Venciste la gravedad con tu vuelo de ave,
congelaste la voz con tus besos de amante,
oscuridades espesas se sacrificaron por ti
y la hoja más pura te ofrendó su pureza.

Conseguiste ir donde nadie ha podido
y fuiste vida cuando ya no debías.
El viento te meció moribunda
pero el poeta te acogió en su cuna,
aprendiste la danza que sólo el hombre conoce
y fuiste la estrella de lo que se llama escritura.

Alcanzaste cielos más allá de los cielos,
fuiste artesana de palabras y letras,
construiste los mundos que el poeta quería
y te quejaste, sí, te quejaste,
por la escasa inspiración de tu dueño.

Moriste en los versos traicionada por el mundo,
grafitos vendidos se enterraron en tu carne,
los poetas silentes aceptaron tu deceso
y las garras del tiempo sepultaron tu existencia.