Feroces bestias habitaban un bosque denso y peligroso y en el limite de este se construyo un fuerte y dentro de el un pequeño pueblo. Un día un gran ladrón fue atrapado junto con su familia y condenado al exilio en aquel sitio. El hombre construyo entonces una casa cerca de los árboles más altos, construyendo también una torre vigía donde se turnaban los hombres de la familia para así ver cualquier peligro, su pequeña hija a escondidas se internaba en el interior del lugar y muy a menudo interactuaba con sus habitantes. Poco a poco se fue ganando su amistad. Los enormes lobos blancos le permitían jugar con los inquietos cachorros recién nacidos, las gigantescas águilas la llevaban en sus lomos a recorrer los cielos y las montañas y los imponentes gatos de monte la aseaban con sus rasposas lenguas algo no muy placentero para la pequeña.

Uno de esos días de incursión en el bosque hubo un enfrentamiento entre la manada de los lobos blancos y gatos del monte, la pequeña niña interponiéndose en la pelea recibió graves heridas que terminaron con su vida. Su padre muy triste enterró a la pequeña en aquel sitio que tanto le gustaba y volvió para cuidar al resto de su familia. En los días subsecuentes un gran número de bestias rondaban en lo alrededores y se adentraban en su propiedad. Los habitantes de la pequeña casa estaban muy preocupados por ser devorados pero en un acto de coraje el padre de la casa salio a enfrentarlos entonces uno de los lobos reconoció el aroma del hombre tan familiar y dejaron de temerles al igual que los enormes gatos de monte y las gigantescas águilas que sobrevolaban el páramo.

Semanas atrás un gran batallón se preparaba en el fuerte con la orden de aniquilar a las criaturas del bosque y tomar posesión de esas tierras en nombre del rey. Al enterarse de la situación el padre de la pequeña, junto con su familia, decidieron que había llegado la hora de proteger su nuevo hogar y atacaron aquel fuerte y a quienes había enviado el monarca para acabarlos.

Con ayuda de las bestias del bosque derrotaron al batallón por completo y sin problemas. Su triunfo arrasador fue motivo de preocupación en el palacio del rey y para evitar una posible rebelión de un ejército tan poderoso este nombro al gran ladrón exiliado como gobernador del bosque de monstruos y general de aquellas criaturas.
Al morir su hija el hombre aprendió una gran lección, que la violencia solo genera dolor y angustia por lo que acepto el cargo pero pidió a su majestad que aquel lugar no se conociera como el bosque de los monstruos o bestias entonces como gran homenaje a su hija se nombro aquel lugar el gran bosque de LILIM.