Blanco, así quedo mi mente luego de tantos años de intentar escribir algo, mi mundo tan abstracto de los ojos hacia dentro quedo hecho trisa, solo me senté frente a la pantalla y me di cuenta que había quedado nulo, vació sin mis tan odiadas y amadas letras.
Seria así, que en realidad jamás tuve nada que contarle al mundo, que las tantas formas que había buscado de comunicarme, solo fueron inútiles intentos para convencerme de que no soy más que una criatura vacía en contexto. Es recorrer un largo camino donde al final solo hay un gran precipicio y un sin fin de horizontes a lo lejos, y que tal si todo hubiera sido distinto, si mis decisiones a lo largo de mi vida hubieran sido otras, estaría aquí parado en este mismo lugar en este justo instante contemplando el mismo panorama. Quizás en realidad nunca quise decir nada y solo intente comunicarle con el resto de la gente simplemente para no sentirme solo y a lo largo de quince años intentando no he logrado mas que dar lugar a un sin fin de monólogos que no llevan a ninguna parte o en realidad si tienen su cometido solo que no les he encontrado aun un buen lugar donde ubicarles.
Es la forma, en que los vacíos se vuelven plenos y desbordan por doquier su esencia cual fuese este su contenido, así comprendí que solo el día en que se pierda esa línea que hay entre el pudor y la vergüenza de decir todo aquello en lo que creemos y sentimos, será el momento al que al mundo se le habrá una nueva puerta y nos de paso a un nuevo nivel.