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Una noche despejada de un verano caluroso, un niño de siete años y medio llamado Daniel dormía apaciblemente en su habitación de aquella casa de verano frente al mar, la noche era tranquila y el murmullo del mar arrullaba a todos.
Sus padres dormían profundamente después de un largo día de playa, adormecidos por el cansancio y el calor, su habitación se encontraba atravesando una pequeña sala al lado contrario de la de su hijo.
Alrededor de la una de la madrugada Daniel es despertado por la imperiosa necesidad de ir al baño, su reloj muñeca con luz fosforescente le indico que eran exactamente la una con trece. Aun somnoliento se para, arrastrando los pies e instintivamente se dirige hacia el cuarto de baño, pero a medio camino reacciona y sale de su somnolencia al recordar que el baño del segundo piso estaba malogrado, entonces se detiene un momento suspira y aun con una sensación de sueño y flojera se dirige pesadamente hacia el baño del primer piso.
Una vez cubierta su necesidad, camino por el pasillo de vuela a su habitación en el segundo piso, pero al pasar por la puerta de la cocina, pensó en tomar algo de jugo del refrigerador junto con un emparedado ya que estaba allí, así que desvió su camino hacia la cocina, abrió el refrigerador y justo cuando tomaba el primer sorbo de la botella de jugo algo llamo su atención.
Se trataba de un extraño sonido una especie de chillido muy agudo, como una interferencia de radio, el sonido parecía tener un origen electrónico, y a cada momento se hacia mas fuerte, Daniel dejo el jugo y el refrigerador abierto para asomarse por la ventana, pero no logro ver nada, así que decidió salir por la puerta trasera de la cocina.
Al salir la puerta detrás de el dio un empujón extraño y se cerro del todo, pero Daniel no tubo tiempo de reaccionar, pues una luz muy fuerte lo cegó, instintivamente quiso regresar a la cocina, pero la puerta se había cerrado y el picaporte estaba atorado, paso un momento hasta que pudo volver a ver, y entonces descubrió un objeto en el cielo, poseía una luz brillante y tenia la forma de un rombo muy aplanado, el objeto se mantuvo ahí y Daniel quedo totalmente paralizado por el miedo que lo invadía.
Aquel objeto empezó a moverse, no estaba más que a algunos metros de altura, y su tamaño era abrumador para Daniel, quien al fin pudo moverse y empezó a correr por la arena primero rodeando la casa, intentando gritar, pero por alguna razón de su garganta a penas salían sonidos, como gritos apagados y secos que a penas podía escuchar el mismo, su miedo era intenso y lo mas que quería era despertar a sus padres, pero pronto se dio cuenta que no podría hacerlo.
La luz continuo avanzando hacia el, mientras seguía emitiendo ese extraño sonido, Daniel empezó a correr con todas sus fuerzas por la playa, era de noche y oscuro, pero la luz detrás de el que lo perseguía iluminaba todo a su alrededor, el miedo en el era mas fuerte a cada momento y sentía que estaba a punto de estallar por el esfuerzo y las ganas de gritar que eran detenidas en su garganta sin que el pueda explicárselo.
Finalmente después de tres minutos de correr con toda su fuerza Daniel cayo rendido en la arena y mientras jadeaba y el miedo se apoderaba de el pudo ver como todo era iluminado por esa extraña luz blanca hasta que todo se torno de ese color, sintió entonces que sus oídos ya no escuchaban mas nada el extraño sonido desapareció, también el sonido del mar, a decir verdad el sentía como sus si algo hubiera tapado sus oídos, como cuando el agua tapa los oídos temporalmente.
El seguía temblando del miedo pero ya no tenia mas fuerzas para correr, solo atino a ponerse de pie y caminar, pero aquello no tenia sentido pues no importaba donde fuese todo estaba inundado de esa luz blanca, era como caminar por una habitación infinita de color blanco, incluso el suelo cambio de consistencia, ya no sentía la arena bajo sus pies, en cambio era una superficie liza y fría lo que pisaba.
Daniel ya había comenzado a llorar desde el momento que empezó a correr, pero en aquel momento se acurruco en el suelo y empezó a llorar copiosamente, a penas le salían unos gemidos de la garganta la cual seguía teniendo bloqueada, atemorizado como nunca, con el rostro empapado en lagrimas y acurrucado en aquel frio suelo Daniel empezó a sentirse muy cansado y sus ojos empezaron a pesarle, fue perdiendo la conciencia y se quedo dormido en cuestión de segundos.
Al despertar Daniel ya no se encontraba en la misma posición en la que se había dormido, se encontró a si mismo echado boca arriba con brazos y piernas estiradas, quiso ponerse de pie, pero le fue imposible todo su cuerpo estaba paralizado incluso abrir sus ojos fue algo muy difícil, algo de lo que se arrepentiría después. Sus ojos le ardían y no lograba ver mucho distinguía que todo seguía blanco pero tenia la vista muy borrosa.
No pudo saber cuanto tiempo estuvo en esa posición sin poder moverse, congelándose cada vez mas, por el intenso frio que hacia en aquel lugar, de pronto tubo un presentimiento, y sintió un objeto frio que le rozaba la boca algo como una vara metálica, que estaba siendo introducida por su boca, aquello lo sobresalto mucho, pero no pudo mover ni un musculo, podía sentir como empezaba a sudar frio mientras otro objeto era introducido por su nariz.
En su borrosa visión empezó a distinguir sombras, tenían forma humanoide, eran delgados y la cabeza era abultada, eran estos extraños seres quienes sostenían estos objetos, eran de color plomizo contrastante con el fondo blanco, en su rostro parecían tener dos bolas grandes y oscuras a modo de ojos, y eso era todo lo que Daniel podía distinguir de sus captores.
Finalmente el objeto que era introducido por su nariz empezó a profundizarse en su cabeza y ha producirle un terrible dolor, que mesclado con el miedo intenso hicieron que finalmente el pobre Daniel quedara inconsciente.
Daniel abrió los ojos, se encontraba de nuevo de pie en el corredor de su casa y no recordaba por que sentía esa sensación de frio, sus ojos le ardían un poco y tenía ese sentimiento de haber estado llorando, pero no recordaba nada, era como haber parpadeado un segundo, un segundo en el que se quedo completamente dormido pensó el, decidió mejor regresar a su cama, pero no pudo conciliar el sueño y así dio vueltas en su cama.
A los veinte minutos estaba por conciliar sueño, cuando algo muy extraño para el sucedió, escucho la sirena de un barco lejano y al abrir los ojos vio que las primeras luces del día despuntaba por entre su ventana, rápidamente vio su reloj de muñeca y vio que daban las seis con cuatro minutos, la duda se apodero de el, puesto que al levantarse para dirigirse la baño vio claramente que en ese momento era la una con trece, ¿como podía haber amanecido tan rápido?
Por fortuna para el, en su mente la duda fue despejada al pensar que tal ves se había quedado dormido sin darse cuenta mientras daba vueltas, o que tal ves había visto mal la hora en su reloj, lo cierto es que se tranquilizo y siguió su vida con tranquilidad, no podía recordar los horrores que había vivido horas antes, incluso olvido el enigma del rápido amanecer en unos cuantos meses, tal ves le borraron la memoria, o tal ves su mente como protección olvido esos eventos espantosos.
Colofón
Es verdad que la mente humana posee dos estados uno es el consiente, el cual usamos todo el tiempo mientras estamos despiertos, el otro es el inconsciente, el cual surge en nuestros sueños y al igual que el inconsciente tiene acceso a nuestros recuerdos y así crear sueños a base de ello.
La parte consiente de Daniel nunca pudo recordar lo que había sucedido esa noche, pero su inconsciente si podía, desde entonces entre tres o cuatro meses solía tener el mismo sueño repetitivo donde era perseguido y paralizado, volvían las luces blancas y estos extraños seres hasta el miedo extremo lo hacia despertar a mitad de la noche agitado y con un frio inexplicable por el resto de su vida sin que el pueda dar explicación mas allá de una simple pesadilla.

Texto agregado el 19-12-2009, y leído por 116 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
20-08-2010 Me gustó esta narración,pero sugiero separar por un par de líneas cada episodio ,para no turbar al lector. Es aconsejable dejar al criterio del que lee, el por qué del asunto y no imponer la idea del autor. Felicitaciones pantera1
22-04-2010 Y tu protagonista se fijó si tenía implantes extraterrestres? Y por casualidad no se dió cuenta de si estos implantes tenían características inusuales, incluyendo la emisión de señales de radio? Y si descubrió los implantes, sintió el movimiento de los mismos, en forma autónoma, bajo la piel? Y se dió cuenta si a intervalos regulares, generalmente cada doce horas y media, le dolía la cabeza y sentía náuseas mientras el aparato transmitía? ¿No? Entonces, quizá sea como dices "una simple pesadilla" ZEPOL
 
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