Quedó tu guitarra silente con la curvatura de la tierra a cuestas.
Manantial de ritmos fue tu voz de estelas, que calló la aurora,
¿o fue un gesto adusto?
¿o el eco de risas?
¿o una voz de ensueños?
¿o un pájaro mudo batiendo nervioso las alas?
¿o un tañido lejano besó tu canción con su lengua de hierro?
¿o el rasgueo de tu mano diestra reveló las notas que ocultaba el viento?
y en pedazos blancos se rompió el silencio.


Calló tu guitarra su boca profunda como un hoyo negro
y entre constelaciones sonoras se trago tu ritmo la madera grácil azul de su cuerpo,
se quedó llorando la cuerda primera, añorando tus dedos.

Quedó tu guitarra silente colgada en tu cuarto
y una vela angustiada se apaga rasgando las sombras.
Solitaria…

www.dejuntarlasmanos.blogspot.com