¿Por qué no me creen? Es en serio. He decidido crear la Fundación de los Próceres de la Resilencia. Es una Fundación que se encargará de recolectar toda la ayuda necesaria para aquéllos que, como yo, hemos aprendido a reconstruirnos. Entonces si nos hemos reconstruido ¿cómo diantres se pide ayuda? Si una estrella de mar es resilente y se reconstruye a sí misma...entonces...¿pero cómo diablos -dirán ustedes indignados- esta fulaneja pretende que ayudemos a su paradójica fundación?

Pues he aquí: los resilentes podemos curarnos de un buen de mutilaciones. Desde el dolor de perder toda esperanza en la vida, hasta la muerte de una madre o padre; desde la agonía de 20 amores no correspondidos, hasta la experiencia que, finalmente nos da la sabiduría para escoger, ahora sí, al amor 21 sin equivocarse; cambiar el ceño fruncido de años al enterarse de que la culpa nunca existió, que fue una invención para hacernos pensar que éramos inadecuados, o simple y sencillamente enjaretarnos papas calientes ajenas.

Sí. Pero, ¿saben? Mi estómago gruñe. Le he hablado de todas las formas, en unas explicándole que no es enojo, que no es olvido, simple y sencillamente que no hay más que estas zanahorias y una lata de atún. Y gruñe.

También les explico a mis pies que ahora deben de caminar más, que eso es muy sano. Y en verdad sí, parece que ellos entienden mejor; que si antes han huído despavoridos ante los huracanes y las tormentas en las noches trémulas de canciones desvencijadas, pueden caminar mejor ahora que sólo hay cacas de perro por esquivar, en estas calles ordinarias.

He escuchado también muchos "no", desde "no sé cómo pudiste dejar a tan buen hombre por..." y bla bla, bla, enviar esas palabras al inodoro. Pero ahora, hasta el ojo derecho se queda un poquillo tembloroso cuando encuentro aquéllo de: "se cerró la vacante". O "no, no compro Avon, mi mamá vende tal marca". (No le haré propaganda a productos que no vendo, bah!, ¿digo yo, no?)

Y es cuando digo, está bien. Está bien. Soy resilente, mejor que John McLeane en Duro de Matar...pero la hambruna es perruna, y en la vida real no tengo el varo de Bruce Willis.

Así que también a los resilentes de repente nos puede pegar la crisis...económica, por lo que he decidido pedir ayuda. Con lo que gusten ayudar a esta noble Fundación con la compra de unos buenos, bonitos y baratos productos, escríbanme.
¿Alguien necesita personal?