Cada día una misma rutina respirar, comer, dormir, trabajar, reír, llorar, frustración, agonía, dicha, encanto, amor, odio. Hasta que un día el descubrió un método que hizo interesante su vida. Una vida que nunca tuvo sentido, se dio cuenta que era mejor lo inesperado, borro su memoria cada nuevo día se levantaba con la mente en blanco sin ninguna emoción miraba por la ventana esos colores a ciudad las nubes grises, edificios deteriorados, esos cables que decoraban el panorama, respiraba hondo esos olores a acpm, a gas, a ciudad, la contaminación de cada mañana. Se levantaba para un nuevo día sin expectativas, sin futuro, olvidando el pasado ignorando el futuro. Sabia que había una rutina mecánica que debía cumplir y así lo hacia ejecutaba sus funciones útiles a la sociedad el trabajo y demás acciones pero era diferente que muchos de nosotros quienes no hallamos el sentido a esas pequeñeces, por que el al desayunar comía con un gusto único sintiendo cada sabor como si nunca le hubiera probado con una fascinación a lo desconocido imposible de relatar, tomando el agua común y dándole una emoción un sentido que tu ni yo podremos hallar. Cuando el salía a la calle a disfrutar de esas esencias de la ciudad, el olor a colonia de la gente mezclados con sus humores y frustraciones propios de cada persona revueltos en los lugares por donde pasaba, en el bus en que viajaba. Al llegar a su destino saludando a quien le era familiar pasaba así su día mecánico como cualquier otro pero sintiendo al máximo la expresión de cada acción la nota musical de cada canción compuesta por la vida el sonido del trabajo las voces en coro de su entorno aunque no tenían rítmica hacían parte de su vida de su hoy. hasta que llegaba la noche donde siempre improvisaba caminaba sin rumbo hasta que se cansara hasta sentir que sus piernas no podían avanzar mas que sus hombros dejaban caer sus brazos sub ejercer control, regresaba a casa al entrar pegaba un grito que nadie escuchaba pues el ruido de la ciudad ignoraba su péquela voz que para el era la máxima liberación, su grito era tan fuerte que le hacia toser y perder la voz por unos minutos, con un gran respiro se sentaba a cenar sin preocupaciones por que lo que fue el hoy el lo olvido al minuto siguiente no le importa el mañana y aunque sabe que debe seguir una rutina siempre olvidara las emociones olores y sensaciones de cada día de su vida por que el desea que el siguiente lo sorprenda y asi será el no esta atado al pasado no le importa el futuro por que es un sueño de un ideal que pocos alcanzan.