Por senderos de tierra.
carreritas que a la vera
los arroyos te salpican.
los vecinos abren paso
por el ¡zum! del pedalear.
Dando volteretas,
ruedas para arriba
en un viaje al infinito
bajas por el puente,
saltas la hondonada,
zambullida en el pasto,
en la arena pegadiza
y en las brisas que
te libera de las alas.
Sólo giras a toda prisa
hasta llegada la noche.
Colgada ya en la pared
los rayos de aluminio enfrías
mientras limpio tu metal
que azula ante mi cara.
Siempre lista estarás
ante una nueva mañana .