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---- Nareko----



----“la única esperanza”----



Me mira, pero parece que ninguna emoción se despierta en esos ojos, puedo verlo mas, esa no es una mirada, esa es una daga.

Veo su mano, esta sobre la espada; cierro los ojos esperando el golpe de esa hoja que podría segarme la vida en un segundo.

El hombre que siempre subestime en el campo de batalla; al que llame cobarde, al que acusaba de blando me mira ahora . Quería ver de nuevo el fuego que trasmitía esa noche, que me dijo sus sentimientos; era un odio hacia mi que me mostraba que alguna vez me amo , pero ahora, me miraba con fastidio, repugnancia, no solo hacia mi, es lo mismo con la presencia de los demás, como si la sola presencia de cualquiera en el cuarto le pareciera innecesaria.

tenia que ver que tanto podía significar para el, pedirle que me diera una esperanza de tener su amor nuevamente.

Su exterior era frió, sus ojos no me miraban , solo me veían, pero aun así, en el poco tiempo que pude mantenerle la mirada pude detectar en le fondo, algo de lo que siempre había sido Barduo, me parecía que estaba perdido, como ese día que llego a la guarnición, lo recuerdo bien, con todas las revelaciones del día anterior , por fin había entendido el porque, ese día Barduo llego sin hablar, fue el día en que perdió sus derechos como nuestro futuro líder, llego y me miro, su expresión era dura como la de ahora con todos los demás, pero a mi, me sonrió, era una sonrisa triste pero luego me abrazo, ese día también me di cuenta que empezaba enamorarme de el cuando me dijo “no me dejes ir, por favor”, el sentimiento en esa voz no me permitió moverme y lo abrace y me enamore perdidamente de el, pero nunca se lo dije, no se lo demostré y trate de alejarme y lo deje , lo deje ir, el ya no esta, pero también me fui yo, lo deje perderse y me perdí a mi, lo veo frente a mi mirándome, pero ya no me sonríe a mi, me pareció ver un gesto en su rostro , pero no era una sonrisa era solo su cansancio de esperar mis palabras, llega el guardia quiere sacarme, pero no lo puedo permitir:



- Déjeme , necesito hablar con el nuevo señor

-Acaso no se da cuenta que el señor Barduo no quiere verla aquí?- dijo el guardia mientras trataba de hacerme salir, pero yo no estaba dispuesta a permitir que lo hiciera y seguí en mi lugar, había andado a plena luz del día solo para poder hablar con el y no podían evitarme que lo hiciera, voltee a ver a Barduo, el se había sentado en una silla cercana y lo vi. poner sus manos sobre su cabeza , tratando de buscar algo dentro de si que no encontró y entonces si sonrió, pero esa sonrisa era solo para el, una forma cínica de reír no la sonrisa triste de esa noche, el guardia se detuvo cuando Barduo le hizo una seña para que se fuera, hacia mucho que el no me dirigía una palabra y ahí sentado frente a mi, parecía mas lejano que si estuviera a mil galaxias de distancia.



“ Di lo que tengas que decir y lárgate” – Dijo Barduo y yo no podía creer lo seco de sus palabras.

“tanto te molesta mi presencia”- dije con la esperanza de encontrar aun cuando fuera el odio que pudiera reemplazar el amor que el habría sentido por mi en alguna época.

“simplemente , no le encuentro utilidad”- fueron sus palabras tan hirientes y frías como habían sido las miradas que había recibido al llegar, un nudo se me hizo en la garganta y de pronto sentí como si todos los sentimientos se me agolparan en la garganta y mis ansias de respuesta no me permitieron callar para evitar que fuera evidente.



“lo que dijiste esa, noche, ¿todo era cierto?” pregunte con la esperanza de sacarlo de esa pose superior que tenia con migo ahora, pero su expresión no cambio, ni parecía sorprendido en ninguna forma con mi pregunta.



“creo que todo quedo bastante claro después de la batalla de ayer, o es que necesitas, una prueba de sangre?, si quieres puedes compararla con la de tu héroe” dijo mientras me mostraba un cuchillo que apunto contra su brazo, estaba segura de que si no hablaba el se cortaría su brazo para dejar salir su sangre .



“no, no va a ser necesario, eso ya lo confirme, quería saber, sobre lo que me dijiste, que sentías por mi” dije aun cuando la voz me salio un poco baja.



“usaste la palabra correcta, sentí en el pasado muchas cosa, pero como podrás observar ahora ni siquiera puedo sentir su recuerdo, tal vez es, porque no valía la pena”- el hablo sin prisas, sin dolor, todo como si las cosas que decía no tuvieran nada que ver con el, mientras jugaba con el cuchillo con el que pensaba cortarse el brazo .



“y adonde se fue, todo eso que decías sentir por mi” pregunte, tratando de llamar su atención, pero el escasamente levanto su vista del cuchillo para verme de reojo.



“para que quieres saberlo, que importancia podría tener para ti, al fin y al cabo son cosas que hacen débiles e idiotecen a los que las sienten , simples ataduras que cortan tu libertad verdadera y te subyugan a otro, o ¿cite mal tus propias palabras ,Nareko?”- cada una de sus palabras parecía dicha exclusivamente con el propósito de herirme y lo estaba logrando.



“ Es solo que”

“no me dirás, que te has enamorado de mi”

“yo….n…”, “yo ya….”

“mmm, ya estoy cansándome de esto”- dijo Barduo mientras se levantaba de su silla para ponerse al lado mío

“tu quieres saber que `paso con todo ese amor, donde esta?” me pregunto Barduo mientras me miraba directamente a los ojos, parecía dulce, tomo mi rostro entre sus manos y sentí como se acercaba a mi rostro, senti pasar su pulgar sobre mi boca y decidí, esta vez mantenerme en silencio, pero el no hizo lo mismo.



“todo ese amor, desapareció, a la par con tu dignidad”, entonces vi en sus ojos otra vez el vació y el se alejo rápidamente de mi dándome la espalda, esta vez no pude soportarlo mas y caí de rodillas en el piso de esa habitación.



“ una cosa mas, esta es la ultima vez ,que me llamas por mi nombre y entras en mis aposentos sin avisar, ¿queda claro?”



“pero yo…”

“pregunte que si esta claro oficial”

“muy claro…. Mi…se..ñor Barduo”

“eso esta mucho mejor. Ahora, Guardiaaa”

en ese momento apareció nuevamente el guardián que trato de impedirme la entrada para atender las ordenes de Barduo

“Saque a esta mujer de aquí. Su presencia, ya dejo de divertirme”



Salí del cuarto de Barduo pensando en que tan dura debí ser con el, a que extremo había llegado para esconder mis sentimientos, para que ahora a el no le importara herirme con sus palabras, cuando siempre el había sido tan dado a las consideraciones con los demás, esa día llore en mi cuarto, no me había dado ninguna esperanza , pero yo todavía pensé, “tengo una carta”, mostrare que soy la guerrera de la que se enamoro, mostrare toda la dignidad que puedo tener.

Texto agregado el 12-07-2004, y leído por 144 visitantes. (0 votos)


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