A las 5:00 de la mañana despierto a mi mundo, todas las noches la rutina de programar el despertador, aunque casi nunca logra sonar cuando suena ya no soy capaz de odiarlo, porque su sonido me recuerda la mística de la vida (ummm! “Afuera” de Jaguares)… y aunque quizás mi reloj biológico solo respondería hasta las 9:00 de la mañana, me despierto en contra de mi voluntad... Igual comienza el ruido ensordecedor que levanta a cualquier creyente.
Siempre me ha sido difícil despertarme y aun más levantarme… sobre todo cuando no tengo razones para hacerlo, pero las tengo y retumban más fuertes en mi cabeza que Anorexia Nervosa (guak!) pero con un cálido soplo de - “vamos nena, muévete, te necesitan”, así me empuja fuera de la cama ... Me levanto, la mayoría de veces de buen genio, con una canción x en la cabeza, bailo, hago muecas y diferentes voces, me rio, hago cosquillas … y juro que formaría un circo solo para que sus ojitos empiecen el día con alegría … Detesto el agua fría, es un castigo, una tortura, adoro el agua caliente y sus bondades de consentirme para que no me dé tan duro, que el consumismo me escupa de una, sin asco, sin dolor, a continuar moliendo…
Adoro el café, o mejor dicho el tinto y no precisamente el primero en la mañana, lo adoro en cualquier momento y en cualquiera de sus presentaciones, fresco, rehervido, frio... Me apoyo en la excusa de que sufro de bajones de cafeína, en una analogía similar a la de los diabéticos con la insulina… De otras hiervas, especias y aromáticas… solo recargas de energía, buena vibra y el sazón a la cuadriculada vida…
Trabajo… reniego… trabajo… cuestiono… y hasta tengo síntomas de sindicato… pero nunca he dejado de partirme el lomo... Estudio como yo sola sé que lo hago … y siempre he querido decir en público, como en un discurso o algo similar que lo hago porque no es en mi tiempo, si no en el tiempo de mi hija…
Me gusta acompañar mi rutina con la melodía del amor al prójimo… es consecuente con lo que soy porque amo incansablemente… sin ninguna prevenda… sin dejar nada para mi…. desde que un día descubrí que el amor verdadero era como bailar cuando nadie te observa … suelto .. sincero… transparente … sin apariencias ni mascaras.
Me encanta que llegue la noche… porque la veo nuevamente… y una sola mirada suya, una sola sonrisa suya me sacude y me dice: -“hey entiendes porque y para que estas viva” y esa sacudida me limpia tiernamente el alma…
Adoro mi último aliento consciente, antes de quedar dormida, porque puedo estirar mi mano, a mi derecha, para sentir a quien levanta mi frente cuando la bajo y me sostiene cuando desfallezco… el mismo que pinto de color su mundo por mí y para mi… beso su boca, le digo entre dormida “buenas noches” y me aferro a su espalda para reptar por su cuello y así aspirar la fuerza para enfrentarme a mi misma al día siguiente……. A las 5:00 de la mañana despierto a mi mundo………..