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Inicio / Cuenteros Locales / SashaRumanov / Filosofía y Sociedad Barroca; Un Retrato del Hombre y el Artista Barroco

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Para una apreciación artística-literaria del barroco es necesario conocer de reglas de conducta filosófica y saber identificar muy bien cada tropo y figura dentro de ellos, el contexto de las obras barrocas está enmarcado por un constante cambio social y económico. La decadencia de la que una vez fue la potencia más grande del mundo baña al escritor barroco de un pesimismo filosófico y le lleva a preguntarse con más exactitud ¿hacia dónde va España?
La picaresca es un retrato crudo de la vida Española del siglo XVII, en donde la sociedad es quien obliga al delincuente a convertirse en lo que es, las escalinatas sociales tan bien definidas en la edad media ahora carecen de una estructura marcada por lo cual, el pícaro cae en un problema de identidad y generalmente es marginado y orillado a llevar a cavo los actos de pillaje con los cuales sobrevive a un mundo en caos.
Las obras picarescas son alegorías completas cuya meta es llevar a cavo una crítica social, la expresión barroca del escritor del siglo XVII va siempre de la mano con el acontecer de su sociedad. Vemos por ejemplo, dentro del caos barroco, a un cura que es verdugo de un infante a quien mata de hambre y castiga de manera inhumana, en las calles también, se esconden cofradías que cobran cierta cuota por delinquir en las calles madrileñas. Dentro del mundo barroco siempre encontraremos esa lucha eterna entre el bien y el mal, lo bello y lo grotesco, lo infame y lo sublime, la dicotomía barroca que es capaz de enfrentar al ente espiritual con el hombre carnal, una lucha que debido al pesimismo y la gran influencia literaria de los clásicos, siempre terminará en un final trágico.
La filosofía barroca aludía a un mundo de existencia difícil en la cual el hombre nacía condicionado por un estatuto social en el cual era imposible salir a flote una vez que el individuo había tenido la desgracia de nacer abajo en la escalinata social, se supone una difícil ascensión para aquel cuyo destino está enmarcado por el egoísmo de una supremacía dominada por el que tiene más o el de mayor titulo. Títulos que sin lugar a dudas, perdían su valor real al ser únicamente condiciones heredadas, es decir, el hecho de ser un caballero, un duque, un conde etc., no era sinónimo de “nobleza”, el artista barroco retrata perfectamente esta condición de falsa erudición por parte de quienes se aprovechaban de su condición “noble” para abusar de quienes no tenían la fortuna de poseer un titulo.
La decadencia europea golpeó con fuerza peculiar en el mundo Español cuya monarquía en decadencia caía en un creciente espiral de conflictos, caos protagonizado principalmente por el empobrecimiento del país a causa de las guerras exteriores que deterioraban la soberanía y su prestigio en el mundo. El pesimismo del pueblo español era de la misma manera, una forma de empujarse a si mismo al exterior, por medio de la denuncia social el hombre barroco era capaz de abrir los ojos y exigir algo más.
Es preciso hacer también un énfasis en la idealización barroca del pasado como un tiempo mejor, una ventana hacia aquél pasado glorioso donde los héroes clásicos eran los ejemplos dignos de humanidad y aferro a la vida, una ventana por la cual el hombre podía escapar por leves instantes de su cruda realidad. La tragedia estaba de vuelta, el hombre era una victima más del destino y los dioses. El destino ahora era la sociedad, había tomado forma de conductas sociales derrotistas y enjaulantes que evitaban el avance de los grupos “inferiores”, todos cuanto nacían venían al mundo con un oráculo impuesto por la sociedad. Mientras, los dioses se transfiguraban en seres humanos egoístas y poco piadosos. El modelo de los clásicos era seguido al pie de la letra por los artistas barrocos, sin embargo, la mitología tomaba nuevas formas y las historias se reinventaban retratando lo mejor posible las características de la época, lo cual, más tarde daría vida al movimiento neoclásico.
El hombre es un ser egoísta y está condenado a su egoísmo, eso nos dice la filosofía barroca, sus sueños y sus esperanzas serán siempre frustradas o llevadas a cavo dependiendo del entorno en el cual ha tenido la dicha o infortunio de desarrollarse, el avance de sus logros personales depende de la sociedad más que de su autonomía, sin embargo, se verá obligado a convertirse en aquello contra lo cual se batalla, para poder lograr sus metas. Esta paradoja lleva al hombre a un círculo de abusos y se convierte en víctima al mismo tiempo que acomete como victimario.

Así Fue…
El barroco posee una amplia gama de influencias clásicas que se ven claramente reflejada en una temática que critica y dibuja a la sociedad como un móvil inicial de la conducta humana, retratando con un tono pesimista la fugacidad de la vida y la banalidad de la nobleza corrompida.
Los contrastes también son una clara amplificación estratégica de las cuales el artista barroco se valía para llevar a cabo una crítica directa y caótica; los autores más destacados, sobresalen precisamente por esta visión catártica de la vida y del hombre como peregrino cuyo destino final es la muerte. A través de su vida, el ser humano debe sortear con dificultades que impiden el cumplimento de metas y logros personales. El caos que se ve plasmado en las obras barrocas es un claro grito de desesperación del artista que pide una salida en la expresión estética.

Texto agregado el 03-08-2010, y leído por 245 visitantes. (0 votos)


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