Se advertían años atrás que la industria contaminaba descaradamente. Las protestas y documentales fueron insuficientes. Aquella naturaleza muerta que hubo algún día se convirtió en un paisaje aún más muerto, el desierto tenía su encanto, el mar azul le daba ese toque nortino atractivo para algunos, ahora todo esta disfrazado de carboncillo.

Ya no existe mar azul, ni desierto y si algún día este lugar se caracterizó por tener un cielo despejado y azulejo, hoy no hay más que nubes tóxicas y una atmósfera destruida y por ende el sol atraviesa sus rayos con mayores libertades haciendo lo suyo. Han pasado setenta años de aquel suceso que despertó a una pesadilla que aún permanece en el aire como aquel carboncillo liberado por la industria.

Era un día común y corriente, la gente transitaba tan normal como un suspiro o un saludo a la pasada. Hay estaba, en el suelo boca arriba temblando descontrolada un agónico ¡ me ahogo ! ¡ me ahogo ! Todos sorprendidos sin saber que hacer y de la sorpresa pasaron al pánico al ver como su piel se teñía de un feo color gris con una leve tonalidad púrpura, sus globos oculares completamente negros, sus venas marcadas como si fuese transparente, sus uñas carcomidas, sus dientes desaparecieron. Era la transformación ideal para una noche de Walloween pero esta era la realidad misma. Desde ese día de los 25.000 habitantes 18.000 estaban infectados.

El gobierno regional nos denominaron “ L P 8 S ’’ esto porque al comprobarse que la causa es la inhalación excesiva de Petckocke; sustancia que se encuentra en el aire y que emana las chimeneas de la industria ( L P : Los petckocke 8 S : Ocho de septiembre, fecha de la primera persona infectada ).

Desterrados de la sociedad sin mayores explicaciones, si poder defendernos porque nuestras conciencias habían sido alteradas por los químicos que poseíamos en el ADN y obligados a ser esclavos de un sistema que anteriormente no era muy diferente a lo que es ahora.

Somos criaturas inferiores porque así lo han afirmado, aquellos que corrieron la suerte de ser inmunes a toda infección nos discriminan como si fuéramos gordos, feos o ceros positivos. Si nos acercamos a ellos nos matan, así es la ley ahora De un día para otro nos “ obligaron ‘’ y nos “ obligamos ’’ a aislarnos y como alternativa más cercana era estar en el mismo lugar de origen de nuestro mal aquel que nos condenó a esta vida si es que se puede decir vida.

La industria se fortaleció ( en el mismo infierno ellos eran inmunes ) construyeron una fortaleza a su alrededor donde todos los L P 8 S estarían dentro trabajando como esclavos y seguir enriqueciéndose y contaminando la ciudad, no les importa que más civiles se infecten. A nosotros no los pagan y más de nosotros les conviene.

Un día un joven L P 8 S encontró una salida a la ciudad, mientras traspasaba la barrera aislante ve pasar una mujer que no estaba infectada; al observarla cauteloso observo su apariencia y recordó las historias de los ancianos dónde en algún momento el mundo en que ella estaba viviendo todos eran libres y la exclusión era algo ficticio en este ámbito. Observó su piel y divisó en su mente las nubes blancas y limpias que flotaban antes. Logró conocerlas y las deseaba como se desea un dulce al ser pequeño o como deseas un abrazo afectuoso cuando deseas amar a alguien. La mujer seguía avanzando y dejo a la vista sus ojos azules; entonces imagino que en algún momento de la vida había un cielo azul donde se podía observar a las aves mover sus alas al volar con infinita libertad. Y por último la mujer paso sin darse cuenta de que la observaban desde el suelo, al pasar emano un aroma dulce y suave al mismo tiempo, e imagino que en algún momento de la existencia el viento transitaba fresco entre medio de los humanos, coqueteando con vestidos femeninos y enamorando los cabellos obsequiando a los ojos la belleza de cualquier victima de aquel. Y lloró con lágrimas negras mientras decía murmurando: ¿ Donde esta la vida ? ¿ Porqué nos abandonó de aquella forma ? . ¡ Somos monstruos de la productividad y el dinero de otros y victimas de la realidad y el rechazo, la belleza del mundo se nos escapa como agua sucia entre los dedos, la resignación se refleja en nuestros ojos negros, crean lagunillas oscuras de lagrimas, somos tantos en este sufrimiento, se siente la penumbra y desolación y el humo toxico ahoga en segundos.

Caminamos en filas y con nuestras miradas en el suelo sin que nadie nos los imponga, estamos solos en nuestro mundo y afuera no somos nada. Y todo ese lapsus se interrumpió con el aviso de la patrulla humana. Y dijo: - He imaginado por primera vez en mi miseria existente aunque haya sido interrumpido. Tendré la obligación de contarles a los pequeños en los cajones en cuanto llegué, para despertar esperanzas en sus miradas negras, que en sus venas visibles transiten sueños de un mundo normal como lo era hace setenta años atrás - .

En una noche cualquiera recostado en los cajones un anciano comentaba que cuando joven era muy pretendido por la mujeres, que daba partido a su atractivo físico, con un futuro ascendente, el 2011 era un año de mucho emprendimiento profesional con muchas oportunidades, todo era magnifico. Mientras recordaba se preguntaba así mismo y con voz alta ¿ dónde quedo todo eso ?. Interrumpió una mujer diciendo.

- Desde ese fatal 8 de septiembre del 2011 todo desapareció, tus recuerdos son innecesarios ¡ Olvídalos !. Estamos en el 2081 y esta es la realidad tu presente y tu futuro ¡ Resígnate a que serás un monstruo por el resto de tu miserable existencia ! - .

Y este dejo a la vista la cólera en sus ojos y decidido a callar la voz que ensuciaba su pasado, tomó un trozo de madera y la incrustó en medio de su frente, repentino salvajismo pero justificado de todos modos. Fue tanta la exaltación que su vida acabo en un solo instante. Y he hay los dos cuerpos, dos vidas inexistentes se fueron para no ser recordados nunca más.

No había nada que hiciera cambiar la historia, lo que no sucedió en setenta años menos iba a transcurrir en un día similar a los ya pasados , pero cada ser viviente sin importar su marginalidad sabe que el destino de los hombres está dispuesto a sufrir cambios, pero nadie sabía sobre aquellos cambios mucho menos les interesaban, la resignación se había apoderado con creces en el alma de todos.