lujuria, como si mi polera se tornara transparente ante sus ojos. Eso me dio valor, a si que me acerque a el cuando todas las animas humanas se habian ido.
No era amor, era lo que mas tenia en mi mente, podía vivir sin pensar en el, pero me intrigaba el misterio de lo que era el, lo prohibido que era, como la manzana para Adan y Eva.
Al hablarle no sabía que decir, a si que lo mire fijamente a los ojos, y comprendi lo estimulada que me sentía, a si que con su voz ronca me pregunto que podia hacer por mi, y de inmediato le robe un beso. Ese beso marco el inicio de mi total perdida de cordura, pero el me siguio, y respondio a mi beso desesperado.
Por un momento pense que al acabar ese beso terminaría todo, a si que con dolor lo solte, y el se alejo de mi a si que comprendi que debia irme, lo que nunca espere fue lo que ocurrio. El se dirigió a la puerta y la cerro, obviando que yo me quedaria peligrosamente con el en la sala. Quedaban 2 horas para que interrumpieran por el aseo, pero bueno, todo podia lograrse.
Tomo mi mano fuertemente, y me apreto tan fuerte que por el solo rose casi caigo desmayada, ese movimiento que, a pesar de estar con ropa me volvio loca, pense quedarme quieta, para que el tomara toda la iniciativa, y asi fue mejor. Me tomo de la cintura y me levanto hacia su escritorio, y cada maldito papel cayo al suelo arrugado, mientras el arrasaba con todo lo que estaba a su paso. Se acomodo de tal manera que mis piernas abrazaban su espalda al cruzarlas atras. Su mano, indecisa, subio desde mi cintura a mis pechos, y en vez de tocarlos lentamente se apresuro a apretarlos, como si leyera mi mente y supiera exactamente lo que me gustaba. Seguia asi hasta que se decidio a agarrar mi polera, y no le importo la insignia de mi liceo, hasta que quedaron mis pechos solo cubiertos con mi sosten, y el casi adivinando que no podria tocarme por completo se aventuro a tocar el broche de el inconveniente entre mi piel desnuda y sus manos, hasta que brutalmente la desgarro y empezo a torturar con su lengua mi pezones. No queria hacer nada, solo sentirlo, pero su camisa y corbata me hacian pensar de que el era muy mayor, por lo tanto desate el nudo de mi perdicion y boton por boton arranque esa camisa cuadrille, hasta que su piel tocaba mi piel reciprocamente.
Mis brazos se descontrolaron hasta que, no se como, el termino sentado en la mesa y yo de pie, por lo que empece a besar su cuello lentamente, luego su pecho indeciso, hasta tal punto que sentia como le gustaba lo que hacia. Empecé a bajar hasta que me vi de frente con su cierre, que me gritaba que lo abriera. Al sacar su “ya saben que” del boxer me dispuse a besarlo, y suavemente lo meti en mi boca, lentamente, y luego aumentando la rapidez, y veia como un gesto de el me volvía loca, se mordia el labio para no hacer sonido alguno. Cuando mi velocidad ya era exagerada el me tiro el pelo, no de una forma dolorosa, mas bien de una manera complacida.
Cuando subi a verle la cara el brutalmente me sento en la mesa de nuevo, y sus manos bajaron hacia mis pantaletas, agarrando con fuerza mi trasero, hasta el punto en el que su dedo pulgar entraba en mi fuertemente, hasta que me quede sin aire y solo pedia “más”. En ese momento el me decia “¿quieres mas?”, a si que respondi a pesar del poco aire que tenia. Su mano salio de mi entrepierna y el abrio mis piernas lo mas que pudo, a si que me dispuse a lo que seria algo grandioso, y me ajuste a el. El aumentando la rapidez hacia su movimiento pelvico mientras yo me mordia los dedos, y asi, hasta me senti exhausta, pero el queria mas y yo tenia que complacerlo. Luego me tomo las piernas con sus muñecas y codo y comenzo a hacerme sexo oral, no puedo explicar todo lo que queria gritar de excitacion, pero su lengua era mas que un Dios.
Al final empezaron a golpear la puerta para hacer el aseo, pero no me importo, y al parecer a el tampoco, a si que me tire al escritorio de frente, mirando los papeles que tenia, y el casi entendiendo que queria se poso en mi trasero. Con el poco aire casi vuelto loco que tenia le dije “montame”, no puedo creer que halla dicho eso, pero lo dije, y el me hizo caso de inmediato, esta vez no fue de manera lenta, fuimos al grano al tiro, por lo que el me daba y daba fuerte y yo apretando mi boca con la madera del escritorio hacía sonidos de gemidos que nadie alcanzaba a escuchar.
Luego de eso todo acabo, a si que empece a vestirme, y al pedirle que me abrochara el sosten el me apreto por casualidad la piel, a si que hice un ruido de dolor, a lo que el respondio “lo siento, soy mejor desvistiendo que vistiendo”, y ahi nos besamos y tocamos lujuriosamente, hasta que nos dimos por vencidos al hecho de que era imposible todo. Al estar lista sali de la sala y no nos hablamos mas. Nadie noto nada, y sin embargo segui siendo la chica de la fila de atras, aunque de vez en vez nos mirabamos con un aire de recuerdo.
FIN……..