Una estrella atraviesa el cielo rompiendo el silencio de la noche hablándole al viento de cosas sin importancia, de porqué el alba no dura toda la jornada, o porqué los afanes mueven las cosas de sitio por unos quiméricos planes.

Que todo cambio es bueno, eso esta por demostrar, pues no siempre es acertada la dirección del viento, ni el hombre camina siempre hacia delante. Pues a veces suele acontecer que las olas no arriban a la playa, pero no por ello desaparecen, están latentes en la sosegada calma.

Bien es cierto que nos puede dar la ilusa sensación de que todo podría ser de distinto color, nada mas incierto, las cosas son como son, como las veamos es sólo una apreciación unipersonal y por mucho que le demos la vuelta el sol siempre sale justamente por el lado opuesto por donde se puso.

Lo cual nos viene a demostrar esto que por mucho que nos empecinemos, la noche seguirá siendo oscura, con intervalos de luna si queremos, pero esta es solo el reflejo de la luz residente justamente en la parte opuesta y claro ante esta tesitura y por la carencia de luz transitoria, el ruiseñor se calla hasta que llegue la siguiente alborada.

Nada cambia…
Joan © Bosch 01/02/11